Capítulo 27

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Narra Laura
(Sábado)
Madre mía, lo que ha pasado. No me lo puedo ni creer. Alex y Aurora se unen al grupo de "a punto de casarse". Creo que por eso Alex ha hecho el mejor tiempo ayer por la mañana en el FP1, pero esta vez no se ha separado de Aurora, ni ella de él. Estoy en el box preparando la moto, limpiándola, evadiéndome en mi mundo. Realmente es el único momento en el que me permito desconectar, cuando preparo la moto, porque normalmente estoy sola. El equipo está planeando cosas en alguna parte del box. Probablemente, la estrategia para mañana. Cuando estoy con la cúpula transparente, sale Santi de donde sea que estuviese.
Santi: Hola, Laura.
Yo: Hey... ¿Hay algo para mañana?
Santi: Eh... no.
Yo: ¿Y por qué os reunís entonces?
Santi: Para hablar de la moto.
Pone una cara rara, coge la telemetría y se va. Estos la están liando y hablan de todo menos de la moto, estoy segura. Justo cuando acabo, aparece Aurora. Tiene una sonrisa de idiota en la cara y se apoya en una de las paredes de la entrada de atrás del box.
Yo: ¿Te vas a quedar ahí todo el día o me vas a dar un abrazo de esos tan famosos tuyos?
Ella sonríe y viene hacía mí para abrazarme.
Aurora: Esto es una nube.
Yo: Lo sé. Yo también lo estoy viviendo.
Aurora: Nunca pensé que me pasaría esto.
Yo: Ni tu, ni nadie.
En ese momento salen los chicos de dónde narices estuviesen y Marc se acerca a nosotras, le da dos besos a Aurora y me abraza por detrás.
Marc: Hola, cuñi. ¿Cómo va la vida de prometida con el tolai de mi hermano?
Aurora: Cómo os gusta eso de picaros. Muy bien. ¿Y la tuya?
Marc: Intentando trabajar. Pero con este culito merodeando por aquí es un poco difícil.
Me empieza a meter mano delante de todo el mundo y le doy un manotazo para que se esté quieto, pero solo lo empeora y acabo en su hombro, encerrada en un cuarto y entre Marc y la pared. Empieza a besarme el cuello y de verdad que intento resistirme con todas mis fuerzas.
Yo: Marc, hay que trabajar.
Marc: Llevamos trabajando toda la mañana.
Yo: No podemos relajarnos.
Marc: Cinco minutos de relax nunca vienen mal, Laura.
Yo: ¿Quieres que Nakamoto nos eche a los dos?
Marc: Adiós a la pasión.
Se aparta, abre la puerta y se va. Aurora se me queda mirando con una cara de no saber que está pasando y no me extraña, porque no lo sé ni yo. Me despido de ella hasta después de los entrenamientos y voy hacia Marc como un basilisco.
Yo: ¿Se puede saber que cojones te pasa?
Marc: No sé. Dímelo tú.
Yo: Eres insoportable. Te comportas como un crío, Marc.
Marc: Oh, ¿en serio? Cinco minutos que tengo para estar con mi novia y me dice que no. ¿Y me estoy comportando como un crío?
Yo: ¿Es que eres tonto o te lo haces? Estas a punto de ganar el mundial, pedazo de melón. Cuando termines de ser un crío y un Atapuerca, me llamas. Hasta entonces, me voy a dar una vuelta porque no hay ser humano viviente que aguante tu mala ostia.
Le dejo con cara de circustancias sentado en su sillón y me acerco a Santi para darle mi opinión sobre la telemetría y algunos ajustes que se podrían hacer en caso de que no vaya bien la moto, o para mejorarla. Le digo que me voy a dar una vuelta y salgo para buscar a Aurora al box de Alex.
Sin embargo, una cara familiar se cruza en mi camino y sé perfectamente quién es y no me da buena espina que esté aquí.
Yo: ¿Qué haces aquí?
La cara familiar se gira hacia mí y, la verdad, no parece muy sorprendido que se diga.
Raúl: Laura, cuánto tiempo. ¿Al final terminaste Periodismo?
Y encima tiene el valor de venir aquí como si siguiese siendo mi amigo del alma.
Yo: Creo que ya lo sabes. ¿Qué haces aquí?
Raúl: Nada, que tu padre me dijo que te casabas con... ¿quién era ese? El que te volvía loca... ¿Márquez?
Yo: ¿Y qué más te da? Te fuiste sin decir ni adiós. Cero remordimientos, cero reproches.
Jamás olvidaré aquel día. Nadie había dictado la estúpida norma de que los de ciencias y los de letras no podían mezclarse, hasta que él lo hizo. Ahí empezó la guerra ciencias vs. letras. Nunca supe por qué. Estabamos bien, o eso creía hasta que se fue con una rubia rascacielos que estudiaba Química.
Raúl: Lo hice por tí.
Yo: Ja. Vete a engañar a la rubia esa con la que estabas porque conmigo ya no sirve. Tengo trabajo, adiós.
Lo que me faltaba. No tengo suficiente con aguantar el genio de Marc que saca a relucir en ocasiones especiales, sino que ahora también tengo que lidiar con el gilipollas de mi ex-mejor-amigo-casi-novio-chuloputas. El día no podría ir peor.
Me paso la mañana con Aurora en el box de Alex viendo los entrenamientos y cuando llega el final de la FP4, le mando un What'sApp a Santi.
*Yo: Santiagooo!!! Como va el nene??*
*Santi: Puff... cabreado como una mona pero de lujo con la moto. ¿Qué le has echo enana?*
*Yo: Yoooo?? Nada. Crees que conseguirá la pole??*
*Santi: Of course. 0o0*
*Yo: Va. Os veo luego en la comida :) *
Pasa la Q1 y cuando llega la Q2, no sé porqué, estoy de los nervios. Aurora está sentada a mi izquierda, apretando mi mano y a la derecha tengo a mi Pitufillo. Osea, a Alex. Aunque se ve que a Marc todavía le falta algo para llegar al tope, va en condiciones para conseguir la pole como dijo Santi. Y vaya que si la consiguió. P1 para mañana, baby.
Me fui para el hospitality a esperarle para comer juntos, pero no llegó. Y sabía perfectamente que ya había terminado las entrevistas con la prensa. Le pregunté a Alex y me dijo que se había llevado la comida a la habitación del camión de comidas que hay en la zona de restaurantes del paddock. Eso me quitó totalmente el apetito. Me fui a dar una vuelta por el circuito después de pasarme por la habitación de Aurora y hablar con ella. Y se me fue el santo al cielo porque cuando oscureció y volví a la habitación, me encontré con Marc gritándole a su teléfono.
Marc: Alex, está aquí. Mañana nos vemos.
Me miró fijamente y tiró el móvil encima de la cama. Yo me fui directa al baño y al pasar por su lado me agarra del brazo.
Marc: Lo siento. Sabía que estabas esperándome para comer y no fui. Soy un tremendo gilipollas y tienes toda la razón. No podemos relajarnos. Por favor, perdóname.
Me suelto de su agarre y entro al baño. Necesito despejarme antes de nada y hacerle una visita al señor Roca (WC) porque llevo todo el día sin ir y al final me va a pasar factura.
Cuando salgo con las gafas puestas, me pongo el pijama y me acurruco al lado de Marc. Será gilipollas y la cagará profundamente, pero no puedo dormir sin él.
Marc: ¿Me perdonas, petita?
Yo: Sí. Pero cállate ya y duerme.
Marc: Tu móvil estaba en la habitación de Aurora. No sabía dónde estabas.
Yo: Marc.
Marc: ¿Qué?
Yo: Duerme.
(Domingo)
Cuando me despierto, me encuentro sola. Marc no está a mi lado en la cama. Pero cuando miro el reloj no me extraña que ya se haya ido. Voy a ponerme mis gafas y veo una nota en la mesilla pero no me da tiempo a analizarla porque empiezan a dar golpes en la puerta como si se les fuera la vida en ello, así que voy leyendo mientras voy hacia la puerta, que parece que la van a tirar abajo.
Yo: ¡Pare, va a destrozar la puerta!
"Me daba pena despertarte y me he ido con los chicos a desayunar antes de la hora. Todo saldrá perfecto.
Te quiero,
MARC♡"
Este chico es un romántico cuando le da la gana. Abro la puerta y, como lo que veo no me gusta, la cierro de un portazo. No quiero más problemas, dejadme tranquila de una vez.
Raúl: Laura, abre la puerta.
Yo: ¿Por qué debería hacerlo?
Raúl: Porque tenemos que hablar.
Hablar. Ahora el señorito quiere hablar. Abro la puerta pero sin dejarle pasar. No quiero que se meta en mi vida de sopetón, de la misma forma en la que salió.
Raúl: Oye, lo siento. Fue una gilipollez extrema.
Yo: ¿Cuál de todas? ¿Lo de que las ciencias y las letras no se mezclen? ¿Lo de hacerme ilusiones? ¿Lo de la rubia oxigenada? Porque todavía puedo seguir Raúl.
Raúl: Por todas y cada una de ellas.
Yo: ¿Por qué ahora, Raúl? Tengo mi vida, mi trabajo y mi novio. Me voy a casar. ¿Por qué, de entre todos los momentos que has tenido, tiene que ser ahora?
Raúl: Por eso mismo. Ya has hecho tu vida y nada de lo que te diga ahora te va a hacer cambiar de opinión.
Yo: El problema está en que no tengo tiempo para escuchar lo que me digas. Tengo que ir a desayunar con el equipo. Ya me dirás lo que tengas que decir en otro momento.
Raúl: Laura...
Pero antes de que termine le cierro la puerta. Ya iba tarde cuando me he despertado, ahora voy todavía más tarde. Me visto rápido y me voy al hospitality de Repsol dónde los chicos están esperándome para desayunar. Santi y Marc se acercan a saludar.
Santi: Marc, ya no vayas a llamarla que se ha despertado sola.
Yo: Buenos días a tí también, Santiago.
Marc: Hola, petita. ¿Has dormido bien?
Asiento y se le forma una sonrisa de las suyas.

Por ti (Marc Márquez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora