Uno 2.0

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Hubiera querido que mi madre me cambiara por mi primo Carlos, o Charlie, como me gusta decirle

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Hubiera querido que mi madre me cambiara por mi primo Carlos, o Charlie, como me gusta decirle. Ya saben, yo ir a visitar a la tía Estefanía mientras que Charlie visitaba a mi mamá. O simplemente estaría mejor todo si mi mamá me dejara ir con mi abuela Miranda más de una vez al mes...

Aún no comprendo que fue lo malo que pasó entre ellas para que no se hablaran tan bien. Siempre escucho a mi mamá lamentarse por lo que pasó con un tal Daniel... Tal vez y ese tal Daniel era su novio y mi abuela lo desaprobaba... Mi madre alguna vez me dijo que en su juventud tuvo un amor tan imposible que la consumió como ninguno otro antes, incluso dijo que había sido obsesivo... Cosas de chicas...

Con sinceridad les digo que a mi madre no la considero el tipo de mujer que se deja derrocar por alguien, que sea alguien a quien se pueda manipular con facilidad. Aquí entre nos... El hombre en la relación siento que es mi madre...

Retomando el tema de Charlie, bueno, de pequeño lo admiraba por ser un chico responsable y también listo para cualquier fiesta a la que le invitaran. Charlie era como mi superhéroe de historieta y quería ser cómo él. Después crecí y como es de esperarse por la diferencia de edad empezó a distanciarse de mí, diciendo que ya no quería seguir jugando a los videojuegos, o que quería pasar más tiempo con su novia, que quería hacer cosas de "universitario" pero no podía conmigo a su lado todo el tiempo.

Ahora que Charlie venía a visitar a mi mamá me presumiría su gratificante vida, llena de pequeños lujos, de su pareja que ha de ser, por obviedad, más madura que Sofía, que ya tenía carro, que vivía en las fiestas en el fin de semana y no tenía que rendirle cuentas a todos, y lo mejor de mundo... el dinero.

Charlie había pasado de ser mi ídolo a ser la persona más detestable en mi vida en 2.0 segundos... Y a mi madre, Romina, no parecía importarle en absoluto.


-Mamá ¿puede venir Sofía a la cena? -le pregunté, mientras ella escribía como loca algo en el computador-. No quiero estar solo cuando Charlie llegue...

-Seguro. Ahora ve y alístate y...

-¿Qué estás haciendo? -la interrumpí. Me acerqué con rapidez al escritorio, y ella cerró la computadora, casi como si no quisiera que viera lo que hacía, o quien escribía.

-Cosas del trabajo... Ya sabes que no puedo estar sin hacer nada -Romina vaciló un momento-. En unos días tendré que salir de la ciudad para ir a checar algunos negocios, así que estarás casi solo, y no quiero nada de que metas a chicas a la casa, ¿entendido?

-Sí bien... No es como que vaya a hacer una orgía mamá... -mi madre me miró con los ojos saltones que ponía cuando le sorprendía algo- Es broma -dije con nerviosismo, sobándome la nuca-, no es como que yo..

-No lo quiero oír, las pláticas te las da tu padre.

-Es lo mejor...


Fui a la recámara. No tenía que llamar a Sofía porque ya la había invitado desde hace tres días, justo cuando escuchó el día en que vendría mi primo. Más que ser una amiga y novia, ya es como traer una carga sobre los hombros, no entiendo su sentido del humor tan infantil, y la hipocresía que ha crecido junto a ella a lo largo de los años. En especial, dudo que en verdad me "ame" a como ella lo dice. Ya no conozco a la Sofía que me gustaba en la secundaria, ahora veo a una completa desconocida que se ha infiltrado en mi familia, y si fuera como mi madre diría que Sofía se ha convertido en el color negro como la muerte, o como otros lo dirían "la deficiencia de luz" hace que sea una persona muerta.

No me debía vestir de gala, ni algo por el estilo, y aunque fuera de ese tipo la cena no lo haría. Bajé a recibir a Sofía en cuanto sonó el timbre. Se veía linda con su vestido de estampado floral y su melena rubia como el oro cayéndole por un lado. Era fanático de la belleza, y Sofía me había esclavizado para siempre con su gracia. Tal vez y sólo habíamos caído en lo rutinario del noviazgo que ha hecho todo esto más aburrido de lo normal. Al mirarla mientras saludaba a mis padres, comprendí que ella era una obra de arte, y las obras de arte no se supone que deben de ser hermosas sino que te hagan sentir algo.


-Miguel... ¡Miguel! -me despabilé agitando la cabeza de lado a lado, como si tratara de sacarme algo de la cabeza. Vi a mi papá muy sonriente-. Tocan la puerta, ¿abres?

-¿Eh? ¡Ah sí! -caminé a la puerta, era más que obvio que sería mi tía Estefanía y su esposo junto a su hijo Carlos. Abrí la puerta, esperanzado a que sólo fuera algún vecino reclamando de nuevo por donde estacionó el automóvil mi padre, pero no fue así, en su lugar me encontré con mi tía, muy alegre para ser verdad-. Hola tía.

-¡Hola pequeño! -me abrazó con todas sus fuerzas-. ¡Qué digo pequeño, enorme jovencito!

Solté unas carcajadas forzadas, quiero a mi tía, no me mal interpreten, pero hace que la pubertad y la adolescencia sea demasiado difícil para alguien después de que su bebé ha crecido y es un hombre hecho y derecho. Estefanía, es de las típicas tías que comenta tus estados y tus fotos en las redes sociales diciendo lo "guapo" que soy, y mandando saludos a su hermana...

-Pasen, mi madre está... Bueno está haciendo algo, eso es seguro.

Mis tíos pasaron, lo vi entrar, no quería voltear a ver a Charlie, pero al parecer el quería que lo viera, ya que se aclaró la garganta para llamar la atención. Vi que Sofía venía en mi auxilio, y cuando llegó a mi lado me decidí a afrontar a mi primo.

Seré honesto, ni siquiera lo miré, toda mi atención se la llevó su acompañante. Charlie llevaba agarrado de la mano a una chica tan hermosa que me hacía dudar de mis gustos, era bella. No. Bella era una palabra que se quedaba corta para ella. Sus ojos color azul contrastaban con su apiñonada piel, y esa melena larga y ondulada que se podría comparar con el ébano. Incluso me encantaron las pecas que rondaban por sus mejillas y pasaban por su nariz como un puente. Me había dejado sin palabras. Si fuera un poeta, ya estaría plasmada como la cosa más fascinante y exquisita de mirar.

-Hola primo, te presento a Astrid, mi novia.

-Hola, es un gusto -contestó ella, con una sonrisa en los labios.

Tal vez después de todo había estado apreciando mal las obras de arte, y parecía ser ella alguien dispuesta a enseñarme la bella arte de la pintura.




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Hola pequeños caramelos de colores. ¿Cómo han estado? Espero que bien. Eeeen fin, les traigo un nuevo capítulo de DEEP COLORS. ¿Les está gustando? Sean sinceros por favorsito.

¿Qué creen que pase luego con Miguel?

Bien, espero que disfruten mucho este cap. Lo estoy haciendo corto por la falta de tiempo, y no los quiero hacer esperar, así que decidí subirles esto :( Los amo tanto como para dejarlos sin capítulo cada semana.


Si les está gustando no sean malos y pónganla en sus listas de lectura, en sus bibliotecas, y voten y comenten. Siempre me gusta ver qué piensan acerca de los capítulos, qué creen que pasará o debería pasar. Espero leerlos en los comentarios.


Con mucho amor,

iQueBooks

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