capitulo 2

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¿Un campo de energía? Sigo sin entender ¿por qué obstruyeron el paso al bosque? Bueno, eso fue lo que Eidan me mostró para que no me matara yo misma porque hacía exactamente eso, caminaba a una muerte segura.
Hasta ahora me he dado cuenta de que realmente no estoy sola como pensaba pero ¿por qué Eidan no apareció antes? No es como si jugara a las escondidas o algo por el estilo, solamente quiero salir de aqui y conocer un mundo real, no puedo imaginarmelo dado a mis circunstancias de "vivo en el prado" ni si quiera tengo una casa donde quedarme por eso vivo a la intemperie.
Y ahora que recuerdo ¿mis ojos son de un color extraño? Es decir, no es posible tener un ojo azul zafiro y uno verde esmeralda, no tiene sentido alguno, dudo que el me haya metido aunque pudo hacerlo para despistarme, puede ser un amigo o un enemigo, no lo sé a ciencia cierta y por el momento sólo quiero dormir.
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-Menuda dormilona que estás hecha, Andra- esa voz era de Eidan, lo sé porque es la única que conozco. Aún no quiero despertar así que me puse boca abajo pero sentí una mano sobre mi cabeza y después rebotó.
-¿Cuál es tu jodido problema? ¿No me pudes dejar dormir tranquilamente?
-No, a menos que quieras pasar lo que te queda de vida sin saber que haces aquí.
-Alto ¿Me llamo Himeko o Andra?
-¿Por qué?
-Ayer me dijiste Himeko y hoy Andra ¿tienes problemas con la memoria o sólo quieres confundirme?
-Error mío. Tu verdadero y único nombre es Andra, lo de ayer fue un estúpido desliz mío.
-¿Desliz, Himeko no es un nombre?
-Si, pero no tienes porque saber lo que significa. Ahora si no te importa quiero comer así que vienes conmigo o tomaré tu porción para mi.
-Eres un mandón.
-Lo se- mostró una sonrisa y en sus ojos se reflejaba la burla-. Anda ya se que se te antojó un plato de lodo con gusanos y césped.
Me quedé perpleja ¿puede leer mis pensamientos? Pensé que esa era su idea de comida porque aquí no hay nada aparte de eso.
-Nunca comería algo tan asqueroso, que pena me das Andra.
-Ahora eres un engreído- debo admitirlo con ese brillo burlón en sus ojos se veía sexy, un segundo después de que pensé eso el soltó una carcajada.
-Me divertiré mucho con tus ideas, petite.
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Apenas lo conocí ayer y por primera vez desde que estoy aquí prefiero estar en la pradera que con un cretino, engreído, idiota que no piensa en nada más que el y al parecer disfruta burlarse de mi, ni que fuera un juguete de cuerda que habla. No recordaré como era mi vida antes pero puedo hacer pequeñas comparaciones con objetos que recuerdo vagamente.
Las estridentes carcajadas de Eidan me han llegado a sacar completamente de mis casillas, me harta el hecho de que se ria de mi y no saber que demonios digo o hago para causarle espasmos provocados por sus tontas risas.
Después de una hora sentados en la orilla del río la cantidad de carne que Eidan había conseguido me impactó cociéndose en la fogata improvisada que el mismo había realizado. Al final disfrute mucho de la comida, tanto que ni siquiera había notado que tenía demasiada hambre como para parar de tomar trozos de todo lo que teníamos. Algo de lo que me arrepentí porque el tonto a mi lado no dejaba de molestarme con que comía como ballena o que si no era un barril sin fondo disfrazado de humano, me harté y le lanze un hueso a la cara, para mi sorpresa impacto en su ojo.
-¿Qué fue lo que te dijeron?- preguntó Eidan después de pasar su pulgar sobre su ojo para frotarse.
-¿Dijeron? ¿Quiénes?
-Ellos.
-¿Podrías ser especifico?
-Ellos. Las personas que nos enviaron aquí ¿que te dijeron?
-¿Enviaron? Es decir, ¿Tu tampoco sabes cómo era tu vida antes de esto?- dibuje un círculo con la mano.
-Si, recuerdo más que tú, pero los recuerdos vuelven poco a poco, no del todo en poco tiempo, si no lentamente con el paso de los días, ese no es el punto ¿qué fue lo que te dijeron? ¿Cuál fue tu misión asignada?
- Tu única misión en ese lugar será encontrarlo.
-Intenso, pero ¿encontrarlo? Hay más como nosotros así que ¿encontrar a quién precisamente?
-¿Hay más como nosotros?
-Si, están aislados y me sorprende que no seas tan reservada como todos, por lo general no son tan preguntones.
-Ja. Ja. Soy nueva y no soy todos.
-Buen punto- se paró del suelo y comenzó a caminar.
-Espera, ¿puedes llevarme?
-¿A dónde?
-Al lugar donde están los otros?
-Tal vez algún día.
-¿Y que hay de ti?
-¿De qué?
-Tu misión.
-Esa es información clasificada, tendreese*- y en un abrir y cerrar de ojos el desapareció, delante de mis narices de nuevo.
*Ternura en francés.

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