Todo es posible en el mundo vampirico... Menos un embarazo. O tal vez si.
Existe una vieja leyenda que nadie conoce, o que crea que es verdad. ¿Leyenda? Por que ninguna vampira ha quedado embaraza... Hasta ahora.
Este capítulo igual esta largo. 😊😊😊 Elijah estaba esperando en la puerta a Caroline. Estaba verdaderamente contento de tener a alguien tan puro en la familia. Las chicas de la cosecha ya habían entrado junto con Genevieve. Davina le había dedicado palabras no tan gratas y se había ido. Después de unos minutos Elijah observó quien entró por la puerta. Hayley estaba allí. - Que raro - comentó Elijah - Esperaba verte en compañía de tus extravagantes amigos. - Bueno... pediste un representante de los licántropos ¿no? - dijo Hayley con una sonrisa de lado y colocando una mano en su cintura - Tómame o déjame, Elijah... Elijah estaba apunto de contestar cuando entro Caroline. - Perdona la tardanza. Mamá no paraba de preguntar... - a Caroline se le fue apagando la voz - Hayley - dijo con una nota de desprecio. - ¿Caroline? ¿Qué haces aquí? - preguntó Hayley notablemente molesta - ¿Qué hace ella aquí, Elijah? - No te debo respuesta, Hayley - comentó Elijah con su tono educado de siempre - Pasa a disfrutar de la fiesta. Hayley miró algo airada y se fue. Elijah cerró los ojos y suspiro. - ¿Te encuentras bien? - preguntó Caroline en voz baja. - Por supuesto - contestó Elijah acomodándose el abrigo. - Rebekah me dijo que sentiste algo por Hayley... debe de ser difícil - dijo Caroline - Pero ella no te merece. Yo lo sé. - Por supuesto... - río un poco Elijah, colocó su brazo para que ella lo tomará - ¿Vamos? - ¡Si! - exclamó emocionada.
Genevieve llamó la intención dando dos toques a su copa. - Bienvenidos - dijo ella sonriendo al público - Es nuestro momento de honrar la tradición; todos son bienvenidos a entregar sus ofrendas. Es nuestra costumbre que nadie debe ser rechazado, ni se niega ninguna bendición - termino Genevieve alzando su copa. Davina y las otras tres chicas se sentaron en lo que parecían ser tronos. Caroline observó con detenimiento, había gente formada para entregar lo que parecían ser obsequios. Hizo una mueca cuando la primera en pasar fue Hayley... ¡Esa mujer esta en todos lados!, pensó Caroline. Conforme a la gente pasaba observaba que nadie le daba obsequios a Davina. - Deberías llevarle uno - dijo Elijah sonriéndole. - Debería... - suspiro Caroline, siguió viendo como nadie le daba ni un regalo a Davina hasta que se arto - Ahora vuelvo. Caroline fue al auto, para su suerte era el suyo. En el fondo de la guantera, había una pequeña caja de joyería. Era una sencilla gargantilla de oro pero era muy linda.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Regresó al lugar y vio que casi ya no había nadie. Se dirigió con paso desistido a donde estaban, pasaron dos personas que igual se lo dejaron a las otras dos chicas. Cuando era su turno ella se detuvo donde Davina, la morena que se encargaba de decir dónde estuvo a punto de decirle algo pero Caroline le dedicó una mira muy seria. - Gracias, Caroline - le dijo Davina con una sonrisita, Caroline le dedicó una también. La observo y vio que Davina casi iba a llorar. - De nada - contestó ella sonriendo y se fue. Miro a las otras chicas y levantó una ceja. Caroline fue a la mesa de bocadillos. No había visto a Klaus... ni a Rebekah y Elijah estaba hablando con lo que creían eran vampiros. Ella quería tanto una copa pero no podía.
