CAPÍTULO 6.

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Nova.

El día ha iniciado y no fingí ninguna enfermedad para faltar a la escuela, en fin, me sirve para distraerme y atragantarme de antidepresivos. Sentada espero a la llegada de Azrael, pero antes llega la misma estúpida de ayer y al parecer quiere entablar una conversación conmigo.

―Así que la cirquera se atrevió a venir, no pensé que aguantará.

―No tienes que gritar, escucho perfectamente. Gracias por el cumplido, los circos son lugares muy bellos, aunque me extraña que los conozcas.

―No eres más que una citadina, porque ni bonita eres. Tan sólo mírate, de nada te sirve ser novedosa con esa fealdad de cuerpo y alma― no me moleste en responder.

Ganas no me faltaron de arrancarle la cabeza, pero no le haría caso a mis impulsos rabiosos. No vale la pena, nada de lo que dice es cierto. Toco uno de mis chongos para recordar mi condición.

Cabello blanco que se ve tornasol, ojos de diferente color, carácter impulsivo y salvaje. Falto agregar que soy una depresiva que ha intentado suicidarse y mi severo trauma. Es obvio que no tengo motivos para ser una persona acomplejada. Yo misma soy mi propia armadura, nadie puede dañarme.

Mi cabello es lindo, mis ojos también. Lilith me amaba, mis padres me aman.

No necesito más.

Al ignorar a la idiota de rizos petulantes, se cansó y su séquito se fue con ella. Azrael llegó y tuve con quien hablar.

―Siempre llegas tarde, ¿no?

―No me agrada ser puntual y menos si se trata de la escuela.

―Supongo que a nadie.

―Tus chongos se ven bien, te dan un aspecto tierno.

―Oh, me halagas― no mentía.

― ¿Por? Supongo que los cumplidos te han de sobrar, eres bastante bonita.

¿Así qué soy bonita? Eso si es algo nuevo. Las personas más cercanas a mí dicen eso, pero supongo que es por el cariño que me poseen. No soy fea, ni linda... soy una belleza exótica o eso quiero creer.

―Pues en este pueblo me han dicho fea, cirquera y citadina― suelto con cierta burla.

―Envidia segura, vienes de ciudad, eres bonita y sobretodo, eres la nueva― saca un par de dulces y me ofrece uno.

―La ciudad era fantástica, aquí no hay nada. Lo más divertido es provocar vacas y acosar caballos.

― ¿Por qué dejaste la ciudad por este pueblo?

Esa pregunta llego al abismo de mis sentimientos. Fácil, deje mi hogar en busca de seguridad y protección. Lilith había sido asesinada frente a mí, yo no hice nada. La sangre salpico el piano y el golpe provoco sonidos tétricos. Aun escucho sus gritos en mis pesadillas, aun recuerdo a esa persona.

Esa gélida mirada color esmeralda. La cabeza de mi amiga rodó ante mis pies y mis lágrimas brotaron como si mi vida dependiese de aquello. La habitación se torno blanca....

―Las chicas como tú están acostumbradas a otras cosas, incluso a otra música...

Volví mi mirada a él y comprendí. Había sido muy educado conmigo, sintió mi incomodidad sobre el tema.

―Quizá. ¿Qué música escuchas? Tienes cara de trash metal u algo así.

―Me gustan las baladas románticas― se burla.

―Claro y yo adoro el aroma a establo.

Suelta una carcajada y siento un poco de alivio, es como si un cristal se rompiese después de mucha tensión.

Ambos pusimos atención a la mayoría de las clases, comimos juntos en receso e incluso nos quedamos en detención.

Una maestra, alías la pokebola... se encabrono porque no realizamos el trabajo en clase, Azrael comento que era una pérdida de tiempo y yo me reí en su cara.

En fin, todo va bien.

Ojala ella estuviese conmigo.

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