5. Todo se vino abajo.

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—Buenos días Caroline —salude con una gran sonrisa a la rubia, quien se encontraba en la cocina cocinando algo.

—Hola Ana, buenos días —respondió el saludo de la misma manera.

—¿Cómo dormiste? —abrí el refrigerador tomando un poco de sangre para el desayuno.

—Bien gracias —sonrió—. Me volví a teletransportar; como cuando era niña. Ya sabes, que dormías en el sillón y despertabas en la cama —ella soltó una pequeña risita volviendo a poner su atención en el sartén.

—Si, lo sé —le mencioné—. Aunque cuando yo era niña me tenían que cargar entre dos personas por lo grande de mi vestido. ¿Cómo está tu mamá? —curiosee

—No lo sé aun. Estoy preparando esto para su desayuno ¿quieres? —ofreció con su sonrisa amablemente.

—No gracias —negué de la misma manera amable que Caroline había ofrecido—. Prefiero una buena dosis de sangre —moví mi bolsa de sangre entre mis manos.

—¿Iras a preparar la mascarada? —pregunto la rubia.

—No —asegure—. Stefan se ofreció para eso. Yo me quedaré en casa a no hacer nada —sonreí disfrutando de mi plan—. Caroline —llame suave su nombre—. Lamento por todo lo que estás pasando —la rubia se giró a verme prestándome su atención.

—Esta bien —sonrió sin muchos ánimos.

—Yo sé exactamente por lo que estás pasando —mencione intentando que ella no se sintiera como se siente ahora—. Mi caso es que mi padre me odiaba desde que nací, nada que ver con tu situación porque tú madre te ama, pero sé que ahora siente que no lo hace, solo quiero decirte que no es así. Tu madre te ama y te amará sin importar que. De eso tienes que estar más que segura Car.

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Después de estar aburrida en mi recamara escuchando música decidí salir a correr por el bosque, el clima estaba agradable, así que opté por disfrutar del clima.

Me cambie de ropa y me coloque una ropa deportiva, unos tenis, una cola de caballo alta, mi celular, audífonos y salí de la habitación.

—¡Oh! —me sorprendí al llegar abajo—. Hola Alaric y Jeremy. Ustedes si que son sigilosos. No los escuché.

—Hola —saludó el adulto.

—¿Qué están haciendo? —curiosee mirando todo a su alrededor.

—Una investigación acerca de los Lo...—Jeremy no termino porque Damon lo tomo bruscamente del hombro haciéndolo callar.

—Lugares más alejados del mundo —mi hermano respondió rápido— Ya sabes, cuando uno se quiere ocultar a dónde ir. Cosas de hombres —en el rostro de Damon se dibujó esa estupida sonrisa suya.

—¿Cosas de hombres? —me crucé de brazos mirándolo directamente—. No querrás decir conspiraciones estupidas estilo Damon Salvatore.

—Ja ja ja. Que graciosa —mencionó con su sarcasmo—. No hacemos nada malo.

—Damon tus "No hacemos nada malo" —imite su voz—. Siempre terminan con la muerte de alguien.

—No esta vez —sonrió—. Lo prometo —levanto la mano como promesa.

—No te creo —le mire seria—. Pero como se que no me dirás nada y no dejaras que me involucre saldré. Iré a correr al bosque.

—Ten cuidado —sentencio serio—. ¿Llevas tu celular? —asentí enseñándolo entre mi mano—.De acuerdo. Llama cualquier cosa —asentí nuevamente.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora