EL TIEMPO.

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EL TIEMPO.

Peeta.

                Han pasado ya varios días quizá semanas, no lo sé, he perdido la noción del tiempo; desde la muerte de Coin y el final de la guerra, no encuentro ningún tipo de consuelo para esta enorme tristeza, jamás me había sentido tan lejos no sólo de mi motivo de vida sino de mí mismo, ni siquiera cuando estaba sumergido por completo en esa gran cantidad de mentiras instaladas en mi cerebro, ahora soy consciente, por lo menos más que antes del gran daño que he producido a Katniss, creo que la he perdido, si puedo decir que alguna vez la tuve. El mundo seguirá adelante sin juegos, sin guerra, ¡eso me consuela! pero sin ella no se seguir.

                He perdido a mi familia y la he perdido a ella, ahora me doy cuenta del gran daño que le he ocasionado; yo la amo incondicionalmente y no puedo dejar de pensar en esa última ocasión en que los ojos de Katniss y los míos se encontraron y darme cuenta que su mirada era de súplica, me suplicaba que la dejara morir, pero no lo hice, no podría existir en un mundo donde ella no este, el dejarla ir significaría matarme a mí mismo lo que me lleva a pensar en lo malvado y egoísta que soy, ya que no encuentro una sola chispa de luz sin Katniss Everdeen. He decidido que haré todo lo posible por ayudarla a ser un feliz o simplemente ayudarla a vivir con tranquilidad, sea con quien sea.

Katniss

                Me encuentro sumergida en un mundo de pesadillas y recuerdos, el tiempo es sólo una palabra para mí, una sin sentido, algunas veces escucho el sonido del teléfono, pero contestar no es una opción, no sé si quiero morir tal vez así debería ser, es simplemente que no siento nada estoy vacía, lo he perdido todo y lo merezco, pero Prim no merecía morir, Peeta no merecía lo que el Capitolio le hizo y todas las personas inocentes no merecen nada de esto, pero si los juegos se han extinguido para siempre, entonces vale la pena que yo quede reducida a lo que soy ahora.

                -Peeta... ¡quédate conmigo!

Algunas veces despierto gritando su nombre. Dentro del gran número de pesadillas que viven en mis noches, se cuelan unas peores al ver a Peeta sufrir, sólo en ese momento al despertar con esa agonía, me siento viva nuevamente, viva por el gran dolor que me causa todo lo malo que a él pueda pasarle, me renueva con una verdad absoluta, que sólo él puede hacer que sienta algo de nuevo y como siempre algo me golpea, que soy la persona más egoísta del mundo, porque sin importar lo que suceda el jamás será para mí y lo más que merezco de él es su recuerdo. 

Peeta y Katniss ¡Amor Real! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora