Capítulo 10.

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ESPERO Y LES GUSTE, NO OLVIDEN COMENTAR. PROBABLEMENTE ACTUALICE HASTA EL FIN DE SEMANA.... RECIÉN HE ENTRADO A LA UNIVERSIDAD V:

Aníbal.

Estoy siendo devorado por la bestia de la loca y lo único que hace ésta es burlarse, mis gritos no parecen ser escuchados por nadie.

Dios, sálvame.

Por obra divina de mi salvador, el perro detiene su masacre, pero no a voluntad propia. Ha obedecido a su propietaria.

― ¿Te han gustado los dientes de mi mascota? Sólo te ha tomado el brazo, por suerte. Hubiese sido más interesante si se tratará de la yugular, ¿No?...― hace una ligera pausa― deberías irte, tienes tarea por hacer. Es una lástima que no me puedas explicar, debes atenderte esa herida, podría infectarse― una sonrisa de media luna se asoma en su rostro ausente de piedad.

No tengo el valor de contestarle, prefiero marcharme y no regresar jamás. Necesito el dinero, pero aprecio más mi vida. Salgo de la habitación con mi dignidad por los suelos, ni siquiera regrese por mi mochila. No haré la tarea gracias a la desquiciada.

Al salir de la hacienda, tomo mis precauciones para que nadie me vea y no tener que dar una explicación de mi huida. Debería demandar a esa loca, es un peligro para la sociedad... sin embargo, no tengo dinero y dudo llegar a tenerlo.

A pasos lentos consigo llegar a mi casa, sé que estando ahí mi madre me ha de curar y comprenderme en todo. Al entrar, ella está tejiendo como de costumbre.

Levanta su mirada para encontrarse con la mía, en un inicio pienso que se trata de sorpresa, pero también está involucrado el enojo.

―Se supone que te quedarías a dormir en la hacienda, ¿Has venido por tus ropas? Las he preparado.

―No puedo regresar ahí, la chica para la que trabajo intento matarme― no me controlo más, las lágrimas comienzan a fluir una vez más― estoy muy lastimado, me duele mucho mi brazo― le enseño la herida y se asombra.

En cuestión de segundos la tengo trabajando sobre mi herida, luce muy preocupada y furiosa. A ninguna madre le gusta que lastimen a sus hijos. Al finalizar su labor, no puedo evitar el interrogatorio. Nunca se me ha dado mentir, no es un don del cual pueda presumir con orgullo.

― ¿Qué le has hecho a esa muchacha? No creo que te haya atacado sólo porque sí.

―Nada, madre... jamás le levante la mano, hasta intenté ser amable y serenarla.

Creo que Nova es del tipo de persona que detesta recibir indicaciones y ayuda por parte de los demás, es probable que se haya molestado porque le insinué que soy superior a ella... pero está claro que lo soy.

Siempre he sido el más inteligente, mi mente es brillante y soy sobresaliente en todo lo que deseo. Me podría auto dominar un prodigio.

―Seguramente la has provocado con tu falta de humildad, pero es muy tu problema... sólo ten en cuenta que nadie te pagará tan bien como esa familia, debes pensarlo bien.

¿Pensarlo bien? La desquiciada me quiso matar, es obvio que no tengo nada que pensar. Necesito el dinero, pero no pienso arriesgar mi existencia, ni permitir que me humillen. Dos pueden jugar este juego, veremos quién puede soportar más.

Le haré la vida imposible en este pueblo, hasta la puedo acusar de brujería.

Luego de escuchar los sermones de mi mamá, decido ir a recostarme. No hará daño que un día no haga la tarea, mañana puedo copiarla sin ningún problema o inclusive realizarla, pues tengo esa capacidad y más.

Al acostarme, caigo en un sueño profundo cargado de pesadillas. Mi cansancio no me permite despertar y ella tampoco.

Me encuentro en el cuarto de Nova, al entrar la puerta se cierra tras de mí. Siento mi cuerpo temblar involuntariamente, he perdido el movimiento y la voluntad... sólo deseo salir de este sitio tan tétrico.

Una suave melodía se hace escuchar y la pianista maldita no me da la cara, pero sé de quién se trata. Aquella cabellera blanquecina la delata, no puedo acercarme. Mi cuerpo me ha traicionado.

Al alcanzar el crescendo de la fúnebre sonata, las llamas realizan su presencia. No se trata del fuego anaranjado habitual, sino de uno azul espectral, similar al zafiro.

Me concentro en observar a la diabólica Nova, ella sólo gira su cabeza hacia mí... es un clásico de las películas de terror.

Segundos después pierdo la consciencia y soy liberado de mi prisión onírica.

NOVA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora