19

2.1K 368 130
                                    




Seungri no sabía que había sido utilizado como una simple carnada para las sucias tretas que Seung Hyun tenía. El pobre fue sutilmente engañado por su amigo, y mediante mentiras logró que se ejectura con éxito el primer movimiento.

"Yo no lo amo, nunca lo amé. Jugué con sus sentimientos, ningún hombre puede gustarme. Mucho menos un bastardo como Seung Hyun..."

Esa oración... sólo había incentivado su rabia y el intenso deseo por cobrar su venganza, tal como echarle sal a la herida.

Después de presenciarlo, Seung Hyun salió de ahí a pasos agigantados, prácticamente huyendo. Ji Yong no sabía qué hacer y Seungri se encontraba igual, observando la escena completamente desconcertado.

Ji Yong siguió a su corazón, —que desafortunadamente, seguía loco de amor por el otro— y le dictó que lo persiguiera. Así que lo hizo. Corrió tras él desesperado, con todo y las piernas temblándole de miedo.

Miedo por no saber lo que estaba por ocurrir.

—¡Seung! —gritó— ¡Seung Hyun!

Lo encontró sentado en las escaleras de alguna casa vecina, con el traje desarreglado y las manos enredadas en su cabello.

Sin saber qué decir exactamente, Ji Yong se limitó a sentarse a su lado, intentando buscar algo para decir.

Observó las rosas tiradas bajo sus pies, con los pétalos regados por todos lados.

—Seung...

—Soy un idiota, ¿no es así? —soltó una risita amarga, aún con la cabeza cabizbaja— Siempre lo he sido.

—Yo...

—Estas son para ti. —tomó el ramo de rosas rojas al ver que el menor las miraba intensamente, y se las entregó— Sé que son cliché, pero yo sólo quería... ya sabes, demostrar mis sentimientos.

Seung Hyun se sorprendió de sí mismo, no sabía que tenía la habilidad de actuar tan bien.

—No llores, Seung Hyun, yo-

—Supongo que debí haber aprendido, desde la primera vez, que tú nunca me quisiste. —las lágrimas formaban círculos húmedos en el peldaño inferior. — Pero no pude, Ji Yong. Siempre estoy pensando en ti, recordándote... Amándote. Y creo que nunca podré deshacer este sentimiento, te pido perdón.

—No puedo...

—Sé que no puedes amarme, por eso te ruego que me perdones. —por fin se enderezó, y logró ver sus ojos, rojos e hinchados— Yo no lo volveré a hacer. No te molestaré más. Hoy mismo me voy a Europa, y no regresaré jamás... Lo lamento, Ji Yong.

Con gran dramatismo, se levantó y comenzó a alejarse.

El corazón de Ji Yong comenzó a latir con enorme impulso, al punto de que sentía que podía vomitarlo en cualquier segundo. Sus entrañas dolían con acidez, como si todo su cuerpo le indicara que tenía que hacer algo en ese mismo instante y con urgencia.

—¡Espera!

Seung Hyun no le hizo caso, y siguió caminando con la cabeza baja pero con un semblante completamente diferente, como si supiera lo que estaba por venir.

—¡Espera! ¡Seung, espera! —lo alcanzó y por instinto se aferró a su espalda— Todo es mentira, yo sí te quise... Yo te... Te...

—¿Me, qué?

—Sí te quise...

Seung Hyun sonrió por última vez, después tornó su rostro en un gesto afligido y se giró para enfrentarle.

—¿Qué? —actuó ingenuamente.

—Lo que dije hace un rato, y... lo que dije hace años son todas mentiras.

—Entonces, ¿t-tú sí me quieres? —Seung Hyun trastabilló un poco y abrió los ojos. No había esperado esa respuesta en absoluto, honestamente.

Ji Yong asintió levemente, sin poder decirlo con palabras.

—Pero no puedo hacerlo, Seung Hyun.

—Déjame recuperarnos, Ji. —le tomó de las manos abruptamente, mirando sus siempre bonitos ojos avellana— Lo que sea que obstruya tu amor por mí, yo lo destruiré. Dame una oportunidad.

—Yo no creo...

—Por favor, Ji Yong. —el de cejas gruesas acarició la tersa y sonrosada mejilla del menor— Vamos a una cita, sólo una vez. No haré lo que no quieras, por favor, por favor.

Ji Yong sentía un enorme nudo en el estómago. Por un lado, quería hacerlo con todo su corazón, quería confiar en él. Pero su otro lado... su otro lado lo rechazaba y quería advertirle que se mantuviera lejos con palabrotas y malos tratos.

Mandó al diablo esa oscuridad y se aventuró.

Se aventuró y asintió, deseándolo con todas sus fuerzas.

—Pasaré por ti mañana, a las cinco de la tarde.— Seung Hyun sonrió enormemente y le dio un inocente beso en su nariz.

Ji Yong sabía que iba a arrepentirse, no era tonto, pero ya lo haría más tarde. Por lo mientras, quería disfrutar y pasar tiempo con la única persona que lo había amado. Ya llevaba bastantes años siendo infeliz, necesitaba un merecido descanso.

Perdóname, Seung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora