Reflexionando

2.3K 34 4
                                    

CAPÍTULO 11

Mi corazón saltaba de alegría, yo saltaba de alegría dando vueltas en mi propio eje riendo a carcajadas y llorando como loca, de verdad que si en ese momento alguien me hubiese visto habría llamado al manicomio (un suspiro) Luis Manuel estaba pidiendo otra oportunidad, había pensado bien las cosas y en sus planes figuraba yo, tome una de las rosas del arreglo, aspire su aroma y cerré los ojos, por unos segundos me mantuve calmada, serena, como dándole tiempo a mi cerebro a asimilar lo que estaba pasando, Joel había sido una tabla salvavidas en medio del turbulento mar en el que me encontraba cuando aparecí frente a él, Joel me rescato de mis miedos, me enfrento con dulzura y supo manejar mi inseguridad de una forma que nadie pudo o tal vez nadie quiso hacer antes.

Pero, porqué estaba pensando en Joel si eso había sido pasajero?, ni siquiera sabia si volvería a verlo así que no tendría porque traerlo a esta situación, casi le ordene a mi mente extraerlo de ella, no quería que nada ocupara un solo pensamiento mío en ese momento que no fuera algo relacionado con Luisma.

Sí, estaba sumamente feliz por el detalle de Luis Manuel, enviarme flores desde su sillón en España que loco!!

Realmente me impresiono, tome el celular con la intención de responder su mensaje y me di cuenta que el número del que este provenía era privado, aunque hubiese querido responder cómo se supone que lo haría?

Mi felicidad se empezó a tornar en dudas, en preguntas para las que no tenia respuestas pero solo especulaciones.

Si verdaderamente Luis Manuel estuviera buscando un acercamiento real entre nosotros porque mantener una privacidad con la cual no podia tener una comunicación instantánea con él.

Tome nuevamente la tarjeta entre las flores y la leí una vez más, se suponía que le demostré que valía la pena porque fui a buscarlo al aeropuerto? y si se dio cuenta de eso porqué no decirlo en el momento?

¿Porque dejarme en ése padecer?

¿Porqué? ¿Porqué?

Eran tantas mis preguntas que empecé a enfadarme conmigo por sentirme feliz al tener noticias de Luis Manuel, empecé a enfadarme con él por no evitar todos los malos momentos a los que me enfrentaría después de su partida pensando en que jamás volvería a verlo.

Deseaba tenerlo enfrente de mí en ese momento, deseaba con todas mis fuerzas gritarle en la cara que me acosté con otro pensando en él, que fui suya con cada caricia de aquel hombre, que me sentí por primera vez una mujer hermosa en manos de un chiquillo que me hizo su mujer mientras en mis pensamientos estaba él y que ahora no me sentía segura de que se mereciera todo de mi en aquellos momentos mágicos donde estuvo siempre presente y ausente a la misma vez... ¿ahora que seguía? esperar su próximo detalle, su próximo mensaje?

Seria acaso esclava del telefonillo de la portería esperando por un nuevo ramo de rosas con algún mensaje suyo.

No, no le daría ese gusto, no se me iría la vida esperando nuevamente, si el quería otra oportunidad ahora el que tendría que demostrar que realmente vale la pena es él no yo.

Luisma sabía que no podía comunicarme con él así que le daría un plazo de 24 hrs para que él lo hiciera nuevamente, 24 horas para que se comunicara conmigo de una forma más personal o aunque me doliera el corazón pondría punto final a este capitulo en mi vida.

No niego que sentía miedo de enfrentarme a lo que vendría, pero estaba decidida a por fin ponerle rumbo a mi vida y dejar de girar en torno a alguien mas que no fuera yo misma, ya había tenido suficiente de eso y no quería seguir dependiendo de nadie para ser feliz.

Esa noche descansaría y trataría de no pensar en nada.

Mi vida venia cambiando de forma muy extrema en los últimos meses y estaba aprendiendo de cada experiencia vivida.

Apagué el televisor y camine a mi habitación, en el piso pude ver mi pijama tirada, no trate ni quise evitar sonreír al ver esa escena, me limite a levantar mi pequeña tanga amarilla del piso y pegarla a mi cuerpo, me senté a la orilla de la cama y cada una de las caricias que sentí esa mañana en los brazos de Joel recorrieron mi cuerpo una vez más sin estar él conmigo, seguramente no era la primera vez que ese muchacho pasaba la noche en la cama de una mujer a la que no buscaría después, Carajo!, se supone que no tengo que pensar en Joel, se supone que fue sexo de una noche que no se repetiría mas, el estaría en el local atendiendo y en su mente habría muchas cosas como para estar yo en ella.

No quería pensar en Joel, no deseaba pensar en Luisma pero los dos estaban en mi mente.

Me dirigí al baño y otra vez la imagen de Joel en mis brazos vino a mi mente, podía escuchar los gemidos de ambos, podía aun oler la esencia de nuestros cuerpos fundidos en uno solo, sentía en mi boca sus carnosos labios...

_¿Que carajos te está pasando Alejandra?

Me mire al espejo y me pregunte, pero no supe que responderme.

Empecé a desnudarme, tomaría un baño relajante y trataría de alejar cualquier pensamiento de mi mente, conforme fui quitándome las prendas de mi cuerpo este se reflejaba en el espejo y podía ver las marcas de los dientes de Joel en mis pechos, no podía negar que pase momentos maravillosos con el pero no tenia que aferrarme a ellos.

Abrí el agua caliente y la bañera se llenaba, puse unas sales de baño con olor a naranja y eucalipto que te relajan y despejan la mente, en ese momento necesitaba realmente despejar la mía, o me volvería loca con tanta cosa rondando en mi cabeza.

Ahora me sentía fresca, con la mente un poco mas despejada, tenia pensamientos mas claros, y trataba de entender y comprender que cualquiera que fuese la causa por la cual Luisma marco de un número privado tenía una razón de ser y no valía la pena adelantarme a especular, que ya tendría tiempo de preguntarle o tal vez no habría necesidad de eso.

Aun con la bata puesta fui a la cocina a preparar un té de manzanilla con miel para poder conciliar el sueño, pase la mirada por el reloj de pared colgado en la sala de estar y este marcaba las 8:00 pm.

Estaba confundida, no sabia si sentía amor por Luis Manuel o solo me sentía conmovida por las palabras que me dirigió aquella noche en el bar y que me habían llegado a lo más profundo de mi ser.

Por otro lado aunque me negara a pensar en Joel ahí estaba, ya había tenido sexo cientos de veces pero ese hombre me hizo el amor por primera vez, sabia que era un chiquillo y que lo de esa mañana fue algo pasajero, lo había disfrutado enormemente y aunque no volviera a verlo nunca, nunca iba a olvidar al hombre que me devolviera la confianza y que me hiciera apreciar mi cuerpo como el lo hizo, aunque quisiera no podría olvidar a Joel.

POR PRIMERA VEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora