CAPITULO 12
Tome la taza de té caliente entre mis manos y bebí un poco, caminé por todo el departamento de un lado a otro como si hacer eso me ayudara a no sentirme tan confundida, tan insegura, tan extraña.
El té no lograba calmarme, en mi mente surgían muchas más preguntas para las que no tenía la respuesta.
Ya pasaban 10 minutos de las 9:00 pm, tenía el deseo de recibir noticias de cualquiera de los dos, cerraba los ojos y suspiraba...
Tan necesitada de un hombre me sentía en esos momentos??
Será que era un placer nunca antes sentido del que quería mas y mas como si fuera una droga adictiva de la cual me estaba volviendo dependiente?
En realidad no sabía a ciencia cierta que me estaba ocurriendo pero cuestionaba mi actitud tan liberal, tan simple, tan sin tapujos y que honestamente me hacía sentir libre por primera vez de todas esas lenguas y ojos que siempre me habían criticado, esas que hablaron de mí y me miraban como bicho raro por el tamaño de mi cuerpo y por el tamaño de la ración extra de papas fritas que había siempre acompañando mi hamburguesa en el plato.
Ahora me sentía diferente ante todo eso, todas esas experiencias se venían minimizando en los días anteriores y me estaba dando cuenta que habían pasado muchísimas horas en las que mi cuerpo no había recibido una humillación de mi parte sino todo lo contrario y eso me hacía sentir feliz, rara y extraña pero en verdad muy feliz.
En esos momentos mi piel recordaba las caricias y besos de un hombre mientras mi corazón latía por otro, mismo que hasta hace unas horas era dueño de mis pensamientos.
Sí, tenía que admitirlo, Luis Manuel ya no era el único divagando por mi mente.
Bebí de un sorbo el té que estaba frio ya, deje la tacita en mi mesita de noche y me dispuse a dormir, no habían pasado 5 minutos cuando el sonido de un mensaje de texto en el celular me hizo saltar de un solo brinco desde la cama hasta el tocador para llegar a mi bolso y sacar el teléfono ansiosa por leer el mensaje.
No fue posible disimular la sonrisa que se dibujo en mis labios y menos aguantar la risita picara que salió desde lo más profundo de mi ser.
El mensaje estaba escrito con letras mayúsculas entre unas enormes comillas.
<<BUENAS NOCHES CARIÑO, DESCANSA QUE MAÑANA ESTAREMOS EN CONTACTO>>
Nuevamente número privado, aunque eso no me gustaba nada debo admitir que recibir ese mensaje me reconforta mucho.
Sonó la alarma del despertador anunciando que era tiempo de enfrentarme a mis diarias obligaciones en el Instituto.
Después de tomar un baño y un desayuno a base de café y pan tostado salí del edificio con rumbo a mi lugar de trabajo.
El día paso sin mayores novedades, Enriqueta había salido de viaje con Juan así que no tenia confidente en esos momentos para soltarle toda la sopa.
De regreso a casa me detuve por un instante en la avenida principal que llevaba a la colonia en la que se encuentra la estación de gasolina del padre de Joel, ya se que están pensando, yo también pensé algo parecido y últimamente me lo repetí mirando mis ojos en el espejo retrovisor...
_¿Como que te está gustando Joel, no Alejandrita?
Solté una bocanada de aire y seguí de largo, no era momento para tonterías de mi parte.
Sonó el celular y al revisar pude darme cuenta que era mi madre.
Tenía confianza con mi madre pero no la suficiente para contarle que su hija sentía que la puta que llevaba dentro estaba saliendo y de que manera.
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POR PRIMERA VEZ
RomanceÉsta es mi primer historia, no está editada y puede contener algunos errores ortográficos, una disculpa por ello y muchas gracias por leer Una mujer talla grande ha tenido muchas relaciones sentimentales tormentosas a lo largo de su vida, cuando po...