Capitulo 9

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Marinette estaba preocupada, aun no podia creer lo que había pasado. La escuela había sido suspendida y por más que lo intentaba no podia quitarse la sensación de irrealidad que parecía inundar su cabeza. No podia creer que el mismo chico que le hablo, sonrió y le devolvió amablemente su cuaderno el día antes, había podido terminar así. él había sido un chico muy amable. Deseaba poder haber hecho algo. Normalmente cuando algo tan horrible pasaba, sus poderes como Ladybug restauraban todo el daño causado, incluidas las vidas perdidas, pero solo funcionaba con el daño hecho por los akuma, no con los incidentes o cualquier otra cosa. Al final decidió ayudar a sus padres con su trabajo hasta que terminara el día, quizás cuando terminara estaría tan agotada que dormiría la noche del tirón... eso esperaba. Lo cierto es que solo quería quitarse de la cabeza el accidente. También le preocupaba Adrien, por supuesto, él era muy sensible y amable, el joven modelo había estado tan horrorizado por lo sucedido que había perdido todo control sobre sus emociones y tubo que recurrir a cubrirse la boca para ocultar su malestar. 

Su siguiente cliente le sorprendió, se paro frente al mostrador, los ojos hinchados y rojos por el llanto, su cuerpo parecía estremecerse de vez en cuando por unos fuertes temblores, sin embargo el chico se forzó a sonreí, claramente notando la incomodidad de quienes le estaban rodeando. 

-¿Eres Marinette, verdad?- le pregunto, ella asintió. El cuerpo del chico se relajo considerablemente, aliviado por algún motivo que la diseñadora no podia entender, ellos no se conocían de nada, solo de vista. -Se que no me conoces, pero...¿podríamos hablar?- ella asintió, disculpándose con sus padres y haciéndole un gesto para que le siguiera. Marinette camino junto al muchacho de aspecto lamentable en un silencio terriblemente incomodo, pero estaba claro que ninguno de los dos quería decir decir nada todavía. Se sentaron en un banco a la sombra, en un parque cercano, lo suficientemente apartado para tener una conversación tranquila, pero a la vista de la gente.

-Entonces... ¿de que querías hablar?- pregunto al final, el chico se giro para mirarla, sus ojos vidriosos y la mirada desenfocada.

-Yo...- comenzó, luego se detuvo, como si no pudiera decidir como comenzar, finalmente suspiro, bajando la cabeza y contemplando sus manos, jugando con el borde de su propia camisa. -Mi nombre es Hugo, yo era amigo de... de...- el cuerpo del chico se sacudió, temblando, incapaz de terminar la frase, pero eso no era necesario, Marinette sabia de quien hablaba. Ella puso su mano sobre su brazo como un consuelo silencioso, comprendiendo que lo que Hugo necesitaba no eran condolencias si no una compañía silenciosa que le escuchara sin juzgarle. El porque le había elegido a ella, no lo sabia, pero de momento no le importaba. Él exhalo con fuerza, tratando de llenar sus pulmones todo lo que podia, intentando recomponerse y continuar ablando. -Quizás no era una buena persona...- Marinette le miro con confusión ¿a que se refería? ¿no acababa de decir que eran amigos? es cierto que ella no lo conocía lo suficiente, de echo, el día anterior era la primera conversación real que habían tenido, pero el chico fue muy amable y educado... ¿a si que... no solía ser siempre así? -pero... él... él...- sus hombros temblaron.-¡Él era un buen amigo!- Hugo sollozo ruidosamente. sorprendiéndola y aferrándose a ella, enterrando su cabeza en su camisa blanca, llorando a moco tendido. Ignorando la humedad en la tela de su pecho, le devolvió el abrazo, arrullando dulces palabras de comodidad en su pelo y meciendo su cuerpo de atrás hacia delante con suavidad, tratando de calmar su llanto. Estaba realmente incomoda con la situación ¿quien no lo estaría? un chico al que apenas conocía se agarraba a ella desesperada-mente, mientras lloraba por la perdida de su amigo. Pero Marinette no pensaba apartarse hasta que lo hiciera él, no había nada que pudiera hacer por su amigo, no podia traerlo de vuelta con sus poderes... pero al menos podia ofrecer consuelo a Hugo. 



Hugo se sentía algo avergonzado, llorando de esa manera... ademas en un lugar tan publico como el parque, pero estaba bien. Cuando al fin se había calmado se quedo un rato más en su compañía, disfrutando de la calidez de su presencia. Ella era muy comprensiva, no se quejo de nada, ni siquiera de que le hubiera llenado la camisa de mocos y lagrimas, posiblemente babas también... él no pudo evitar ponerse rojo ante ese pensamiento, ella debía sentirse tan asqueada, sin embargo tan solo le sonrió, restando importancia al asunto y asegurando-le que si le había ayudado aunque fuera un poco a aliviar su dolor, merecía la pena... costaba creer que pudiera existir alguien como aquella chica. ¡Incluso se había ofrecido a escucharle siempre que lo necesitara!

El secreto del primer Chat Noir (Marichat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora