Trece

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El domingo por la mañana el celular de Brec sonó con insistencia. La chica estiró la mano hacía la mesita que había al lado de la cama y cogió la llamada sin mirar el número siquiera.

-- ¡Song! --gritó Brandon alegre.
-- ¡King! --respondió alegre a pesar de que el chico la había despertado antes de las ocho de la mañana, feliz de poder hablar con ese chico estúpido, sin importarle que había pasado todo el día anterior con él y el resto de sus amigos hasta las once de la noche-- ¿Qué
pasa?--
-- ¿Que qué pasa? --preguntó el chico atónito-- Hoy es el día, Brec, hoy el el día.--
-- ¿Y por eso me despiertas a las --hechó un vistazo al reloj-- siete cuarenta de la mañana? --
-- Lo siento. --se disculpó él-- Es que estoy muy emocionado. --

Brec se lo imaginó sonriendo con el móvil en el oído.

-- Bien. --Brec puso los ojos en blanco, estando consciente de que Brandon no podía verla-- ¿Qué quieres que haga? --
-- Ven a mi casa. --indicó-- Y vistete de negro para que seamos ¡ninjas! --

Al cabo de media hora Brec llegó a la casa de Brandon acompañada de Rachel, a quien se había encontrado en el camino. Rachel caminaba somnolienta e iba vestida con unos vaqueros y un suéter de lana rosa, al parecer Brandon había olvidado comentarle lo del ninja, lo cual hacía que Brec se sintiera incómoda por ir vestida con un jean negro, una camiseta negra y su sudadera negra. A pesar de ello, parecía que el plan de venganza contra Lara le daba buena suerte a Brec. Aquel día se realizo la segunda reunión para el plan de vengaza.

-- ¡Bien chicos! --gritó Brandon animado-- Empieza la parte complicada. Esta noche, el plan se llevará a cabo. Entraremos en la casa de Lara. --

Todos lanzaron vítores.

-- Pero, ¿cómo? --quisó saber Rachel.
-- Rayos, tienes razón. Lastima que no --hizo una pausa y rebuscó en su bolsillo, de este sacó un llavero del que colgaba una llave plateada-- tengo la llave. --

Park se levantó de un salto y se acercó a su amigo, quien sostenía el llavero orgullosamente.

-- ¿En serio es tan idiota para no pedirte las llaves luego de terminar? --preguntó-- ¿Acaso no te conoce? --
-- No, creo que no. --

La tarde paso entre risas y juegos, Brec y Rachel fueron a la casa de la primera, tomaron un par de mochilas y salieron por la ventana para (según Rachel) practicar.

-- Bien. --gritó Brandon a su regreso-- El plan no tiene fallo. Los padres de Lara trabajan por la noche, se van a las once y no vuelven hasta las ocho de la
mañana, la muy idiota nunca pone la alarma como su padres le dicen. Esto sera ridículamente fácil.--

Los chicos durmieron el resto de la tarde para estar despiertos. Prácticamente, estaban listos.

A las once de la noche, todos los celulares sonaron con la alarma a todo volumen y los chicos se despertaron mientras Taylor, torpemente iba por café a la cocina.

-- ¿Estan listos, chicos? --gritó Brandon luego de beberse todo el café de un trago y sumergir su cabeza en una cubeta llena de agua helada.
-- Si capitán, estamos listos. --gritaron todos al unísono.
-- No los escucho. --
-- Si capitán estamos listos. --
Todos se echaron a reír mientras Taylor seguía cantando.

-- ¿Qué hora es? --preguntó Brec.
-- Las once y media. --Park miró su reloj.
-- Será mejor que nos vayamos ya. --indicó Rachel.

De nuevo se repartieron en los dos autos. Brec y Taylor iban con Brandon mientras Rachel, Mayra y Sara iban con Park.

-- ¿Donde es? --preguntó Brec.
-- Yo te diré donde. --le sonrió a través del espejo retrovisor.

Al cabo de un rato, pudo visualizar una especie de caseta, Brec se puso nerviosa, temiendo que le pidieran a Brandon una identificación lo que acabaría delatandolos, sin embargo, los guardias de seguridad estaban dormidos.

Diario de una chica raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora