Eligiendo

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CAPÍTULO 15

Sentia vergüenza de mi misma, lo que estaba apunto de suceder lo ansiaba y lo necesitaba, no sólo para satisfacer mis deseos de sentirme amada por éste hombre, sino para por fin poder tener mi cabeza clara respecto a cual de los dos merecía una oportunidad.

Besé los labios de Luis Manuel, retiro su boca de la mía y en su rostro apareció una mueca de dolor, no sabía si era dolor físico causado por las heridas, o un dolor interno de saber que me había entregado a otro hombre, apenas me vi sola.

— Estás segura?
Su mirada era tan serena.

—Es lo que he estado deseando desde que te fuiste— respondí

Deseaba el cuerpo de Luis Manuel, lo deseaba con locura y mi cuerpo empezó a sufrir los cambios que llegan con la excitación y el deseo.

Lo dirigí a la habitación de huéspedes, no estaba preparada para entregarme a él en la misma cama donde fui de Joel.

—Señor que rico besa– dije con una sonrisa en mi boca

Ya en la habitación Luis Manuel me trataba de una forma muy delicada y dulce.
Empezó a desprenderme de mi ropa y junto con sus caricias me desprendía de mis dudas, mi cuerpo temblaba al contacto de sus manos, mi piel se estremecia con el simple rose de sus labios,

—Te deseo desde que te vi por primera vez— decía con voz suave —fuiste parte de mis sueños cada noche y ahora te tengo aquí, conmigo y para mi

Yo no podía decir palabra alguna, solo podía responderle con las más suaves caricias por todo su cuerpo.

Poco a poco fuimos quedando desnudos, lentamente, sin prisas, mi mente estaba en blanco.
No sentía vergüenza de mi cuerpo.
Las manos de Luis Manuel me decían con delicados roses que era hermoso.
Quedamos desnudos los dos, frente a frente sin ningún tipo de tapujos...
Cerré mis ojos y sus labios empezaron a besar mi piel de una forma distinta a todos los besos que recibí antes, era como si a travez de mi piel quisiera besarme el alma.

— Te me has metido hasta los huesos, necesito amarte— dijo

Me senté por petición suya en la orilla de la cama, se arrodilló ante mi y beso mis rodillas, hice mis brazos hacia atrás y recargue mi peso en mis manos, subió una a una mis piernas al filo de la cama y separó mis muslos, me miró fijamente y estiró su cuerpo hasta que su rostro quedó a escasos milímetros del mío, y beso mi frente.
Volvió entonces así a arrodillarse y llegar con sus dedos y su boca a lo mas profundo de mi intimidad, hacia que mi cuerpo quedará atrapado en cientos de convulsiones y espasmos que me hacían gemir como una verdadera perra en celo, me llevo al cielo, de repente mi cuerpo liberaba todos mis jugos vaginales mismos que la boca de Luis Manuel recibía y se dedicaba a saborear...
Se incorporó y subió a mi lado, nos recostamos uno al lado del otro y nos besamos profundamente, bese después su pecho cubierto de vello, pase mi lengua por sus pezones y baje lentamente dejando una estela de saliva por todo mi recorrido hasta llegar a su vientre,pude ver su miembro erecto, con la cabeza roja como si estuviera a punto de explotar, el solo sentir su aroma me hacía humedecer más mi entrepierna, quería devorar su masculinidad, sentir su falo en mi garganta me ponía verdaderamente caliente, nunca ofrecí un oral de esa forma, sus manos manoseaban mis pechos colgando, y yo lo disfrutaba tanto.
Me tomo por debajo de mis brazos y me llevo hasta quedar mi pecho sobre su pecho.

—Que rico nena, quieres sentirme dentro?— pregunto

—Sí, si, si te quiero dentro de mi— respondí con emoción

Nuestras voces parecían jadeos en ese momento.
Me puso en posición de cuatro en la cama y su cuerpo detrás de mi, podía sentir su calor, a los dos nos corría el sudor por todas partes.
Sus manos me tomaron por las caderas, empezó a penetrar me delicadamente, muy suave, yo movía mi cuerpo y él me sujetaba con una sola mano y la otra se enredaba en mi pelo...
Cada vez me penetraba más rápido, subia el ritmo y los dos nos veíamos hermosos el uno al otro, éramos un solo cuerpo encendido por la pasión, el deseo y el amor, era un complemento total que no dejaba espacio a ningún otro pensamiento que no fuera el estar ahí disfrutando nos como nunca nadie nos disfrutó.
Sus besos se adueñaron de mi espalda y de mi nunca.

—Mi princesa, como te deseo—
Decía entre gemidos.

—Mi amor, te necesito tanto– dije con mi voz notablemente excitada.

Recorrió una vez más mi cuerpo con sus manos y su boca, me hizo sentir la mujer más deseada y hermosa sobre la tierra, no hacían falta palabras, simplemente sus delicadas caricias para darme cuenta que me estaba deseando hasta la sombra.
No hubo precaución alguna por parte de ambos y así el llegó a su clímax aún estando dentro de mi, pude sentir la mezcla de su semen caliente en mi vagina y mis propios fluidos.
La habitación tenía un olor mucho más fuerte que sólo sexo, era una combinación muy placentera y erótica.
Terminamos exhaustos, nuestros cuerpos aún temblaban, me rodeo con sus brazos y beso mi hombro izquierdo.

—Amor, estuviste fenomenal. Me encantas toda— dijo entre risas

—Eres muy travieso ingeniero— decía mientras lo veía dulcemente

Me levanté para dirigirme al baño, estuve a punto de envolver mi gordo cuerpo en una sábana, pero su mano la tiro dejándome desnuda ante sus ojos nuevamente.

— Me encanta tu cuerpo Alejandra— exclamó —me vuelve completamente loco.

Sonreí y cerré la puerta del baño.
Me paré frente al espejo, me sentía completamente satisfecha y plena.
Hacer el amor con Luis Manuel habia sido una rica experiencia.

Dormimos casi toda la noche, ya que no perdió oportunidad para hacerme el amor una vez más, antes de la salida del sol.

—Cómo quieres tus huevos, jamón o tocino— preguntó

—hasta buen cocinero resultase eh— repliqué

—Huyyy, no conoces todos mis trucos preciosa—Dijo guiñendo un ojo.

El en boxers y yo con un camisón sin ropa interior, desayunamos entre risas y miradas, Luis Manuel era un hombre encantador y merecía una mujer sin ni siquiera la más mínima duda en su cabeza o su corazón.
Merecía una compañera de vida y yo no sabía si estaba preparada para ese gran paso en mi vida.

Continuará...

POR PRIMERA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora