One-Shots después de la Batalla de Hogwarts

Luna Lovegood conoce a Rolf Scamander

La guerra ya había pasado, los estudiantes se encontraban en el Sala de los Menesteres recuperándose de sus heridas, algunos había fallecido. Luna miraba el salón sentada en una silla esperando ser vendada por la Señora Pomfrey.

-Rolf, cariño puedes vendar a la chica que esta sentada en la silla, me harías de mucha ayuda.-escucho Luna a la señora Pomfrey, pocos minutos después apareció un chico con algunas vendas.

-Hola, lo siento, estoy ayudando a la señora Pomfrey con algunos de los estudiantes, ¿dónde estás herida?-preguntó el joven muchacho, él era casi la misma estatura que Luna pero un poco más alto, era de pelo oscuro y sus ojos eran claros.

-Pie izquierdo.-respondió Luna y miro al chico mientras tomaba su pie con cuidado y lo vendaba.-Es muy generoso de tu parte ayudar a la señora Pomfrey.

-Bueno, en momentos así, alguien siempre necesitara ayuda.-dijo mientras le sonría.-¿Luna cierto, Luna Lovegood?

-Sí, soy yo.

-Soy Rolf, Rolf Scamander, estamos en Ravenclaw juntos.

-E oído hablar de ti, quieres estudiar Magizoología al igual que tu abuelo, Newt Scamander.-dijo Luna sin apartar su mirada del chico.

-Yo también e oído hablar de ti...solo que...no te llaman por tu nombre.

-Looney Lovegood, Loca Lovegood, Lunática Lovegood, Luna Lunática Lovegood.-dijo ella calmada mente, Rolf paró de vendarla y la miró, sentía pena por la chica.

-Yo no creo que seas loca, creo que eres única.

Luna sonrió, ella no había oído eso en un largo tiempo.-Gracias, aprecio que digas eso.-dijo y él le devolvió la sonrisa y empezó a vendarla otra vez.-Yo también quiero estudiar Magizoogía.

-Me alegra no ser él único.-dijo sonriente.-Hay criaturas que todavía no se han descubierto-

-Que están esperando por ser descubiertas, yo también creo eso.-dijo Luna terminando la oración de Rolf y este la miro asombrado.

-Bueno termine con tu pie, tienes que tener mucho cuidado, tal vez tarde 2 o 3 semanas en recuperarse.-dijo Rolf y se puso de pie. Luna pudo ver que el también estaba herido en el brazo.

-Estas herido.

-Oh sí, pero hay personas que necesitan ayuda, yo puedo encargarme de mí mismo después.-respondió mirando su brazo.

-Yo te ayudo.-se ofreció ella y desapareció, minutos después movió su varita y la herida se empezó a coser sola.

-Muchas gracias Luna.

-Es siempre un placer ayudar.-dijo sonriendo y los dos se miraron por un largo rato.