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Nunca fui buena haciendo amigos. En realidad, nunca fui buena en nada. Mis calificaciones eran las buenas de siempre, esas que ayudan a no tener que repetir el año y estar tranquila en vacaciones.
Estaba algo nerviosa. La ciudad me era desconocida por completo. La idea de mi madre de mudarnos por tercera vez, era un disparate que se le iba a pasar en cuando decidiera que mudarnos nuevamente, sería lo mejor.
Ahí estaba, el Jackson College. Por fuera se veía agradable, imponente, con un cartel que anunciaba el nuevo ciclo lectivo y daba la bienvenida, pero al entrar, las cosas cambiarían todo aspecto simpático que exteriormente aparentaba.

-Quieres bajar de una vez? Harás que llegue tarde- había estado dos minutos dentro del vehículo estacionado, pensando en si realmente mi madre había hecho bien en anotarme en esa nueva secundaria, ¿pero que otra opción me quedaba? -no tengas miedo. Verás que aquí es distinto- intentaba darme ánimos -anda, ve, y que tengas un grandioso día!- prácticamente me bajó a los empujones.

Caí sobre la vereda en un último intento de mamá por deshacerse rápido de mi. Me levanté lo más veloz que pude y sacudiéndome la ropa, miré hacia todos lados para cerciorarme de que nadie había visto lo ocurrido, y para mi suerte, todos corrían a la entrada. El timbre había sonado.
Caminando por el largo pasillo, busqué algún adulto que me dijese donde podría buscar la llave de mi armario porque mi genial progenitora, olvidó pedirla cuando me inscribió y muchos días antes del inicio de clases siempre repetía que iría a buscarla y... nada... ni siquiera quería darme la dirección del colegio para que fuese en búsqueda de la dichosa llave; temía que me sucediera algo.
Una portera me dijo donde quedaba el despacho de la directora pero que mi asunto tenía que tratarlo con la secretaria. Intentaba caminar entre los alumnos con gran dificultad, ninguno se había adentrado en los salones, estaban haciendo tiempo en ese diminuto espacio mientras charlaban.
Casi llegando a la puerta de la secretaría, tropecé, no supe si fue con una mochila, morral o mis propios pies. Todos los que me vieron azotarme contra el piso se rieron estruendosamente. Segunda maldita caída del día y esta vez, media institución me había visto golpearme de una manera tan estúpida.
Me puse completamente roja de vergüenza. Un profesor me ayudó a ponerme de pie mientras reprendía a todos por reírse en vez de ayudarme. Luego de corroborar que estaba bien, me dijo que fuese a mi aula, pero no tenía idea de cual era, ni que clase me tocaba. Él se fue y me dejó parada en medio del cruce de los pasillos antes de que le agradeciera por su ayuda.
Entré a secretaría despacio, saludando con el "buen día" y vi con cierto temor a la que supuse, era la secretaria, con su cabeza apoyada sobre sus manos denotando el estrés del inicio de clases.

-Disculpe- dije en voz baja y me parecía una broma, otro colegio en donde nadie notaría mi presencia a no ser que vuelva a tropezarme- disculpe! -casi que pego un gran grito.
-Eh, si? Buen día, necesitas algo?- su rostro no demostraba otra cosa que ganas de irse a seguir durmiendo.
-Si, mi madre olvidó retirar la llave de mi locket y pues, ni siquiera sé que clases tengo que tomar, podría ayudarme?

Se levantó apesadumbrada. Era una mujer regordeta, con muchos anillos en sus dedos y bonitas pulseras en sus muñecas. ¿Será que al llegar a cierta edad, a las mujeres se nos da por llenarnos de bijouterie por todo parte visible de nuestro cuerpo? porque también tenía un hermoso collar, innecesario de ser exhibido en un colegio, a mi gusto lo guardaría para una salida por la noche, de esas de las que no tenía ni idea como eran.
Buscó en un archivero mi legajo para cerciorarse de que estaba inscrita. Desconfió de mi madre, lo noté y no tenía porqué negarmelo, olvidarse de buscar la llave por mi, deja a la vista el poco interés que tiene porque su hija esté bien preparada para un nuevo inicio en otro colegio.

-Cruz, Jadian Freyja? Tienes nombre de diosa- dijo mirándome sugerente. Odio mi segundo nombre. Mi madre y su amor por la cultura vikinga -A ver...- revolvía varias carpetas -aquí está. Segundo año, eh? así que tienes ¿15?
-16... perdí un año.
-Oh... bien, intenta no perder este, de acuerdo? Aquí están tus horarios y déjame ir por tu llave.

Ahora es mi TurnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora