Estaba durmiendo tranquilamente cuando un rayo de sol me pegó en la cara, lo cual hizo que me despertara.
Me senté en la cama y estiré un poco los brazos y la espalda. Al cabo de unos segundos me había dado cuenta que...
-¡Me quedé dormida! No puedo faltar hoy, ¡tengo un examen!
Me levanté de un salto y corrí a despertar a mi madre, luego volví a mi cuarto para ponerme el uniforme, dejando muchas otras ropas tiradas en el alboroto.
Al terminar de arreglarme simplemente agarré una manzana para comer en el auto como desayuno.
Y en el camino me di cuenta de que había olvidado ponerme corpiño... mierda. No me preocuparía tanto ya que mis pechos no son tan grandes, el problema es que la camisa del colegio se transparenta mucho.
Para evitar eso me puse el suéter, sólo me falta aguantar el calor... y claro, también olvidé ponerme desodorante, ¡nada mejor que comenzar el día con el pie izquiero!
Llegué al colegio y corrí a mi salón. Al llegar todos ya estaban en sus sitios, por suerte Serena me había guardado lugar a su lado, por lo menos no todo es un desastre ésta mañana...
Me senté a su lado y adelante de nuestros asientos note algo extraño, Nick y John sentados juntos.
-Wow -la dije señalando a los chicos- ¿Y ese milagro?
-No lo sé, preguntales al terminar la clase.
-Ok. Por casualidad, ¿tenes desodorante?
-No, ¿por qué traería desodorante al liceo?
-El calor -dije mirando al aire-.
-¿Cuál? -dijo entre risas-.
-Olvidalo -reí también y comencé a copiar lo que había en la pizarra-.
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Al finalizar la clase John salió del aula dejando a Nick sentado sólo leyendo. Aproveché y me senté a su lado.
Toqué su hombro para llamar su atención -Una pregunta, ¿por qué te sentaste con John?
-¿Algún problema?
-No, para nada. Sólo es extraño.
-Lo más extraño es que él me lo pidió. Decime... ¿es raro que crea que me gusta? -dijo sonrojándose-.
-Awwww -lo abracé-. Que lindo. Claro que no es raro, o sea él es lindo y te ayudó, no digo que él me guste, pero debo admitir que es lindo, y para vos es lindo, y es bueno, sí, muy bueno y...
-Ya entendí -me interrumpió. Nos miramos y reímos-.
-Lo siento, es que... no sé, me emociona. ¿Pensas decirle?
-No... -dijo con tristeza-. O sea, ni siquiera sé si me gusta, sólo es un poco, o quizá simple atracción. Apenas hablamos. Y si llega a gustarme de verdad, temo que vaya a reaccionar mal si se lo digo...
-Entiendo... tenes razón, nunca se sabe y mejor no alejarlo.
-Si. Gracias -me abrazó-.
-¿Por qué? -lo abracé también-.
-Por dejarme hablar de esto con vos sabiendo que me aceptas, sos la primera persona así en mi vida.
Sonreí -No hay de que.
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Llegué a mi casa y prendí la PC. Era un mensaje de George, me había dado su usuario de Skype y me dijo que lo llamara a las 6, o sea en media hora. Y Serena también estaría en la llamada.
Me saqué el uniforme y me puse la remera negra que me regaló mi papá el año pasado de Futurama, la cual me queda como vestido ya que mi papá es más alto que yo por una cabeza, y una calza negra. Suelo ponerme este conjunto para estar en mi casa, es muy cómodo.
Para pasar el tiempo me puse a leer Las Ventajas de ser Invisible, es la primera vez que lo leo y no voy ni por la mitad, pero realmente me gusta mucho.
Vi el reloj y ya eran las 6, así que agarré mi laptop y abrí el Skype, dispuesta a llamar a George.
