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Ji Yong no había podido pegar un ojo en toda la noche, su cabeza daba vueltas de tanto pensar en él.

Choi Seung Hyun, tan sólo su nombre hacía que su cuerpo se estremeciera. Se había convertido en todo un hombre; con su traje serio y su porte elegante, con esa voz alucinante... no podía dejar de pensar en él, en los tiempos que habían estado juntos, en sus caricias tranquilas, en sus besos húmedos y en su sonrisa que siempre le había brindado una especie de extraña calidez a su alterada vida.

No pudo evitar investigar sobre él por los rumores que había oído y, en efecto, confirmar que Seung Hyun era alguien importante no sólo en Inglaterra, sino internacionalmente.

En su búsqueda por Google aparecían títulos tales como:

"Joven asiático se recibe de Oxford con honores y planea su posgrado"

"Científico coreano se une a la investigación especializada de la relatividad en Reino Unido"

"Seung Hyun Choi tomado como cabeza de la representación juvenil en la asamblea anual de ciencias universales"

Ji Yong se encontraba estupefacto, incluso tenía un artículo en Wikipedia y aunque su inglés no era el mejor, podía leer ciertas partes y enterarse de las grandes hazañas que Seung Hyun había logrado a la edad de veintidós años. 

Una sensación de orgullo se metió en su corazón y se expandió por todo su cuerpo como olas placenteras, sonrió ante la pantalla de su computador. Ji Yong conocía de antemano lo grande que Seung Hyun iba a llegar, y supuso que en cierta parte esa era una de las razones por las que lo molestaba al grado de arruinarle la vida en la escuela, porque sabía que Seung Hyun tenía un gran cerebro, y envidiaba eso, envidiaba que fuera tan inteligente ante todo.

Más que envidia, era admiración. Lo admiraba mucho, pero nunca lo admitiría... No podía sentir ningún tipo de sentimiento amoroso o romántico hacia el mayor. Seung Hyun y él eran hombres, no podían ser tal cosa.

No, inimaginable.

Se reprendió a sí mismo por estar pensando en eso y salió de su casa presuroso, se distrajo al estar buscando el nombre de Seung Hyun en internet infinidad de veces, y tenía que estar en el hospital universitario de Seúl en diez minutos.

Para su mala suerte, era la hora pico y el tráfico abundaba en la ciudad. Iba a ser imposible llegar en diez minutos, y Ji Yong estaba entrando en ansiedad cuando una voz... esa voz le llamó por detrás.

—¿Ji Yong? ¿Estás bien? —Seung Hyun preguntó asomando su cabeza por la ventana de su auto. — Te ves apurado, ¿quieres que te lleve?

—¿Cómo sabes que tengo que ir a algún lugar y por qué estás aquí? —Ji Yong entrecerró los ojos, algo le olía mal.

—Bueno, llevas un bolso contigo y parece que estás frustrado por el tráfico, es algo que cualquiera hubiera supuesto. Y estoy aquí, atorado en el tráfico, porque debo ir a trabajar. —el mayor se alzó de brazos, restándole importancia.

Ji Yong lo meditó por unos segundos pero terminó confiando en sus palabras. Al fin y al cabo, Seung Hyun no era alguien que mintiera.

—¿Puedes llevarme al hospital?

—¿Estás enfermo? ¿Pasa algo? —se alarmó.

—No, no. Sólo... necesito ir por unas cosas. —mintió tentativamente.

—Vale, no importa. —Seung Hyun le sonrió cálidamente y el menor pudo sentir por un segundo el típico cosquilleo que le causaba— Sube.

El menor le miró con cierta vacilación, pero aceptó y subió al auto lujoso. No tenía otra opción.

Era una mala idea, no sabía por qué, pero lo era.

Observaba los asientos de piel y el tablero con pantallas y botones que le resultaban extraños, estaba incómodo y el silencio que había entre ambos no ayudaba para nada.

Ji Yong observó que, en efecto, Seung Hyun se había desviado por algún atajo logrando escapar del tráfico.

—¿Y qué cosas harás en el hospital? —el mayor interrumpió y Ji Yong casi salta del susto— Claro, si puedo saber.

—Ehm...

—Sólo quiero saber, no me digas si no quieres.

—Yo... voy a hacer prácticas de enfermería los sábados.

—Oh, ¿estás estudiando enfermería? —Seung Hyun volteó a verlo con interés.

Ji Yong se avergonzó y bajó la mirada a sus zapatos.

—No, yo no estudio la universidad. —carraspeó nerviosamente— Sólo voy a ayudar a los enfermeros en lo que necesiten. Más como un auxiliar no oficial, podría decirse.

—Vaya, ¿y por qué lo haces si no estudias eso? —el de cejas gruesas estaba cada vez más inmerso en la conversación.

—Bueno, me gusta ayudar a las personas que la están pasando mal. —Ji Yong exclamó y se giró para mirar al mayor a los ojos— Una vez, alguien me dijo que los enfermeros ayudan a toda la gente, no importa cómo te traten... Me gustaría hacer eso.

Seung Hyun estaba atónito, no salía palabra alguna de su boca.

—Llegamos, gracias por traerme. —Ji Yong sonrió levemente y tomó sus cosas consigo— Hasta luego, Seung Hyun.

El mayor sólo observó a Ji Yong marcharse, recordando; él le había dicho eso cuando recién se conocían, y todavía podía recordarlo a la perfección.

"—¿Por qué me ayudas? —espetó Ji Yong deteniendo al otro.

Seung Hyun se encogió de hombros.

—Mamá me ha enseñado a ayudar a toda la gente, sin importar cómo te traten. —dijo— Eso es lo que un médico, enfermero o paramédico hace."

Seung Hyun tenía la garganta seca, y pudo sentir que algo dentro de él se removía inquietamente.

Perdóname, Seung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora