Once

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Se apoyo sobre la puerta del casillero y soltó un suspiro.

-- ¿Pasa algo? --preguntó Rachel.
-- Prometeme que iras a mi funeral cuando Karen me mate y diga que me suicidé por que soy una psicópata. --

Y tenía razón al estar nerviosa. No había vuelto a casa la noche anterior, y conociendo a su madrastra, con lo dramática que es, seguro la esperaría von un nebulizador y pruebas de embarazo porque "Quien sabe que tonterías podría haber hecho. "

Se sacó la capucha de la sudadera gris de un manotazo y cerró los ojos. ¿Por que era tan difícil?

Odiaba a su madrastra, odiaba a sus medias hermanas. E incluso odiaba a su padre por hacerlas formar parte de su vida.

-- Calma Brec, no te dirá nada. --su amiga frotó sus hombros con las palmas de sus manos-- No tienes por que preocuparte. --

-- Creé que fumo. --espetó la castaña-- Y que estoy loca. --

-- No sabe la suerte que tiene de tener una hija como tú. --y con un gesto delicado y lento quiso acariciar el cabello de la chica.

Pero no lo hizo. Con un par de movimientos dio un giro y sujetó la muneca de su amiga para luego clavarle la mirada más furiosa que hubiese visto jamás.

-- Yo no soy la hija de esa mujer. --

Rachel se sobresaltó por el repentino acto y se quedó quieta al instante. Sabía perfectamente de donde sacó aquello. Brec siempre amó el Tae Kwon Do, deporte coreano que practicaba desde los seis años. Diez años después, ya era una cinta negra, experta y muy dedicada. Sin embargo, algunos meses atrás había dejado de practicar debido a una lesión. Al recuperarse, no tuvo valor para volver, sintiéndose como una intrusa, dejó lo que más amaba.

-- ¿Brec? --apareció Brandon a sus espaldas sacandolas a ambas de sus pensamientos-- ¿Qué le haces a
Rachel? --

-- Nada. --soltó la muñeca de su amiga, tratando de tranquilizarse.

-- Ah, vale. --asintió el chico con pocos ánimos.

Un silencio se formó en los pasillos, desiertos de no estar ellos ahí.

-- Y... ¿qué pasó con Lara? --Rachel trató de romper el incómodo silencio.

-- No quiere hablarme. --confesó el castaño apoyandose en los casilleros a sus espaldas-- Ayer la llame siete veces y no me contesto. --

-- ¿Y Taylor? --

-- Tampoco. --suspiró cerrando los ojos.

Brec sintió como la piel se le ponía de gallina. Brandon, al lado suyo, con los ojos cerrados y la capucha de su sudadera gris cubriendo su cabello castaño. Se veía tan... destrozado.

Y a la vez tan tierno.

Se inclinó un poco para mirarle mejor, era sencillamente adorable.

No entendía como un chico como él podía sufrir de esa manera por una chica como Lara. Una perra.

Se armó un revuelo en el pasillo siguiente. El grupo de chicos en un intento de relajarse por un momento se dirigió a mirar el motivo de este.

Y se arrepintieron.

En el pasillo un grupo de chicos rodeaba a una pareja que se besaba apasionadamente. Todos ellos gritaban cosas como: "Olvídate del otro, ¡el es mejor!" o "¡A la mierda los novios!".

Los chicos se abrieron paso entre la multitud. Brandon fue el primero en llegar al frente, apenas lo hizo, se dio la vuelta y corrió.

Brec se abrió paso confundida por la reaccion del chico, pero finalmente se dio cuenta del porqué.

La chica a la que todos vitoreaban era Lara.

N/A:
Sigo viva!!!

Así es beibis, volví y con un nuevo y sensual capítulo 7u7r

Yo se que me extrañaron.

Y vale, ya dejo de decir idioteces y los dejo leer en paz.

Loves you:
-ANN-













Diario de una chica raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora