Capitulo 8

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A.N:¡Al fin! Se supone que debía publicar esto hace bastante, pero tuve unos problemas con el ordenador y no pude. Aun así volveré actualizar más o menos como antes, cada dos días aproximadamente. ¡Disfruten!


Plagg era muy consciente y siempre lo seria de las preocupaciones de Tikki, se podría decir que la conocía mejor que nadie, quizás incluso mas que ella misma, por eso no le sorprendió que fuera a confrontarlo sobre sus sospechas. Aunque tenia que admitir que no se esperaba verla en plena tarde frente a la ventana. Eso era imprudente y muy peligroso, rápidamente se precipito a dejarla entrar, sus bigotes se retorcieron mientras se aseguraba de que nadie estaba mirando. Se suponía que ella era la responsable de los dos. Se giro para mirarla, esperando que dijera lo que le preocupaba, resistiendo el impulso de gritarle y regañarle por ponerse en peligro de esa manera, pobre, ingenua Tikki, parecía olvidarse de los peligros que podían afectarla. La kwami de Ladybug le miro con reproche.

-No he dejado que me viesen. No soy tan descuidada.- le aseguro. Plagg quiso replicar, pero se limito a suspirar, asintiendo y acercándose a ella, muy consciente de su continua y calculadora mirada sobre él. -¿Te has enterado de lo que a pasado en la escuela?- pregunto casualmente, no hacía falta que andase por las ramas, ni tampoco hacía falta que lo preguntara en voz alta lo que realmente quería saber.

-Adrien no ha sido.- ni siquiera parpadeo, al fin y al cabo, no estaba mintiendo. Había sido el primer Chat Noir quien lo provoco. El cuerpo de la kwami se relajo visiblemente, aunque nunca se lo diría en voz alta, sabia que estaba aterrada de su primer portador, de lo que era capaz de hacer y de que... el antiguo Plagg regresara. Si ella descubriera que nunca había cambiado, posiblemente huiría tan rápido como su pequeño cuerpo le permitiría. No, él no había cambiado, solo se volvió más tranquilo y mucho más paciente, no le importaba el tiempo, ni los años que tardara, siempre que al final lograra todos sus objetivos y estaba seguro que Adrien pensaba de la misma manera que él. 

-Entonces... ¿solo fue una terrible coincidencia?- le pregunto.

-Si.- mintió, mirándole a los ojos mientras le sonreía. -No hay nada de que preocuparse.-le aseguro. No se arrepentía de sus acciones ni ahora, ni nunca.

Tikki le sonrió dulcemente, era una de esas sonrisas de la que se había enamorado. Entre otras muchas, muchas cualidades. -¿Porque esta Adrien durmiendo? Todavía es de día.- él se encogió, lamentablemente su curiosidad era una de esas cosas que amaba y odiaba de ella a la vez. 

-No pudo conciliar bien el sueño anoche.- por suerte era una pregunta fácil de contestar sin sonar sospechoso. -Creo que tubo un sueño húmedo.- Tikki se removió incomoda, él en cambio apenas pudo contener su risa. Por supuesto que no era cierto, al menos nunca le había pillado en uno, pero seria divertido ver su vergüenza si Marinette se enteraba de esto por la pequeña kwami, su portador lo mataría, eso seguro. 

-Fingiré que no he oído eso.- Plagg no pudo contener su risa, Tikki era tan condenada mente adorable, de hecho era un rasgo que kwami y portadora compartían. No había ninguna duda en la mente del kwami de la mala suerte y no se avergonzaba de admitir, que la joven diseñadora era la cosa más adorable, junto a Tikki, por supuesto, que nunca había visto. Si pudiera se quedaría con las dos, de hecho, tenia toda la intención de quedarse con ellas y Adrien. Cuando todo pasase serian ellos cuatro, juntos, para siempre. Al fin y al cabo esa era una de las grandes razones por la que él y el primer Chat Noir habían congeniado tan bien. Plagg le tendió un trozo de su queso favorito a su compañera kwami.

-Pareces algo cansada... ¿y si comes algo y después dormimos un rato?- sugirió. -Te vendría bien descansar un poco.- Tikki le sonrió agradecida, aunque no pudo evitar arrugar la nariz debido al olor que desprendía la comida ofrecida. En lugar de extender sus extremidades para agarrarlo, ella se inclino hacía él, dando un pequeño mordico tentativo, su rostro mostraba claramente lo que pensaba de su sabor. Riendo por lo bajo, Plagg se comió el resto del queso. -Vamos a la cocina, allí debe haber algunas galletas.- la kwami de Ladybug, asintió suspirando aliviada, él en cambio estaba muy contento. Un beso indirecto, pensó agarrando y arrastrando a Tikki con él. 

-¡Espera!- se giro para mirarla, girando la cabeza hacía un lado a modo de pregunta silenciosa. Ella carraspeo, nerviosa. -¿No nos verán?- él parpadeo sorprendido por su pregunta.

-No.- le contesto finalmente. -El lugar esta vació excepto por la secretaria del padre de Adrien y mi portador.- Tikki frunció el ceño. -Mientras no pasemos a la oficina dudo que nadie nos vea. Ademas, si escucho alguien acercarse, me asegurare de ocultarnos.- le tranquilizo.

-Este no parece un muy buen ambiente para un niño en crecimiento.- señalo. Eso era algo que también amaba de su compañera kwami. Ella tenia ese instinto tan maternal. Haría una estupenda madre, dulce, cuidadosa, cariñosa, pero estricta madre. Basta, se reprendió mentalmente, deja de fantasear, ya habrá tiempo para ello más adelante. 

-No, no lo es.- estuvo de acuerdo. -Adrien vive básicamente solo.- quizás si ella sabia de su lado más vulnerable, si lo veía como un niño abandonado en necesidad de cariño y atención... entonces ella se haría ciega a todas las señales. Ella seria incapaz de odiarlo, de verle como el enemigo, seguramente lo excusaría  de cualquier cosa que hiciera y culparía a Gabriel Agreste. Si, era mucho mejor si ella lo veía como un niño descuidado por su padre y tampoco la estaría engañando a creer algo que no era verdad, porque no lo era. Al ver la ira en los ojos de su amada, oculto su diversión. No envidiaba al padre de su portador, cuando tuviera que hacer frente a la furia de su compañera kwami. De hecho estaba deseando que sus portadores tuvieran el suficiente poder propio para poder verlo. él disfrutaría enormemente del espectáculo. Por el momento era mejor, que las siguieran su curso natural. -¡Vamos!- exclamo, sonriendo amplia mente el kwami de Chat Noir convenció a Tikki de pasar el resto del día en su compañía. Se aseguro de alejarla del armario donde una bolsa llena de microcamaras permanecía oculta.


N.A: El siguiente capitulo lo publicare algo antes, debido al retraso de este.  

El secreto del primer Chat Noir (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora