Capítulo 5

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Nuevo día y nueva ubicación. Hoy he traído a los pequeños hasta un jardín pequeño, aprovechando el soleado día. Aunque no sé si el girón de nubes que atisbo en el horizonte nos interrumpirá la clase.


― ¿Por dónde nos habíamos quedado niños? ― Pregunto retóricamente ― Ya recuerdo. ― Reordeno los acontecimientos en mi mente y prosigo con la historia ― Durante los siguientes años de rehabilitación la pequeña siguió la estela de su nada asequible objetivo para motivarse y poco a poco se aproximó más y más a él. Sus virtudes como joven amazona y guerrera protectora cada vez eran más evidentes y sus aspiraciones por fin estaban al alcance de su mano. Cuando faltaban cuatro meses para cumplir los dieciséis años, ya destacaba entre los demás jóvenes de la tribu. De entre todos ella era la que más animales adiestrados tenía a su cargo, un rasgo muy apreciado y considerado entre los suyos. Su destreza con el bastón extensible y su agilidad eran dignas de admirar. También era una cazadora letal a la vez que juiciosa y sin rastro de crueldad o violencia innecesarias. Algo que es complicado, pues cuando el hombre prueba la emoción de la caza pueden aflorar en él sentimientos de placer, propios de su ancestral naturaleza animal. Lógicamente sus mejoras artificiales le ayudaban enormemente en todas esas disciplinas, corría más rápido que nadie, salaba más alto y lejos que ninguna persona conocida y una patada de la joven podía llegar a sacar las raíces de un árbol. ― Llegados a este punto aprovecho para hacer un repaso junto a los alumnos ― Decidme niños, ¿cuáles son las características de la tribu de los animantes?


Uno de ellos levanta la mano:


― Son la tribu más antigua y más tradicional de todas


― ¿Qué más?


― También son los amos de los animantes.


― Muy bien, ¿y qué es un animante?


― Un animante es un animal elegido para ser sometido al rito de la tribu y de esa forma triplicar su tamaño.― Responde el crío acertadamente.


― Así es. De ahí viene el nombre de la colonia. ― Les explico ― ¿Y quién sabe por qué les fue entregado ese don a la tribu de Animantia?


El silencio se hace y ninguno sabe responderme. Así que les hago un breve resumen de las colonias y de los dones otorgados por los guías.


― Vamos a hacer un repaso general de todas las colonias. ― Comienzo la lección ― La primera la colonia de Animantia, las más antigua y donde se encuentra la tribu de Taãgah. A ellos les fue entregado el Don de los Animantes. Los poseedores de dichos animales gigantes son elegidos por un consejo de sabios, tras la realización de una prueba de valor. Su propósito es el de proteger las tribus de la fauna hostil, así como la caza y la ayuda en las labores necesarias en cada periodo. ¿Qué otra colonia hay cercana a Animantia? ― Les pregunto.


― Las más cercanas son las Colonias Gemelas. ― Responde el mayor.


― Muy bien. Son dos colonias que hace quince siglos se separaron la una de la otra, aunque su relación es de mutua colaboración. Por su ubicación les fueron entregados todos los conocimientos necesarios para el dominio de la pesca submarina, antes de su división. Y por su idiosincrasia y por motivaciones científicas también les fue otorgada la sabiduría necesaria para navegar y profundizar en la psique humana ― Les informo y paso a la siguiente cuestión ― Decidme otra colonia que tenga relación con la anterior.


― La colonia de los Nautas. ― Contesta uno de los más jóvenes.


― La conocida colonia flotante, sí señor. ― Le respondo ― Cuando la Gran Colonia Madre se comenzó a disgregar, allá por el 5310, un gran grupo de ellos sentían instintivamente una unión profunda con el mar, así que por parte de los guías se les otorgó el don de la navegación y todo lo necesario para vivir por y para el mar. Se les dio la tecnología y los recursos necesarios para la construcción de la Gran Nautis, una metrópoli que navegaría por los mares albergando en ella miles y miles de ciudadanos.

La Búsqueda de TaãgahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora