Tom cada vez se volvía más grotesco, doloroso e insano.
Sabía que a este paso, terminaría matándome.
Tenía miedo, estaba horrorizada cuando llegaba la hora de su llegada. Me saturaba la cabeza tratando de adivinar que acto sado-masoquista traería a casa con él. De que forma me ultrajaría esta vez.
El hambre ni siquiera me golpeaba, cualquier cosa que comía me daba asco, me hacía vomitar. Mi peso se había reducido considerablemente, las pocas curvas que poseía se habían quedado en el olvido. Ahora solo era huesos y moratones.
Mi cabello había escaseado también, podía ver los espacios claros donde hacían falta mechones enteros de pelo.
No recordaba la última vez que había visto la luz del día. Mis fuerzas eran considerablemente bajas y después de cualquier acto violento, mi cuerpo sedía, haciéndose añicos. Llevándose huesos y articulaciones consigo.
Cada semana había una ambulancia fuera de la casa, Tom no dejaba que me llevaran a un hospital, así que me atendían ahí mismo. Sin preguntas, sin cuestionamientos, ya que yo siempre estaba inconsciente o demasiado débil para contestar.
Tom se había montado una increíble historia cada vez que un nuevo medico pisaba la casa, inventándome síntomas imaginarios o accidentes a los que se debía mi estado.
—Te mejoraras cariño. Pero ten más cuidado cuando te duches.
Acarició mi cabeza y me besó la frente mientras nos observaba un enfermero. Claro, todo el mundo se tragaba el cuento del descuido de la ducha.
Si no fuera tan cobarde para negar todo y confesar la realidad del demonio que se alojaba conmigo, todo sería diferente.
—No habrá próxima vez cuando me grites ¿Entendido?
Acerté, esta vez no me dio sus acostumbrados tirones, puesto que una lesión más empeoraría las cosas y tendría que llamar de nuevo a los paramédicos.
—Tom...— Le hablé con la poca fuerza que aun poseía —¿Por qué?... ¿Por qué me haces esto? Yo te amaba
Se dio la vuelta, cruzándose de brazos
—Lo dejé todo por ti. Mi familia, mis amigos... Yo hubiera hecho todo por ti.
Se me escurrieron las lagrimas, incapaz de contenerlas al notar su indiferencia.
—Tú me fallaste primero— Se acercó a la cama —Te complací en todo, busque todo para que fueras feliz, no había un solo instante en el que no te procurara y tú... Con tus caprichos de niña mimada...
—Tom...
—Pensaste en dejarme— Una risa aterradora salio de su garganta —Lo escuché cariño. Te escuche hablar con tu maldita madre sobre dejar al pobre vago de tu novio
—Yo no...
—Tenías hechas las maletas— Un tic comenzó en su ojo izquierdo —Ibas a dejarme
—Yo no te dejaría
—¡Entonces de quien hablabas!— Se abalanzó con violencia y ya lo tenía a dos centímetros de mi rostro —Querías volver a casa con papi y mami. Ya lo tenías todo planeado
—¡Yo solo nos estaba protegiendo a ambos!
—¿Protegiendo? Ibas a alejarte de mi, conocerías a otro, me olvidarías. Eres una pequeña puta.
—Era lo mejor para los dos
—Tu me hiciste esto cariño. ¡Soy un monstruo por tu culpa!
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El diablo tiene nombre [Tom Kaulitz]
FanfictionCuando lo conocí, mi vida cambio. El infierno puede vivirse en la tierra y lo había descubierto. El diablo tenía nombre, y ese nombre era Tom Kaulitz.