17. Pony Arcoiroso y Santo Recorcholis.

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Capítulo diecisiete

Pony Arcoiroso y Santo Recorcholis.

Corrió hacia la pelea tratando de separar a los chicos.

Pero resultaba inútil ya que eran siete contra siete y Theo era el único en separarlos.

Y yo me estaba aguantando las ganas de meterme en la pelea.

Roy, Derek, Carter, Caleb y Kyle se percataron de que la pelea se estaba llevando hacia otro punto y comenzaron a separar a todos menos a Asher y el morocho.

Jace en vez de colaborar tratando de que no se mataran, se cruzó de brazos y sonrió con malicia.

Bufé, a la mierda el auto-control.

Me acerqué a la pelea, específicamente hacia Asher. La realidad era que si fuera por mí hubiera dejado que siguieran pegándose hasta morirse.

Pero fui buena amiga y me metí en la pelea.

—Chicos... —nada, seguían pegándose—, Asher ya está déjalo... —a él no pareció importarle mi opinión—. Dios, Mason, contrólate —lo tomé del brazo y jalé de él con fuerza.

Dejó de pegarle por un segundo, relajó su mirada al verme y me corrió levemente de ellos, siguiendo la pelea.

Bufé, los chicos eran muy insistentes.

Me cansé de estar ahí parada así que, como una tonta, me interpuse en la pelea separándolos a ambos.

Y en ese mismo instante, recibí una golpiza en la mejilla.

Los golpes y gritos pararon y media universidad se silenció. Giré mi cabeza como el exorcista hacia el morocho que me había pegado, automáticamente, él se blanqueó y dio dos pasos hacia atrás.

Chad se me acercó rápidamente.

—¡Ashley, Dios! ¿Estás bien? ¿Te duele? ¿Te lastimaste? —habló con velocidad. Miró al morocho furioso—. ¡Te voy a matar, idiota! —gritó.

Si, antes, el morocho estaba un poco lejos de nosotros, ahora, estaba preparándose para correr. Chad se le acercó para pegarle, pero bajé su mano y la corrí de la cara del chico.

Era ahora o nunca... ahora o nunca...

Calma, relájate, cuenta hasta tres...

Uno...

Dos...

Dos y medio...

¡A la mierda con la tranquilidad!

Lancé mi puño impactándola contra la mejilla del chico, pobre no se lo merecía, me miró desconcertado. Las Gamma soltaron un gritito ahogado.

—¿¡Cómo te atreves a pegarle, zorra!? —gritó una acercándose.

Arqueé la ceja.

—¿Yo soy la zorra? Porque si mal no lo recuerdo él fue el que besó a otra chica...

Me miró mal y me clavó sus uñas de plástico en la mejilla.

Berkeley soltó un «uhh» a coro.

Chad la miró de forma asesina y Asher también.

Y ahora, definitivamente, no me iba a tranquilizar nada.

Lancé mi otro puño en su cirugeada cara, nuevamente, se escuchó un «uhh».

—¡Nunca en tu vida me vuelvas a tocar, porque la próxima...!

Me acerqué a ellos dos intimidante, y le susurré:

¡Esto es guerra! © #2 [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora