Primer día de clases, sin duda este año iba a ser horrible, este colegio es totalmente nuevo, extraño a todos mis amigos y odio conocer gente. Justo cuando había logrado integrarme, a mis padres se les ocurre mudarnos.
Mi mamá me levantó a las 6:30 para llegar al colegio a las 7:00. Me puse mi uniforme (una falda a cuadros con distintos tonos de verde, corbata de la misma tela, camisa blanca con el logo del colegio, zapatos de charol negros y medias azul oscuro), desayuné, me peiné y ya estaba lista para ir a clases, bueno... eso creo.
Llegamos al instituto, desde la ventana del auto observaba el edificio mientras nos acercamos. Es de dos pisos, paredes de ladrillo y ventanas con rejas negras, "¿en serio? Esto no puede parecerse más a una cárcel".
El aspecto por fuera daba algo de miedo, pero bueno, es lo que hay.Mamá estacionó así que me bajé del auto, me colgué el bolso y entre al colegio. En la entrada se llegaba a un largo pasillo lleno de puertas, y una señora me recibió allí con una sonrisa.
-Hola. Una cara nueva... -me tendió la mano-. Un gusto, soy la profesora Laura, doy matemáticas, bienvenida al colegio Juan Pablo, ¿cómo te llamas?
-Celeste Alonso, un gusto igualmente -estrecho su mano con una sonrisa timida-.
-Muy bien, Celeste -suelta mi mano y se acomoda los lentes-. ¿A qué año vas? Te voy a ayudar a llegar a tu aula, si es que lo necesitas.
-Sí, claro. Voy a primer año.
-Ahhh, exelente. La próxima clase es conmigo. Veni, por acá está tu curso -se dio media vuelta para que la siga y se dirigió hacia una puerta al fondo del pasillo-.
-Acá es, que tengas suerte en tu primer dia -dice con una sonrisa-.
-Muchas gracias, nos vemos -entro rápido al aula antes de que se le ocurra continuar con el dialogo-.
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Entré al salón y me senté en uno de los lugares de atrás. Luego de que algunos se acomodaron, en el banco libre que quedó a mi lado se sentó una chica. Usaba lentes con el marco azul, con un estilo hipster, pelo corto (un poco más arriba de los hombros) y negro. Se notaba que era más alta que yo -1.67 quizá, (aclaro que mido 1.50)- y su piel algo oscura y su acento se notaba que no era argentino.
-Hola -le digo-, ¿vos también sos nueva?
-Emm... no, ¿por qué? -se puso el pelo detrás de la oreja-.
-Es que con todos los otros lugares libres viniste a sentarte conmigo.
-Lo que pasa es que mi mejor amiga se cambió de colegio este año, me dejó sola, maldita becerra. Después el resto me cae mal.
-¿Becerra? -¿eso que significa?- ¿De dónde sos?
-Soy de Venezuela. ¿Tu siempre viviste aquí?
-¿Acá en Buenos Aires? No, me mudé hace poco. Vivía en Córdoba.
-Ahh... con lo tranquilo que es Córdoba, ¿por qué has venido aquí?
-Trabajo de mi padre. Por cierto, me llamo Celeste.
-Serena.
El profesor entró al aula y nos pidió silencio, a continuación me señaló y pidió que pase al frente. "Matenme".