15. ¿Qué es lo que esta pasando?

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Después de dejar a Alaric-Klaus en su departamento, regrese a el que hoy era mi nuevo hogar.

Me di un buen baño, cene un plato de cereal y después me fui a la cama, aunque no a dormir del todo, di más vueltas que otra cosa y es que estos últimos días con todo el estrés que he cargado y con todo el coraje también las cosas conmigo no andan nada bien, he tenido un par de episodios extraños y complejos que no se como manejarlos, necesito ayuda y estoy muy consiente de ello.

Al despertar me quede un rato en cama, me quede pensando en que lado de los bandos me encontraba, yo en realidad estaba en medio de todo este alboroto y por ende entre la espada y la pared.

Por un lado, estaba del lado de mis hermanos, no por proteger a Elena o porque siga viva, respirando en este mundo, pero no soportaría perder a mis hermanos de nuevo. Por el otro lado de la moneda, necesito a Klaus vivo, ¿por qué? razones mías, que solamente Elijah y yo sabemos.

Ocultarles cosas a mis hermanos no me agrada del todo, pero por ahora no estaba en mis planes contarles mis secretos, así que, ¿Qué podía hacer? ¿Proteger a Elena o proteger a el idiota?

Al pasar lo que fue alrededor de una hora, casi dos, decidí levantarme y preparar algo para comer, no tenía muchas ganas de cambiarme así que me quedé con mi ropa cómoda. Tome asiento en una silla de la barra a comer lo que cociné, bebí un poco de jugo de manzana y un poco de sangre al igual.

Sin muchos ánimos de lavar los trastes los deje solamente en el fregadero y me fui a sentar a la sala para poder ver la televisión un rato, pero realmente no paso del todo, pues mi cabeza daba muchas vueltas en pensar y pensar.

Mi celular comenzó a sonar en alguna parte de la casa, me puse de pie en busca del aparato guiándome por mi sentido del oído.

—¿Si? —mi voz apenas y logro salir en un tono apreciable.

—Me alegra escuchar tu voz de nuevo —todo en mi recupero la esperanza y la alegría.

—Elijah —mi felicidad no se podía contener solo en mi ser, si no que salía en mi voz.

—Necesito verte —automáticamente me levante del sillón al pedido del Original.

—Claro —asentí — ¿Dónde estás?

—En la mansión de los Lockwood.

—Voy en seguida —tan pronto como colgué el teléfono, me adentré a la ducha.

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—Dios —me lance a los brazos de Elijah, que como siempre me recibieron con calidez.

—Hola mi niña —dejo un cálido beso en mi cabeza, causando que lo abrazara con mayor fuerza.

—¿Dónde has estado? —cuestione y por alguna razón mis lágrimas estaban presente en mis mejillas.

—No llores —seco mis lágrimas con su pulgar.

—Es solo de felicidad —asegure sonriendo.

—Tal vez estuve un poco muerto —lo tomé del brazo caminando por el jardín juntos—. Todo este tiempo estuve en tu casa, con una daga en mi pecho.

—Lo imagine —suspire—. Damon rompió mi cuello cuando te apuñalaron en la cena. Después cuando desperté, mis hermanos venían de la compañía de Elena, les pregunte que donde estabas y bueno me mintieron, amenace a Elena y ya sabes. Me salí de casa y ahora vivo independiente.

—Lo supongo —lo abrace un poco más.

—Tu hermano está aquí —mencioné en voz muy baja, casi, casi sin querer decirlo.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora