60 años después

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Hablar de las experiencias que los judíos vivimos durante el holocausto no es fácil. Entre nosotros, los sobrevivientes,lo hacemos. Cada quien tiene una historia diferente, aunque al final siempre es la misma: el sufrimiento.Solamente entre nosotros lo platicamos, porque las vivencias dolorosas ya las pasamos y ¿para qué hacer sufrir a otras personas con nuestros relatos? Sin embargo, ahora yo escribo sobre el holocausto para diferentes revistas; no uso mi nombre, sólo mis iniciales.Si no hablo yo, que fui un testigo, ¿quién lo va a hacer? 

Hoy en día yo no sería capaz de ofender a los alemanes porque todos somos humanos y los jóvenes de ahora no tienen por qué pagar condenas debido a que sus abuelos o bisabuelos fueron unas bestias. Se trata de algo que yo pregono y trato de explicar al mundo entero: que el camino no es odiarnos unos a otros, sino respetarnos mutuamente. Esto de las corrientes neonazis que han surgido son tonterías, y si son de una nacionalidad diferente a la alemana es más absurdo todavía. Tengo muchos amigos en el Colegio Alemán y en la embajada de ese país: son personas correctas y muy normales. Creo que el nazismo no debería haber existido; sin embargo sucedió y pagamos con nuestras vidas. 

Existen muchas versiones de por qué Hitler odiaba a los judíos. Yo puedo dar mi opinión también. Creo que Hitler llegó a Alemania de Austria con ideas interesantes de lo que conocemos como socialismo; sin embargo, quiso que éstas beneficiaran sólo a los alemanes.Por esta razón se hacía llamar nazi: "nacionalsocialista". Sonaba muy bonita esta idea de quitarles a los ricos para darles a los pobres, como Robin Hood,pero los alemanes que tenían una posición económica acomodada no estuvieron muy de acuerdo y comenzaron a ponerle obstáculos políticos. Era lógico porque pensaban: "¿por qué voy a darle a los pobres si yo trabajé toda mi vida para ganar lo que tengo?, que los demás trabajen para obtener lo suyo". Este fue un problema para Hitler, quien empezó a perder terreno ya que la gente no estaba tan entusiasmada con sus ideas.Pero él se dio cuenta de que casualmente los ricos eran judíos y cambió su sistema. Ya no les quitaba a los ricos para los pobres, sino que les quitaba a los judíos para los pobres... y todos los demás se callaron. 

Así fue como nació el odio hacia nosotros. Además,al ir avanzando la Segunda Guerra Mundial se dio cuenta de que en cualquier país europeo al que invadía no faltaban los judíos ricos. Y a un pobre no le importaba de dónde le traían el dinero; eso le ayudó mucho para ganar adeptos. 

A veces la gente me pregunta por qué los polacos católicos no hicieron nada para defendernos, que si también nos odiaban. Yo les respondo que fue una situación muy compleja. En Polonia Hitler pudo mezclar la religión con el pasado. Es decir, las versiones bíblicas de los tiempos de Jesucristo no favorecen a los judíos y él aprovechó eso para poner a los católicos en nuestra contra y dividirnos. 

No era precisamente que los católicos tuvieran una consigna casi religiosa de denunciar a los judíos, no.De pronto los nazis venían a una casa judía y se llevaban a toda una familia, nadie sabía quién los había denunciado,podía haber sido uno de los amigos de la familia, algún cliente o un vecino no judío. Pero también hubo polacos católicos que murieron por defender o esconder a los judíos y sus nombres están en las listas de los héroes y mártires del holocausto. Muchos de los sacerdotes católicos polacos fueron llevados alas cámaras de gas porque Hitler sabía que eran líderes,pues en los pequeños pueblos eran conocidos y tenían influencia sobre la población, así que para evitar insurrecciones los llevó al exterminio. 

Un caso muy conocido fue el de Karol Wojtyla,quien a pesar de ser católico luchó con nosotros en la resistencia y logró salvar a muchos judíos. Sin embargo,creo que la herencia antisemita de Hitler permeó en la población polaca porque, terminada la guerra,40 familias judías regresaron a sus lugares de origen y fueron los mismos polacos quienes los mataron porno querer entregarles sus pertenencias. 

Lo que sí puedo decir es que Pío xii, el papa de aquel tiempo, no sólo no nos ayudó sino que nos perjudicó mucho. El Vaticano tenía una estación de radio y una delegación de judíos italianos fue a pedirle al papa que a través de este medio de comunicación mandara un mensaje a los católicos, no para que escondieran judíos,pues esto ya significaba involucrarse en cuestiones políticas, pero sí para solicitarles que no ayudaran a matarnos. Los judíos y los católicos nos conocíamos,convivíamos, lo que se pretendía era que no nos denunciaran o entregaran. Sin embargo, el pontífice respondió:"No lo puedo hacer porque mi amigo Hitler se puede molestar mucho". Esto fue muy atrevido de su parte. Además, se le podía ver en muchas fotos abrazado del führer. 

Uno puede suponer cosas... Si en aquel tiempo hubiera sido Wojtyla el dirigente de la Iglesia Católica se podría pensar que por lo menos un millón o un millón y medio de niños se habrían salvado, porque ellos no usaban los parches. Ahora las cosas en cuanto a la religión son distintas: si una persona católica se quiere casar con alguien de religión judía no hay problema,no es necesario que alguno de los dos se convierta a la religión del otro. Viene el rabino de parte del judío y el sacerdote de parte del católico y los casan. Las dos religiones conviven en familia. 

Todo esto en Europa está muy controlado. Yo estuve hace algunos años en Varsovia, en la sinagoga, y me encontré con que la mayoría de la gente estaba rezando en polaco, cuando la costumbre era rezar en hebreo,aunque no lo entendiéramos; muchos sólo leían sin comprender el significado, solamente repetían,pero así nos educaron. El hecho de que la gente ahora rece en polaco me llamó la atención. Me acerqué y le pregunté a un muchacho: "¿Qué está pasando?, ¿porqué rezas en polaco, no sabes hacerlo en hebreo?" Él me contestó que ahora estaba permitido rezar en el idioma de uno. Eso fue lo que en su tiempo hizo mi camarada Wojtyla, lograr que cada quien rezara en un idioma que pudiera comprender y no repitiera sólo como perico. 

Este mismo chico me contó que su abuelo declaraba no tener familiares. Fue entonces cuando sospeché que podría ser uno de los tantos judíos que para no morir se refugió en la religión católica. Y así fue: su abuelo judío se casó con su abuela católica para salvarse.El joven volvió al judaísmo como un homenaje al sacrificio de su abuelo. 

Yo le digo al mundo que el camino no es odiarnos unos a otros, el camino es respetarnos. Esos movimientos, como los neonazis, me parecen tonterías.Los jóvenes mexicanos, franceses o ingleses no pueden ser nazis, primero porque no vivieron ese momento histórico, y segundo porque no son alemanes. 

Quiero que las nuevas generaciones conozcan mi experiencia y la cuento a través de conferencias y pláticas sobre lo ocurrido en el holocausto y la Segunda Guerra Mundial. Es necesario que todo el mundo entienda que nadie puede decidir sobre si otro tiene o no derecho a vivir. 

73760Donde viven las historias. Descúbrelo ahora