Cap.36:
"Cumpleaños"
Justin soltó de repente una falsa sonrisa y suspiro profundo ¿Qué le había dicho que iba a llegar tarde? Oh, claro, también le dijo que iría mundo mágico y no fue ¿No podía buscarse una excusa mejor?
-Dijiste que ibas a regresar tarde, pero no acompañada...- No pensó al hablar y la castaña frunció el ceño de inmediato sorprendida ¿Qué había dicho? ¿Acompañada? Oh no, no podía creerlo ¿acaso él...? – Dime pues ¿Dónde estabas?
-¿Me estabas espiando? – su tono fue ¡Mierda! Justin puso los ojos en blanco - ¿Cómo sabes que estaba acompañada, eh? ¡Esto es el colmo Justin Bieber!.
-¿Qué te espiaba?- Oh no. Justin inspiro profundo pensando en algo rápido mientras Jane solo lo miraba, con esos ojos, tan acusadora- ¡Qué tonterías dices! – dijo después- Claro que no, yo no espío a las personas, solo escuche un auto fuera y luego apareciste tu, no hay que ser adivino para suponer o que ¿Me vas negar que estabas acompañada?
Ja! Claro! Escucho el auto.
-No pienso hacerlo – Dijo y le sonrió– ¿Por qué lo negaría? Si, estaba acompañada, fui a comer ¿Feliz? – Justin sintió un corrientaso e hizo todo el esfuerzo posible por no demostrar nada, aunque, no sentía nada ¿verdad? - Tú ya cenaste ¿No? – Jane llevo el vaso con agua hasta su boca, Justin bajo la cabeza y se mordió el labio. Mmmm solo hasta ese momento recordó que no había comido nada y que se moría de hambre, se moría de hambre al igual que se moría de rabia, pero ahora, por una extraña razón, tenía más hambre que rabia. Ella no había mentido respecto al estar acompañada y eso, bueno, decía mucho para él.
-No - respondió en un tono bajo y dulce, y le aparto la mirada. – Prepárame algo.
-¿Qué!? – Jane trago gordo el poco de agua que había tomado y lo volteo a ver fijamente irritada ¿Prepárame algo? Dios ¿Qué clase de hombre era ese? cocinar a esa hora ¡Debía estar loco! - ¿!No comiste!? ¿Por qué no lo hiciste? - Justin la miro entonces y frunció el ceño.
-¡No! ¡No lo hice! por eso te dije que me prepares algo.
-¿No hay algo de arroz hecho? – la castaña refunfuñó haciendo un mal gesto con la boca. ¿Por qué tenía que ser así? ¿Quién querría cocinar a esa hora?
-No
-Dijiste que llegarías tarde Justin, y no quiero cocinar. ¿Por qué no comiste?
– Porque no me dio tiempo, gracias a ti, Jane ¿Feliz?
- ¿Quieres pizza o Hamburguesa? Podemos pedirlas a domicilio y son buenas - ¿comidas rápidas a esa hora? claro ¡ eso podría matarle el estomago!
-No – Dijo y oculto la mirada, luego la alzó nuevamente – Quiero arroz, Prepara arroz ¿Está bien? Prepararlo – el dio media vuelta y Jane quiso matarlo con sus pensamiento pero se contuvo. Justin se giro de inmediato y la miro - Debes hacer lo que te diga y quiero arroz ¿entiendes?
-¡Solo estas para darme ordenes! Eres un fastidio – dejó el vaso de agua sobre el mesón de la cocina y salió molesta hacia su cuarto, pero no había dado más de tres pasos cuando él volvió a hablarle. Era tan hartante.
-Te dije que cocinaras ¿A dónde crees que vas? – Jane volteo a verlo con esos ojos y se mordió la lengua para no decir algo indebido.
-Me voy a cambiar primero ¿Okey? Luego cocinare – torció la mirada molesta y salió con paso ligero hacia su habitación.
¿Qué diablos le pasaba? Justin realmente la volvía loca, primero se enoja, luego se le pasa el enojo, luego pide comida y luego se enoja de nuevo ¿Acaso no tiene un problema con sus estados de ánimo? Si seguía así ella podría terminar con ese mismo problema también, porque paso de sentirse bien a sentirse ¿Mal? O quizás no. Iba camino hacia las escaleras cuando vio aquellos extraños papeles de colores en la mesita de la sala, se acerco a ellos "Mundo mágico" y de pronto una sonrisa salió de sus labios así que él había ido a mundo mágico. Ahora entendía su mal humor. ¡Dios! Y ella pensando que él... Mmm porque se sentía tan feliz de saber que él había ido allí, quizás, por ella. Regreso a la cocina de inmediato sin cambiarse de ropa y lo encontró allí, de espaldas, reclinado en el mesón tomando un vaso de jugo de naranja. Ella sonrió a su espalda y él se espanto la verla tan de repente detrás de él y con esos folletos de Mundo mágico en la mano ¡Mierda! Ya se había dado cuenta. Jane le sonrió silenciosamente y se cruzo de brazos frente a él, dejándolo sin escapatoria ¿Cómo iba a librarse de la idea de responderle preguntas ahora?