Un susurro al oído

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Son sus ojos,
un mar profundo y tempestuoso

Es su boca,
antídoto a cualquier veneno.

El recuerdo de su cuerpo,
moja como lluvia fresca mis solitarias noches.

Arropando mis ganas,
arrañando la soledad,
caminando a mi lado.

Tinto son mis labios,
que acarician sus ganas,

Ganas de volver a romperme en su boca.

De perderme en aquel banal secreto,
que un día danzó en mi oído.

Tan fugaz como su historia,
tan breve como este amor a destiempo,
tan efímero como la vida misma.

**Dedicado al nuevo Proyecto de mi gran amiga Beth-Alexandro Cuéntame al oído

Espero lo disfrutes.

Un café y mil estrofasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora