Seguramente iba a ser el año mas duro, con diferencia, de todos hasta ahora. Sabia que esta frase me la repetía cada año y que siempre, algunas veces mejor que otras al final conseguía mi propósito, pero este año era diferente, este año se iba a definir todo.
Me desperté queriéndome morir al segundo, sabia lo que me aguardaba, pero no sabia como como lo iba a afrontar.
Tenia dos conversaciones pendientes con dos chicos diferentes y esas conversaciones por llamarlas de alguna manera podrían realizarse en cualquier momento, y sinceramente no estaba preparada para ninguna de ellas. Si tengo que ser honesta conmigo misma huía, pero me parecía la solución mas sencilla para todo ese lío.
Lo único que me reconfortaba en esta lucha interna que tenia era saber que en mi casa no había cambiado nada y que cuando fuera a la cocina todo estaría exactamente igual que siempre.
Me miré en el espejo del baño y miré los pequeños cambios que había en mi. Estaba mas morena de lo habitual, había crecido unos centímetros, con lo cual estaba feliz y mi pelo sorprendentemente estaba bastante mas largo de lo que lo solía tener habitualmente.
Después de lavarme la cara fui al armario para elegir la ropa del primer día de mi ultimo año en el instituto, por lo menos en la E.S.O, como hacia calor me decidí por una camiseta de manga corta y unos shorts azules acompañados por unas parisinas blancas.
Cuando terminé de vestirme y de peinarme bajé a desayunar. Cogí mis cereales, mi bol preferido, la leche y una cuchara y me senté en mi sitio para empezar a desayunar. Una vez que había terminado dejé el bol en el fregadero y fui a mi cuarto a por mi móvil. No necesitaba la mochila porque el primer día nunca hacíamos nada aparte de hablar y comentar el verano.
Iba a salir ya, pero mi móvil había empezado ha sonar así que lo cogí. La que me había llamado había sido Mireya avisándome de que no la esperara porque no iba a llegar, así que una vez que la colgué me dirigí al colegio donde estarían mis amigos.
Era típico de Mireya hacer este tipo de cosas, ya me entendéis, llegar tarde, avisar en el ultimo momento...solo que hoy quizás me molestaba un poco mas porque eso significaba que tenia mas tiempo para pensar en aquello en lo que no quería pensar.
Encendí mi MP3 y empecé a andar rumbo al instituto, y aunque andé mas lento de lo habitual llegué en quince minutos lo que quería decir que me sobraba bastante tiempo.
Según doble la vuelta de la esquina empecé a ver las caras nuevas de los del primer curso y de los alumnos que se habían cambiado de instituto. Sabia que si miraba en dirección a la puerta vería esas caras que tanto conocía, vería a mis amigos hablando de cualquier cosa, vería a Dani.
Antes de ir en dirección hacia donde ellos se encontraba inspiré para relajarme y me dije "será lo que tenga que ser".
- ¡Vero, tía ven aquí! - me llamó Jorge como si no supiera que siempre estaban en aquel lugar, pero él era así.
- ¿Que tal chicos? - pregunté cuando me hallaba en el circulo con ellos.
- ¡Genial! ¿Estas nerviosa por empezar? - me preguntó Ana quizás demasiado entusiasta para mi gusto.
- Mas bien estoy atacada, es el ultimo año y no se como se ha pasado tan rápido si todavía me acuerdo de primero y me parece que no fue hace tanto. - y a esos "nervios" sumale que estará el chico con el que estuviste en verano cuando cortaste con tu novio y multiplícalo por las veces que estos dos se pueden multiplicar ¿y que te da? Problema asegurado.
- Eso es muy cierto. Por cierto ¿donde está Mireya?
- Pues me ha dicho que estaba liada y que ya la veríamos aquí, lo que traducido significa que seguramente se ha dormido y en este preciso instante estará corriendo hacia aquí para llegar a la hora.
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La decisión del corazón
Teen FictionSegunda parte de Diario de una indecisa: Después de un verano algo movidito Vero tiene que volver al instituto, solo que este año será diferente, este año estará Xabi, quien le hará dudar de todo lo que pensaba que sentía. Este año su corazón decidi...