Peeta y Katniss ¡Amor Real!

CONFECIONES

Peeta y Katnis

                Estamos tanto tiempo abrazados que sin darnos cuenta quedamos hincados en la nieve, los dos estamos llorando como dos pequeños abandonados que sólo se tiene a sí mismos, después de un rato nuestro llanto se va apaciguando hasta volverse suspiros, no nos atrevemos a separarnos ni a mirarnos, poco a poco comenzamos a entrelazar nuestras manos, las acariciamos tanto que se vuelve inquietante.

                Las palabras no son necesarias, con nuestras manos aun entrelazadas y acariciándose lentamente comenzamos a rozar nuestros cuellos y mejillas con los labios, nuestros rostros poco a poco se sincronizan en una serie lindos besos llenos de amor, hasta que nuestros labios se unen, estos son los besos más dulces que nos hemos dado, nuestro beso es tembloroso, silencioso tiene tanto anhelo que las lágrimas comienzan a salir, son lágrimas de alivio; finalmente nos miramos a los ojos y sonreímos con ternura.

-Katniss, yo...

-¡No Peeta! No digas nada sólo quédate conmigo.

-¡Siempre! le respondo -Pero es necesario decirte lo que siento ahora que te tengo tan cerca. Te amo Katniss, te amo más que a nada en el mundo y si no me acerque a ti fue por temor de lastimarte, todavía no estoy seguro de mi control, pero tú eres la razón de mi vida y siempre lo has sido.

-Peeta yo... no puedo vivir sin ti.

-Me amas, ¿Real o No real?

-Real.

                Nuevamente nos besamos, nos aproximamos con lentitud, unimos nuestros labios con ternura y más seguridad que el anterior, comenzamos acariciar nuestros rostros, el cabello, nos acercamos tanto como nos es posible, nuestros labios se separan poco a poco y el beso se hace cada vez más intenso, nos besamos tan fuerte y tan apasionadamente que duele, se agita nuestra respiración por fin sentimos y acariciamos nuestras lenguas, nos fundimos en un verdadero beso de amor. Finalmente nos separamos, nos quedamos en el bosque lo que resta del día, ahí en silencio y abrazados miramos juntos el atardecer.