capitulo 1

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Estaba deambulando por una pradera sin fin, muchos pensaran que es hermoso estar en un lugar lleno de flores, pasto verde apenas creciente y el silencio que te permite pensar en todo aquello que has hecho bien y lo que has hecho mal, para mi es lo peor.
No soporto estar en esta pradera, no recuerdo quien soy o porque estoy aquí, lo único que se es que alguien me dijo: Tu única misión en ese lugar será encontrarlo.
Pero... ¿Encontrar a quién? En este lugar no hay nada, simplemente estamos mi subconsciente y yo tratando de averiguar lo que esas personas quieren de mi, simplemente es una mierda esta situación.
Me paro del piso y comienzo a caminar sin rumbo alguno en realidad, en todo el condenado tiempo que llevo aquí no he explorado lo que hay más allá de mi vista y empezar ahora tal vez podría ayudar.
Tan pronto como empiezo a aumentar mi velocidad descubro que hay algo más que la pradera sin embargo es algo espeluznante y no me atrevo a ir, es decir, ¿quién en su sano juicio entraría a un bosque oscuro y más retorcido que un laberinto? Porque eso es lo que parece, el cielo está atiborrado de una niebla tan espesa que apenas y logró ver algo, lo que sigue son árboles formando ese retorcido laberinto del que no creo que haya una salida, por más que no quiera ir a averiguar existe algo que me atrae a ese bosque. Sigo caminando hasta que llegó a un árbol inmenso que al parecer algo le ha quitado la vida, no recuerdo haber visto un árbol tan seco en lo que llevó de vida, aunque es tonto decirlo porque no recuerdo nada de esa vida. Cuando al fin me animo a entrar corro como si mi vida dependiera de ello y una horripilante voz me detiene.
-Yo no haría eso si fuera tu- me detengo de golpe a punto de caer por el barranco al que llegue sin notarlo.
-Pero tú, no controlas lo que yo hago- respondí a quien sea que me haya hablado antes.
-Ah, claro. Por el momento no lo hago.
Pero lo haré si sigues tratando de pasar por ahí- su maldita voz me causaba escalofríos, cada vez que hablaba una corriente gélida pasaba por mi espina dorsal.
-¡Ja! ¿Quién te crees? Dudo que seas un mago o poseas algún tipo de poder para detenerme.
-Dudalo si quieres, pero adelante. Haz lo que te plazca.
-Deja de hablar ¿quieres?- me giré para buscarlo en el lugar de donde supuse que venía su voz, a unos pasos atrás de mi pero no estaba- ¿Dónde demo...?
-Oye, tranquila schön*.
Gire sobre mi eje y al fin vi a él dueño de esa voz. Era irreal. Tenia que serlo, ninguna persona es tan malditamente perfecta. Cabello ondulado negro azabache, nariz griega, altos pómulos, labios ligeramente gruesos, piel tersa parecida a la porcelana, sus cejas anchas y bien definidas, sus pestañas, maldita envidia y por último sus ojos ¡madre santa!, me talle los ojos para ver qué no era una ilusión, su ojo derecho era color azul zafiro mientras que el izquierdo era verde esmeralda. Como dije, el no puede ser un humano en lo que a mi respecta.
-¿Te gusta lo que ves? O ¿quieres seguir vivoreando?
-Ah, maldicion. ¿Qué se supone que eres tú?
-Existen muchas cosas que no puedo aclararte, pequeña Himeko*.
-¿Cómo?
-Ese es tu nombre. Ahora, te recomendaría que te alejarás de ese bosque a menos que quieras achicharrarte- sonrió y se le formaron pequeños hoyuelos en la parte superior de sus mejillas. Después de eso trepó al árbol de un salto.
-Detente- conseguí articular antes de que volviera a saltar y se volvió a mi- ¿Podrias decirme algo con respecto a mi?
-No se a que te refieres con eso.
-Mmm. Mi físico ¿tal vez? No tengo la menor idea de como soy y no lo soporto.
Pareció pensarlo, se frotó la barbilla con el dedo índice y después asintió.
-Baja, ojos como los míos, tu cabello es extraño. Una mezcla de castaño con negro.
-Pero... ¿Rasgos?
Río- No soy un haz de las descripciones como tú- volvió a dar la vuelta sobre la rama que estaba- ¿Alguna otra pregunta?
-¿Cuál es tu nombre?
-Eidan- me dedico una última sonrisa y cuando salto lanzó un trozo de rama al bosque, revelando el campo de energía que lo protegía-. Eso fue para demostrarte que no mentía acerca de achicharrarte si te acercabas- fue lo último que dijo y desapareció en el aire.
*Hermosa en alemán.
*Princesa en japonés.
Bueno, bueno ¿esto esta encendido? *hablando en el micrófono* aquí ando de nuevo con otra historia, espero que les guste y les doy mil gracias por leer, los espero por aquí en los demás capítulos, cambio y fuera.

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