Brain Freeze (Tadelsa)

El barrio japonés

Tadashi's POV
El viernes llegó y Elsa, era, bueno: Elsa, histérica por qué Rapunzel nos había dicho que su madre no la había dejado venir a hacer el proyecto, antes de que los golpes volaran, sugerí que ella lo pasara a limpio, las clases terminaron a las diez de la mañana y quedamos de vernos en mi casa a la una, Elsa se fue y yo me dirigí a la parada del tranvía, como había estado lloviendo, mi tía me prohibió llevarme la motoneta

-Tadashi, hola- dijo una voz a mi lado

-oh, hola, Génesis- la saludé, ese día no traía tacones, si no botas de lluvia con plataforma

-¿te vas en tranvía?

-no, pero mi tía me prohibió llevarme mi moto

-oh, ya veo, ¿por dónde vives?

-vivo en la zona japonesa de la ciudad, ¿y tú?

-vivo en un barrio latino, pasando el barrio de los artistas

Génesis era parlanchina, el tranvía llegó y no paraba de hablar, pero no me molestaba, al contrario, me agradaba, me contó que de pequeña le decían Honey, por qué amaba la miel, me contó que habla japonés, inglés, francés y español y muchas cosas más, intercambiamos números y prometió hacerle un gorro a Mochi, cuando llegábamos a mi parada me despedí y me bajé, caminé bajo la lluvia, pensando en mi nueva amiga ojiverde

Elsa's POV
-Jack, te lo ruego, llévame a casa de Tadashi, sabes que papá no me va a dar dinero para el tranvía, además la parada está súper lejos y está lloviendo- le rogué a mi mellizo, poniendo ojos de cordero atropellado

-no, lo siento Elsa, ya casi se me acaba la gasolina y tu amiga vive en la zona japonesa, o sea, como a media hora

Le di un zape y miré al frente, enfurruñada, ¡yo siempre le daba de MI dinero para que le pusiera gasolina a SU auto! ¡Y le acababa de dar! No le hablé a mi hermano por el resto del día y cuando llegó el tiempo de ir a casa de Dash solo abrí su mochila, saqué su cartera y me llevé dinero para el tranvía de ida y de regreso, un café y lo que se me antojara, tomé un paraguas y me dirigí a casa de Tadashi

Quien me diga que el karma no exista que me vea en este momento, decir que llegué hecha sopa es poco, llegué completamente empapada, toqué el timbre de casa de Tadashi, una señora me abrió

-hola, me llamo Elsa y vengo a ver a Tadashi Hamada

Tadashi's POV

-¡Tadashi! Cielo, te busca una chica- escuché gritar a mi tía

Bajé las escaleras para encontrarme a mi tía preguntándole a Elsa si yo le parecía guapo, Elsa se ruborizó y se ruborizó aún más cuando carraspeé, ella se despidió educadamente de mi tía y subió conmigo las escaleras

-entonces...¿te parezco guapo?- dije de repente

-¿¡que te ocurre!? ¡Calla!- dijo la platinada riendo mientras me golpeaba con su morral, ese maldito morral

El trabajo era bastante sencillo yo estaba sorprendido de entenderle, era un asco para esa materia, hasta Elsa se sorprendió al encontrar nada más un error en los ejercicios que yo había hecho, al terminar, le mandamos foto a Rapunzel para que lo pasara a limpio y Elsa decidió esperar a que pasara la lluvia en mi casa, mi tía se fue después de un rato a recoger a Hiro a la preparatoria, claro, como yo ya tengo más de once años, si me puedo regresar en tranvía solo

Elsa's POV

Me puse a curiosear por el cuarto de Tadashi, era un cuarto de chico, muy parecido al de mi hermano, la única diferencia, era que un lado estaba impecable y el otro era un desorden, como mi cuarto, de repente, algo llamó mi atención, era una foto de un hombre con lentes y una mujer embarazada, se estaban abrazando

-¿quiénes son?- le pregunté a Dash

-mis padres- dijo sonriendo

-tu madre es igualita a tu tía Cass, ¿por qué ella es Hamada?- pregunté

-por que mi papá y el esposo de mi tía eran hermanos y mi mamá y mi tía eran hermanas, fue algo muy curioso, en el accidente donde murieron mis papás, también murió mi tío y Cass perdió a su bebé- respondió Dash con cierta tristeza en su voz, me sentí con la obligación de contarle algo

-mi mamá está en coma desde hace dos meses y los doctores no creen que vaya a despertar- escupí

-supongo que ambos estamos jodidos a nuestra manera- dijo mi amigo sonriendo

Por alguna extraña razón me puse roja