11

110 19 4
                                    

El último viernes de vacaciones, iba camino a casa de Phil. Quedaba cerca del colegio y me la enseñó una vez, así que no era nada del otro mundo, era un camino que conocía.

Iba con mis auriculares puestos concentrada en mi mundo, cuando atravesó su moto en mi camino antes de cruzar la esquina. Al mirarlo, los nervios que me provocaba tenerlo cerca, comenzaban a hacer estragos en mi.

—¿A dónde vas tan deprisa si es que se puede saber? —no podía ver su expresión facial por completo por sus lentes oscuros pero podía imaginármela.

—A... a visitar a alguien.

—Si quieres puedo llevarte —miré hacia el camino que tenía que seguir y dudé un momento.

—No, gracias... me hará bien caminar.

—¿De verdad no quieres que te acerque?

—No... en serio, gracias...

—Esta bien... ¿Podemos vernos esta noche o sigues castigada? —hizo una mueca de sonrisa. No se había olvidado de la salida a la cual me negaba aceptar.

—Tienes mi número de teléfono. ¿Puedes marcar más tarde?

—De acuerdo. Espero que tu madre nos deje salir sin ningún problema —deseaba que me dijese que no.

—Veremos —sonreí forzosamente.

Él aceleró su moto y desapareció en cuestión de segundos. Agradecí que se fuese sin insistir un poco más.

No podía negar que me gustaba. Cada vez que se me acercaba, mi corazón latía con fuerza, podría estar el día entero mirándolo, escuchándolo hablar por más tonterías que dijese, verlo ir y venir. No sabía si estaba enamorándome, pero si así era, me gustaba la sensación que me producía.

Respiraba profundo intentando relajar mis sentidos. Al acercarme a casa de Phil, vi la moto de Sav. Me escondí tras unos arbustos esperando a que se fuera, pero cuando salió, no lo hizo solo, se llevó al guitarrista con él. Lo pensé por un momento y fui a dejarle el regalo con su madre. La señora Collen es una mujer encantadora, cuando le dije mi nombre, asombrada me dijo «—¿Tú eres Jadian? Phil me habla mucho de ti... ¡siempre! Nada de día de por medio, siempre te tiene presente en sus anécdotas». Me pareció algo extraño pero a la vez agradable de saber que alguien pensaba en mi de manera positiva.

No hablé demasiado con ella, aunque quería que pasara al interior de su casa a beber algo mientras esperaba a su hijo, preferí volver a casa.

Cuando cayó la tarde, el teléfono de casa sonó. No podía ser nadie más que él con su incansable persistencia.

—Hola.

—Escucha, hay una fiesta esta noche —por un momento tenía la ilusión de que no me invitara— Así que estate lista para las ocho. ¿Puedes?

—¿Me avisas una hora antes de pasar por mi?

—Oye, lo siento, ¿si? Estaba acomodando el lugar para recibir a la gente. ¿Entonces paso por ti en una hora? —resoplé.

—Tengo que hablar con mi madre. No puedo prometerte nada.

—En diez minutos te llamo. Trata de convencerla.

—¿De verdad es tan importante que yo vaya? ¿No puedo quedarme en casa?

—Escucha, Jadian... Sé que eres una chica con pocos amigos. Esta es tu oportunidad de venir y socializar un poco. Estará Phil... —el que me dijese eso me hacía pensar que fue idea de Phil más que una insistencia de Sav.

—No lo sé. Que esté Phil no cambia nada. Ha salido antes sin mi... Además, él y yo no somos nada como para que intentes convencerme de que vaya solo porque estará allí.

Ahora es mi TurnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora