Me levanté con entusiasmo. Hoy seria el día, tenia que serlo. Hoy arreglaría todo con Dani, ya había esperado mucho tiempo.
Fui a desayunar, cogí unas tostadas y las unte con mermelada de melocotón y las comí lentamente sin prisa alguna porque todavía quedaban un par de horas hasta la que habíamos fijado para salir.
Cuando terminé de comer me lavé los dientes, me vestí con unos pantalones vaqueros largos y una camiseta de manga corta azul. Me puse mi zapatillas favoritas pensando en lo que diría Mireya cuando me viese asi vestida. Ella me había elegido la ropa para cada momento del día y yo la había desobedecido completamente al ponerme los vaqueros en vez del short y las zapatillas en vez de las sandalias.
Me peiné, me alisé el pelo y me maquillé muy sutilmente. Lo único que me quedaba era meter el neceser en la maleta y ya estaría lista para el viaje.
Faltaba solo media hora para que empezara el viaje que esperaba que fuese el mejor fin de semana de mi vida.
Moví la maleta hasta la entrada y recogí lo que había manchado en el desayuno para hacer tiempo. Una mezcla de nervios y impaciencia rondaban mi ser. No podía estar quieta, quería salir de esa casa cuanto antes.
Miré el reloj. Todavía faltaban veinte minutos y aunque con diez de ellos me daba tiempo de sobra puse rumbo a casa de Dani, donde habíamos quedado todos. Como había supuesto fui la primera en llegar, pero me daba igual total de no seguir encerrada en casa. Nada mas llegar lo primero que vi fue como Dani estaba metiendo sus cosas en el coche.
- Hola Dani - dije nerviosa - ¿Que tal?
- Si que tienes ganas de ir de viaje, llegas pronto.
- Ya bueno... es que mi casa me estaba agobiando un poco.
- ¡Vero cuanto tiempo! ¿Que tal tu familia? Hacia mucho que no te veía, ya no nos visitas. - La madre de Dani, Carmen, salió de la casa y me dio un abrazo. Solo nos habíamos visto un par de veces mientras Dani y yo salíamos, pero siempre me trataba como si fuera parte de la familia.
- Bien - le dije un poco incomoda al pensar en la causa de por que mis visitas eran ahora inexistentes - creo que iban a aprovechar el día para dar una vuelta con mi hermano.
- Dales recuerdos de nuestra parte. Pasadlo muy bien en el viaje.
- Lo haré y gracias.
Carmen se metió en la casa, pero al poco rato volvió a salir para avisarnos de que Mireya había llamado para avisar de que iba a llegar tarde.
- Siempre es Mireya - dijo Dani encogiéndose de hombros. Los dos sabíamos que lo raro seria que Mireya llegara a su hora.
- Lo raro es que tenia todo preparado, no se que le ha podido pasar.
- Pues habrá que esperarla.
No hablamos mas después de eso. Los dos podíamos notar perfectamente lo incomodo que estaba el otro, no estábamos siendo nosotros mismos, y yo no podía seguir así.
- Dani... - iba a decirle lo de Xabi o por lo menos tantear el terreno, pero me paré cuando vi que algunos de nuestros amigos estaban viniendo ya - mira por ahí vienen Ana, Jorge y Lucia.
Nada mas llegar les contamos que tendríamos que esperar a Mireya, ni siquiera hubo quejas. Todo el que conocía a Mireya estaba acostumbrado y sabia que esto era lo normal. Al rato llegó Xabi con Alex.
- Bueno, si os parece vamos metiendo las maletas en los coches mientras llega y así luego esta todo listo para marcharnos.
Xabi tenia razón, por eso organizamos todo mientras la tardona de mi mejor amiga se dignaba a aparecer. Xabi llamó a su padre y le dio la dirección de la casa de Dani para que nos encontrara y así poder colocar nuestras maletas.
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La decisión del corazón
Ficção AdolescenteSegunda parte de Diario de una indecisa: Después de un verano algo movidito Vero tiene que volver al instituto, solo que este año será diferente, este año estará Xabi, quien le hará dudar de todo lo que pensaba que sentía. Este año su corazón decidi...