Depende de ti. Esas habían sido las palabras de Dani, las ultimas que había dicho antes de verle salir por la puerta de mi casa sin mirar atrás. Todo dependía de mi, su felicidad o la de Xabi, las dos dependíande mi respuesta. La respuesta que todavía no había dado. No había hecho falta hacerlo, mi silencio lo había dicho todo.
Todavía me parecía irreal lo que había pasado. Discutir de esa manera con Dani sin venir a cuento, que Xabi hubiera aparecido en el momento justo para que las cosas empeoraran aun mas...
Es posible que si Xabi no hubiera estado en ese momento, si no hubiera entrado tan derrepente, las cosas hubieran ocurrido de otra forma. Puede que solo se hubiese quedado en una discusión por los celos que sentía Dani, que se nos hubiera pasado horas después y al día siguiente hubiéramos estado como siempre, pero no fue así. Xabi si estuvo ahí y yo me quedé congelada al oír la voz de Xabi detrás de mi. Cuando lo oí todo rastro de poder negar las acusaciones de Dani desaparecieron, no era capaz de mentir delante de Xabi. No podía hacer como si nada y decir que las dudas que había tenido sobre Xabi no eran mas que tonterías y que nunca me había planteado ser algo mas que amigos con él. No podía mirar a los ojos a Xabi y decirle eso.
Había mirado a Dani y luego a Xabi, y ahí había llegado mi perdición. Me quedé callada lo que para Dani fue como si hubiera dicho que si. Al fin y al cabo dicen que el que calla otorga, y si no lo había negado según esas palabras salieron por su boca era por algo.
La situación no mejoró cuando Dani empezó a avanzar hacia mi puerta y yo no moví ni un músculo para intentar pararle. ¿Que le iba a decir? Lo único que él había querido escuchar en toda la noche yo me veía incapaz de decirlo con Xabi delante, así que me quedé ahí viendo como se marchaba mientras mi corazón se encogía y las lágrimas empezaban a resbalar por mis mejillas.
La impotencia, el enfado que sentía contra mi, la rabia de sentir lo que sentía, todo eso hacia que no me pudiese mover.
Tenia a Xabi justo detrás de mi y no era capaz de darme la vuelta para enfrentarle. ¿Que le iba a decir? "Siento haberme pasado este mes mareándote, yo lo elegí a él pero por mucho que lo he intentado aun sigues apareciendo en mi cabeza y todavía no tengo claro si eso significa que quiero ser algo mas que tu amiga" ¿Eso le iba a decir? No tenia ningún derecho a entrar y salir de su vida cuando a mi se me antojara y cada vez me parecía que era eso justamente lo que estaba haciendo con él.
- Lo siento - dije dandome la vuelta sin mirarle e intentando salir de esa habitación.
- Vero - me agarró del brazo para que no pudiese huir como pretendía hacerlo - te quiero.
- ¿Que?
- No era así como me hubiera gustado decírtelo, pero quiero que lo sepas. Te quiero Vero.
Todo sucedió muy rápido, tanto que no me dio tiempo a reaccionar. Levanté mi mirada cuando escuché esas dos palabras que habían hecho que mi corazón latiera desenfrenadamente, y ahí estaban esos ojos grises que siempre me miraban con intensidad. No podía creer que esas palabras hubieran salido de su boca, que me las dijese a mi después de todo lo que le había hecho pasar.
No se como pasó exactamente, pero de un segundo a otro nuestros labios se estaban tocando y bailando uno al compás del otro. El beso que tanto había deseado una semana atrás estaba sucediendo, y esta vez Xabi no iba a interrumpirlo, de eso estaba segura.
Ese beso con Xabi no se parecía a ningún otro que habíamos tenido antes. Este expresaba todo lo que sentíamos, el miedo, la alegría, la desesperación, la añoranza... Este beso significaba todo.
Poco a poco nos fuimos separando sabiendo que posiblemente no se volvería a repetir un momento como este entre nosotros, que podía ser nuestro ultimo beso. Y como la semana anterior fue Xabi el que rompió el contacto.
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La decisión del corazón
Ficção AdolescenteSegunda parte de Diario de una indecisa: Después de un verano algo movidito Vero tiene que volver al instituto, solo que este año será diferente, este año estará Xabi, quien le hará dudar de todo lo que pensaba que sentía. Este año su corazón decidi...