Rosas amarillas

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CAPITULO 10

Por primera vez no pensaba en nada más que en vivir el momento, acaso tenia que rendirle cuentas a alguien de mis acciones?

Ni la edad de Joel, ni el recuerdo latente de Luisma en mi cabeza, ni mucho menos mi cuerpo estarían por en medio de lo que estaba a punto de suceder.

Éramos dos cuerpos sin nombre dispuestos a disfrutar el uno del otro por completo.

_Te haría mía ahora mismo.

Joel pasaba sus manos por mi enorme trasero.

_ Que te detiene a hacerlo? somos un hombre y una mujer con plena consciencia en lo que estamos haciendo no lo crees así?

A decir verdad yo no estaba de lo más consciente en ese momento ,pero bueno eso qué diablos importaba? ya había sido suficientemente precavida en muchas ocasiones y en otras muy estúpida, y a donde me había llevado eso, era a sentirme engañada, humillada y hasta hace poco completamente rota.

Comencé por desabotonar su camisa, lentamente, sentía su respiración agitada, me besaba el cuello, mordisqueaba suavemente mis orejas mientras mis manos sentían su corpulento pecho palpitante, sudoroso.

Saque su camisa del pantalón y él se la quito apresuradamente, como si no quisiera perder un instante.

Dude un segundo en llevar mis manos hasta su cremallera pero fue él quien las dirigió hacia ella, podía notar el bulto que crecía por debajo de su cintura, lo toque por encima del pantalón y Joel lanzo un pequeño gemidito de placer que encendió mis sentidos, mi boca busco la suya y nos fundimos en un beso apasionado, largo, delicioso.

Sin perder tiempo baje sus pantalones y quedaron en sus tobillos por un instante, lo empuje al sillón donde se los quite con mis pies mientras mis manos se posaban en su vientre, me senté en sus piernas, seguíamos besándonos y nuestras manos explorando cada centímetro de nuestro cuerpo.

Joel se incorporo sosteniéndome de las nalgas y se dirigió a la habitación, una vez ahí me pare en sus pies y me dijo al oído que estaba completamente excitado, levantó mis brazos saco mi pequeña camiseta y al sentirme parcialmente desnuda frente a el cerré los ojos, paso sus manos por mis pechos haciéndome estremecer, poco a poco y centímetro a centímetro fue pegando su cuerpo al mío hasta terminar tumbados en la cama, beso mi frente y siguió con la punta de mi nariz y luego mi barbilla, bajo lentamente por la brecha de mi cuello bajando lentamente hasta alcanzar el valle que formaban mis pechos mismos que al sentir las caricias de su lengua y las yemas de sus dedos hacían todo mi ser vibrar.

Seguía besando y lamiendo mis pechos mientras sus manos suavemente me despojaban del pequeño short que tenia puesto junto con la diminuta tanga amarilla.

Quede completamente desnuda ante sus ojos y en un intento fallido por permanecer serena, sentí vergüenza de mi cuerpo y me cubría cara con mis manos, Joel inmediatamente dejo de acariciarme, aun con las manos en mi cara temía que mis abundantes carnes fueran la razón de su repentino frenar, para mi sorpresa al tiempo que deje de sentir sus manos en mi cuerpo las sentí en mis muñecas, las sujeto suavemente y las retiro de mi rostro, quedando cara a cara, me sonrió, beso cada una de mis manos y sus palabras me hicieron sentir en un cuento de hadas devolviéndome la confianza en mi misma.

_Alejandra me vuelve loco tu cuerpo, me encanta tu sonrisa pero tus pechos y tu vientre son los mas hermosos que he visto en mi vida.

Tomó mi mano y la puso sobre su aun aprisionado miembro, duro y deseoso de salir del bóxer negro que tenía puesto.

_Lo sientes? esta así por ti, por cada milímetro de tu precioso cuerpo y quiero que tus ojos vean como lo devoro con la mirada, y como lo disfruto con el resto de mis sentidos, eres hermosa.

Sus dulces palabras eran caricias para mi alma, hacían que me sintiera realmente hermosa y decidí entregarme por completo a ese chico que me estaba demostrando que era un hombre en toda la palabra.

Era la primera vez que me sentía plena, di rienda suelta a mis instintos y me dispuse a no cuestionar absolutamente nada, solo me dejaría llevar en ese momento por el deseo y la pasión que ya impregnaban de un olor a sexo completamente la habitación.

Devoramos nuestros cuerpos mutuamente, disfrutamos de todos los sabores que ofrecían y recorrimos cada rincón de ellos.

Sentía a Joel como parte de mi, en ese momento éramos uno solo, rodamos por entre las sabanas la cama y terminamos en el suelo, pasando por el baño y por cada rincón del dormitorio, me encontraba sudorosa, excitada, ansiosa.

Ahí estaba siendo poseída por un extraño y disfrutaba de todos los placeres que su cuerpo me brindaba y no tenia pensado reprimirme a nada que pudiera pedirme. Aunque podría decir que mi corazón y pensamientos le pertenecían a otro hombre, mi cuerpo y mis deseos eran por ahora completamente suyos.

Fueron momentos hermosos los que pasamos juntos, fue una experiencia increíble y maravillosa, alcanzamos nuestro orgasmo juntos y después de muchos mas terminamos rendidos y dormimos abrazados hasta que una llamada telefónica me despertó y salí de la habitación a atenderla.

_Alejandra te encuentras bien?

Era Enriqueta que me llamaba ya que se suponía debía haber estado en el instituto hacia más de medio día, en los 8 años que tenia trabajando nunca falte repentinamente y menos sin avisarle.

Después de disculparme y hacerle saber que todo estaba bien colgamos.

Había tenido una sesión de sexo impresionante, ahora actuaria normal y aunque pareciera soberbio, para hacerlo no esperaría a ver la reacción de Joel al despertar.

Saque una muda de ropa del armario y me di un baño rápido, ya estaba preparando café cuando los brazos de Joel envolvieron mi cintura y me daba un beso detrás de la oreja.

_Uhmmmm que bien hueles preciosa, fue una madrugada maravillosa, me encantaría que se repitiera.

_Te sirvo café?

Dije, sin tomar muy en serio sus palabras, pero sin ser fastidiosa.

_Gracias, que te parece si me doy un baño y te llevo a recoger tu coche?

_ Mi coche!! había olvidado por completo ese detalle. si, si gracias.

Llegamos al local al hacer un recorrido de 45 minutos en su veloz motocicleta.

_Listo Srta.

_Muchísimas gracias Joel, eres encantador.

Los dos sonreímos y nos dimos un beso de despedida.

Después de despedirnos y sin hacer ningún tipo de comentarios me dispuse a marchar a casa, sorprendentemente no había en mi ningún sentimiento de culpabilidad ni tenía ningún reproche.

Antes de llegar al departamento me detuve en una cafetería y compre unos bocadillos.

Eran las 5:00 de la tarde,encendí el televisor , traje conmigo los bocadillos y una copa de vino.

<ding dong>

Tome el telefonillo y pregunte quien era:

-Tengo un envío para la Srta. Alejandra De la Peña, puedo subir?

_ Déjelo en la portería por favor

- No puedo, necesito su firma

_ Ok, suba

Cuando abrí la puerta del apartamento un enorme arreglo de rosas de color amarillo y coral con un hermoso corazón rojo y una tarjeta en el arreglo apareció ante mi. Firme de recibido y pensé que era un hermoso gesto de Joel, aunque para decir la verdad no me entusiasmaba mucho.

La deje en la mesita del comedor y seguí viendo televisión, llego un mensaje al celular,mi corazón se desbordaba de alegría por lo que leia en el pequeño mensaje aunque no le encontraba ningún sentido.

--Mi niña, que decides, aceptas?--

No se porqué pero corrí a mirar lo que decía la tarjeta en el arreglo, entonces una enorme sonrisa acompañada de lagrimas de felicidad marcaron mi rostro...no podía creerlo, eran de él, eran de él!!!!

"Tú eres mucho más hermosa que ellas, gracias por demostrarme que vale la pena luchar y enfrentarme al mundo entero por ti... por favor dame una última oportunidad. Luis Manuel"

POR PRIMERA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora