Daño{Shawn Mendes Fan Fiction}*

5. Celar

5. Celar

Shawn y yo llegamos a un tipo de reconciliación entre ambos, Aún estábamos algo distantes pero ahora nos dirigimos la palabra y compartíamos más tiempo juntos que tan solo unas horas en el dormitorio como era antes.

Lo sentí sonreír en mi espalda y pasar sus manos por debajo de mi cuerpo, en un rápido movimiento volvió a posarse sobre mí y nuevamente comenzó a esparcir besos por toda mi cara.

—¿Me acompañas mañana a hacer las compras?. —Le pregunté con un pequeño puchero. Él besó mis labios cortamente y asintió con la cabeza. 

—Tengo que comprar más de estos, este es el último y pienso usarlo ahora contigo. —Dijo mientras me mostraba el último paquetito plateado entre sus dedos que contenía el producto que nos ayuda a no cometer un error. Se lo quite de las manos y de manera ágil hice que ambos nos diéramos la vuelta para ahora ser yo quien llevará el control.

...

—¿Que otra cosa necesitas? —Me preguntó Shawn algo fastidiado mientras miraba la estantería de las pastas y sopas enlatadas. 

—Falta tu encargo. 

—Cierto, iré por ese encargo Dijo con una sonrisa burlona.—Tu ve por la leche. —Me ordenó y caminó en dirección contraria a la mía. Caminé sin prisa al área de lácteos pero al no ir completamente concentrada terminé estrellando el carrito de compras con otro. 

—Lo siento, no veía por dónde iba y...

—No te preocupes. —Me dijo en chico bajito con una sonrisa, tenía unos bonitos ojos cafés y una sonrisa pequeña. Lo ayudé a levantar un pequeño paquete de pañales que se había caído de su carrito al momento del impacto y él me ayudó a ponerme nuevamente de pie. —Tengo la costumbre de dejarlo donde sea, soy Michael Warren. 

—Heather... 

—¡¿Qué diablos haces con mi mujer?! —Escuché el enfadado grito de Shawn en mi espalda. Me di la vuelta viendo como éste tiraba al piso las cajas que tenía en sus manos y se abalanza contra el chico.

—¡Shawn! —Vi como tomaba al chico del cuello y escuché como lo amenazaba. 

—Si te acercas a mi mujer nuevamente, me encargaré de que no vuelvas a ver las luz del sol. ¡¿Entendiste?! 

—S-si, señor. —El chico tomó sus cosas y se fue casi corriendo, Shawn tomó las cosas del suelo y me empujó levemente hacia el carrito. 

—Camina, hablamos en casa. —Me dijo con una voz tan fría que me hizo estremecer.

...

—¡No me grites! —Le grité nuevamente mientras me quitaba las lágrimas. 

—¡Solo me fui dos minutos y tu ya estabas coqueteando con ese chico! 

—Solo lo ayudaba, no hice nada malo. —Sollocé. —Sabes que nunca te sería infiel o haría algo en tu contra, sabes que te amo muchísimo. —Shawn me abrazó y dejo que mi cabeza reposara en su pecho permitiendo que mis lágrimas mojaran un poco su playera. 

—Deja de llorar, Heather. —Me dijo tratando de tranquilizarme, tomó mis mejillas y plantó un pequeño pero duradero beso en mis labios. —No quiero que hables con ningún otro chico. —Asentí con la cabeza y volví a pegar mis labios a los suyos con necesidad.

Durante varias semanas estuve evitando lo más que podía el contacto con chicos mientras Shawn estaba a mi alrededor, Autumn me decía y reclamaba que estaba perdiendo la cabeza por estar obedeciendo a mi novio pero era lo menos que podía hacer por él. Una noche ambos ya estábamos preparados para irnos a dormir, él tomó mi cintura y me acercó a él lo más que pudo para dormir acurrucados pero un mensaje en su teléfono hizo que deshiciera el abrazo y tomara el aparato.

—¿Que sucede, nene?
—¿Quieres ir a una fiesta? Ya ha comenzado pero podríamos llegar en media hora, ¿Que dices?
—Vamos. —Le sonreí mientras me ponía de pie y me dirigía al baño de la habitación por mi maquillaje.

Llegamos al lugar un poco más tarde de lo planeado pero aún así el temperamento de Shawn seguía siendo pacífico y relajado. Tomó mi mano en todo momento y me presentó a algunos de sus amigos que no conocía haciendo que me cuestionara sobre el dónde se había conseguido ese tipo de amigos. Llego un momento en donde me quedé completamente sola. Eran las tres de la madrugada y estaba muriendo de sueño, quería ir al auto y dirigirme a casa pero no tenía las llaves.

—Hola, ¿Necesitas a alguien? —Me pregunto un chico como una sonrisa que no mostraba sus dientes. 

—Busco a mi novio, ya es algo tarde. 

—¿Eres la novia de Mendes, cierto? 

—Sí, ¿Sabes donde está? 

—Él estaba en el patio trasero con... 

—¿Que diablos haces, Noah?. —Solo fue una fracción de segundo que pasaron entre la oración y los golpes, verlo ahí dándole una paliza a un chico que no lo merecía, muchos solo miraban y reían mientras otro trataban de separarlo del chico. Cuando lo hicieron me tomó del brazo y me hizo salir de ese lugar junto a él haciendo que temiera por la fuerte discusión que tendríamos en casa.

El agresor comienza a tomar completa posesión de la víctima, comienza a creer que nadie puede tener contacto con ésta y comienza a ahuyentar a las personas de su alrededor.