Cap.26:
¿Qué no era una niña? Claro como ella dijera, Justin sonrió para sí mismo mientras la observaba comerse el helado mientras caminaban por las calles turísticas del pequeño pueblo en donde se encontraban. La idea de la bicicleta quedó a un lado después de aquel lloriqueo repentino ¿Quién lo diría? Una chica como Jane, llorando por una estúpida bicicleta, pero apartando esto, Justin aun no podía creer lo fácil que fue hacerla sonreír después de todo eso. Con ese carácter del demonio que ella tenía y esa forma de ser tan drástica, pensó que le costaría más trabajo o incluso que sería imposible conseguirlo, pero no, allí estaba ella, sonriendo y comiéndose un helado como una pequeña e inocente niña. Pero ¿Qué le importaba a él si ella sonería? Se metió la mano a los bolsillos de la sudadera que llevaba y siguió caminado en silencio junto a ella.
-Oh, mira – Jane señalo una pequeña cabina colorida y pintoresca de hacer fotos con una mirada de picardía en su rostro y sonrío, Justin por otro lado frunció el ceño de inmediato. No le agradó aquella mirada porque sabía lo que significaba y el estaba bastante fastidiado de las fotos ya - ¿Podemos ir?
-No – respondió al instante con indiferencia. Jane bufó ¿Tenía que ser siempre tan aburrido? Si, esa era la palabra perfecta para describirlo, ahora lo entendía, siempre queriendo mantener todo limpio y en orden y mandando a hacer cosas la mayor parte del tiempo era el típico joven viejo, pero ¿y qué? Ella no era una vieja y no tenia porque aguantárselo.
-Bien, iré yo sola - la castaña dio un paso más rápido que Justin para adelantarse y dirigirse hacia la cabina, cuando Justin... bueno, no se lo permitió. Él agarro del brazo rápidamente y con leve movimiento la hizo girar para quedar frente a frente con ella. ¡Estúpido! Pensó mirándolo ¿Quien podría entender porque hacia las cosas?
-¿Cómo puedes por lo menos pretender ir sola si vienes conmigo? – renegó. Jane se rio.
- Entonces, vamos los dos.
-No quiero.
-¿Porque tienes que comportarte como un idiota cada vez que pienso que no lo eres, eh? – Justin frunció el ceño de inmediato - ¿Eres un anciano? Por dios ¿te cuesta tanto divertirte un rato?
-¿Me dijiste viejo?
-Sí, Anciano – Se burlo otra vez - ¿No dijiste que vendríamos aquí a divertirnos un rato? yo si pienso hacerlo, si tu no lo haces, es tu problema.
-¡No estoy viejo! – renegó mirándola fijamente. ¿Le había dicho viejo y aburrido? ¡Era tan molesta! Definitivamente estaba molesto – y tampoco soy aburrido.
-Claro, claro por allí tienes una cana, abuelo.
No había duda de que lo estaba sacando de quicio. ¿Abuelo? Justin sonrió para sí mismo y respiro profundo. Contrólate Justin, no le des el gusto.
-Así que abuelo, eh – repuso él con ironía y la tomo de la mano repentinamente mientras la castaña se sorprendió. No, no se lo esperó, como no se esperaba la mayoría de las estúpidas cosas que él hacia con ella ¿Y Ahora que le pasaba? Era tan extraño que ya no sabía que pensar. Dio un paso llevándosela con él.
-¿Y ahora qué? – Le pregunto mientras caminaban. Justin no le dio respuesta- ¿A dónde vamos? ¿Qué te pasa? ¡Y suéltame! – Justin llevo los ojos a sus manos Juntas y luego la miro de reojo a ella. Era tan graciosa y él si que sabia como cobrárselas.
-¿Por qué debería soltarte? – Se rio - No se supone que eres mi esposa – y volvía a lo mismo, Jane bufo molesta ¿Tenía que recordarle siempre que había cometido el peor error de su vida casándose con él? Además no eran esposos, esposos, eran esposos por contrato así que se supone que eso de "marido y mujer" no valía nada, no entre ellos.