Cap. 5

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La puerta se abre dejando ver a mi nuevo niñero.

- ¿Qué tal te fue tu primer cliente? - sin decir nada, le entrego los mil euros ganados - perfecto, esto es para ti - me entrega unos cuantos billetes, me siento en el sofá y empiezo a contarlo.

- Quinientos - termino de contar, le miro a la cara y este tiene cara de felicidad.

- Cada vez que ganes dinero, la mitad será para ti, a no ser que el cliente se vaya molesto, si es así, te quedas solo con cien, ¿entendiste? - asiento - Muy bien - se acerca a mi, se agacha a mi altura y besa mis labios - descansa, en dos horas trabajas - sale de la casa dejándome con el dinero en la mano.

- ¿Cómo he podido llegar a esto? - susurro mirando el dinero. Me levanto del sofá, camino hasta la habitación y busco algo para guardar el dinero - perfecto - digo al encontrar una caja fuerte debajo de la cama, la abro y meto el dinero - pronto podré salir de aquí - susurro.

PDV.: XXX

- Vamos tío, lo pasaremos bien - dice mi estúpido amigo.

- No quiero ir - digo con expresión neutra.

- ¿Porqué? - se cruza de brazos.

- Por que allí solo hay mujeres mayores y paso de follar con ellas - explico.

- Pues vamos allí y vemos si hay alguna chica linda joven - me guiña un ojo, suspiro.

- Está bien, pero si ninguna de ellas me llama la atención, nos vamos -

- Prometido - me levanto de la silla giratoria, camino hasta mi estúpido amigo y con una sonrisa en el rostro, caminamos juntos hasta su coche, subimos en él y arranca hasta llegar a nuestro destino.

- No veo ninguna que me llame la atención - digo sin ganas.

- Espera, espera, ¿y esa? - pregunta señalando un lugar oscuro, donde hay una chica vestida con un pantalón corto ajustado y un top que parece una segunda piel junto con unos tacones muy altos.

- Está muy buena - susurro. Abro la puerta del coche, salgo de este con la risa de mi amigo por detrás, me acerco a la chica y puedo ver que no le gusta nada estar aquí - hola - ella me mira con ojos suplicantes - ¿cuanto cobras? -

- Mil - se cruza de brazos por el frío. Como si fuera autoreflejo, me quito la chaqueta y se la pongo por encima, me agradece con la mirada y sonríe.

- ¿Quieres venir conmigo? - pregunto amable.

- Gracias, pero no puedo - muerde su labio.

- Tranquila, nadie se enterará, ven conmigo - extiendo mi mano y ellla dudosa, la acepta, la llevo hasta el coche donde está mi amigo y comenzamos el viaje por la ciudad hasta llegar a mi casa - siéntete como en casa - ella asiente sonriente.

- Gracias - se sienta en el sofá y admira todo a su alrededor.

- ¿Quieres tomar algo? - ella niega. Me siento a su lado, agarro uno de sus mechones y lo acaricio con mi dedo índice - ¿cómo llegaste a esto? -

- Cuando era una niña de 12 años me secuestraron, desde entonces hago lo que me piden - explica temerosa.

- Tranquila, no haré nada que no quieras - sonrío, y ella en respuesta me devuelve la sonrisa - tienes una hermosa sonrisa -

- Gracias - se sonroja - ¿como te llamas? -

- Matías - sonrío - ¿y tu? -

- Todos me llaman Ángel - susurra.

- ¿Y tu nombre real? -

- Angélica -

- Bonito nombre, aunque no me extraña, teniendo tan hermoso rostro, tendrías que tener un hermoso nombre - se sonroja más.

- Debo irme, mi jefe debe estar buscándome - se levanta de golpe del sofá, pierde el equilibrio y cae sobre mi - lo siento - se intenta levantar, pero se lo impido, la agarro de la cintura y veo como sus ojos pueden atravesar todo mi ser.

- Eres hermosa - le aparto un mechón de delante de la cara y sonrío, me acerco un poco a ella, dejando nuestros labios a escasos centímetros, me acerco más y más hasta que ...

- ¡Tío! - grita mi amigo entrando de golpe en mi casa - lo siento, pero la putita tiene que irse - Angélica se aparta de mi con los ojos cristalizados. Mi amigo la agarra fuerte del brazo y la echa a patadas de mi casa.

- ¿¡Que coño haces!? - voy detrás de Angélica, pero ya no está - ¡Joder! - tiro de mi pelo frustrado. Me adentro de nuevo en casa y veo como el imbécil de Mateo está sentado tranquilamente en mi sofá.

- ¿Folla bien? - sin decir nada, me acerco a él y le doy un puñetazo en la cara - ¿¡Que narices te pasa!? - vuelvo a darle otro puñetazo.

- No quiero que vuelvas a insultarla - frota la zona golpeada con una mueca de dolor - ¿entendiste? - él asiente. Salgo del salón, subo las escaleras y me meto en mi habitación, me tiro sobre la cama con un solo pensamiento en la cabeza: Angélica.

PDV.: Ángel

Corro lo más rápido que me permiten mis piernas por las oscuras calles de la ciudad, hasta llegar a la casa vieja que me asignaron, me quito los tacones, los tiro en cualquier lugar de la entrada, corro a mi habitación y lloro lo que no he llorado en meses.

- ¿Porqué la vida es tan injusta? - murmuro - ¿porqué tuve que conocer a Matías? - lloro con más intensidad.

Prostituta #1 [+18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora