Chat Noir sonrió amplia mente, una sonrisa de oreja a oreja, de las que dejaban las mejillas doloridas. Su pecho se calentaba cuanto más cerca de su lugar de encuentro habitual se encontraba. El aterrizo y su aliento se detuvo durante apenas unos segundos antes de sentir su corazón acelerarse, allí estaba ella, tan perfecta como siempre, mirando al horizonte, sus cautivan tes ojos azules se fijaron en el y se pregunto vagamente si ella podía oír los frenéticos latidos de su corazón desde donde estaba. Ladybug le sonrió con cariño, llamando su nombre, su voz suave, sonando como música en sus oídos. El se acerco unos pasos y entonces el rostro cariñoso de su Lady cambio completamente, mirándole con con frialdad y un desprecio casi palpable que le heló hasta lo más profundo de los huesos.
-Yo no te amo.- dijo ella, cruzándose de brazos. -No te necesito, te odio.- la mueca de asco que sus labios formaron le hizo retroceder como si le hubiera golpeado físicamente, su estomago se hundió y le costo tragar saliva.
-La... Ladybug?- el extendió con temor su brazo hacía ella, pero se quedo inmóvil a medio camino, paralizado cuando los brazos de un hombre desconocido rodearon a la pequeña mujer frente a el, el nudo que se había formado en su garganta apenas le dejaba respirar.
-Mi novio es mucho mejor en todos los aspectos...- Ladybug continuo hablado, pero su voz ya no llegaba ha sus oídos, los ojos le ardían, su visión se nublo... y entonces lo escucho, una suave risa, masculina. Dándose rápidamente la vuelta para encarar al nuevo intruso, se quedo petrificado, allí ante el, estaba lo que solo podía ser otro Chat Noir, porque lo que llevaba puesto no podía ser otra cosa, si no un traje de Chat Noir, solo que parecía basado en el antiguo Egipto.
-¿Quien eres tu?- le pregunto bruscamente, cubriendo la vista de Ladybug con su cuerpo, no sabia quien era ese hombre, pero no permitiría que dañase a su lady. El extraño sonrió divertido, si era por su pregunta o por sus acciones no lo sabia, pero tampoco le importaba en este momento. El otro Chat Noir desapareció y el jadeo sorprendido de su lady le llamo la atención.
El Chat Noir egipcio estaba ahora al lado de Ladybug, uno de sus brazos rodeando los hombros de la pequeña mujer, con la palma de su mano en la mejilla de su lady en lo que era una clara caricia afectuosa, sin embargo la vista del extraño estaba fija en el, como si quisiera transmitir algún tipo de mensaje solo con su mirada.
Chat Noir gruño furioso y de pronto, el estaba en lugar del otro Chat Noir, su brazo sobre los hombros de su lady y su mano en su mejilla, eran claramente los del egipcio, estaba viendo a través de sus ojos.
No solo sus ojos, se dio cuenta, también puedo sentir la calidez de mi lady, pensó asombrado.
Sus labios se movieron, pero ningún sonido salio de ellos. Sin embargo sabia lo que el otro Chat Noir había dicho, como si sus palabras hubieran sido perfectamente audibles.
-Ha que estamos esperando.
Adrien se incorporo repentinamente, enredándose en las sabanas, con la piel cubierta de sudor, la ropa empapada pegándose a su piel y la respiración acelerada. Su kwami parpadeo con los ojos medio abiertos, claramente todavía soñoliento. Plagg floto hacia el, mirándole con confusión.
-¿Que sucede, chico?- le pregunto.
-No es nada, solo un mal sueño.- le tranquilizo. Plagg le contemplo en silencio durante unos segundos.
-Deben haberte robado mucho queso.- su comentario no le sorprendió, con una pequeña sonrisa divertida le contesto.
-Peor, dejaban de fabricarlo y no me dejabas en paz.- Plagg le miro entre molesto y horrorizado, como si la mera idea era la peor situación del mundo. El kwami comenzó a quejarse y murmurar entre dientes. El joven modelo no pudo evitar sonreír,incluso si no lo admitía, sabia que el pequeño Kwami se preocupaba por el.
Siempre lo ha hecho, pensó con cariño, y pensar que nuestra asociación empezó para lograr el amor de la mujer que amabamos. Adrien parpadeo ¿Que...? ¿De donde vino ese pensamiento?
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El secreto del primer Chat Noir (Marichat)
FanfictionTikki y Plagg ocultaban un gran secreto a sus portadores. El primer Chat Noir, no había sido ningún héroe, ni compañero de batallas de Ladybug, si no, su enemigo. Alguien que la había amado hasta el punto de la locura absoluta, que había querido ent...