Capitulo 7

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- ¡Detente! - grité.

Su mano estaba a tan solo centímetros de mi  pecho cuando se detuvo.

- Por favor, detente - sentí como se me empezaban a acumular  lágrimas - no me toques por favor, Dylan, no me toques... - la sensación de estar mojando mis cachetes con mis lágrimas me hizo decir lo que me pedía - eres mi dueño pero por favor no ... no me toques - por más de que quise dejar de llorar no podía estaba asustada.

Mire directamente a sus ojos, vi como su mirada seria y firme se volvió una más suave y como sus cachetes empezaron a tomar un tono rosado, desvió su mirada y dijo:

- No tienes por que llorar tanto - su mano que estaba a punto de tocar mi pecho retrocedió y la dirigió hacia mi rostro y delicadamente empezó a secar mis lagrimas - Si lloras mucho yo no sabré que hacer, supongo que fui muy duro gatita - dijo algo avergonzado.

Se separo de mi, se paro, empezó a quitarse la camisa y después se recosto bajo las sabanas de mi cama.

Aproveche esa oportunidad para abrocharme los botones que posteriormente habían sido desabrochados sin mi consentimiento.

- ¿Dylan?- pregunte confundida - ¿Qué ... qué haces? 

- Ya es tarde - dijo señalando al reloj que se encontraba encima de la puerta del baño y en este se marcaban las 5 - demoras mucho para bañarte - dijo riendo.

-No es cierto - dije mientras me paraba para acomodarme - deberías de ir a dormir a tu cuarto - dije algo ya mas calmada y ya con la blusa abrochada.

-No, yo quiero dormir con mi gatita, ven acá - dijo alzando la sábana a su lado.

Me quedé parada al lado de la cama tratando de asimilar lo que el me acababa de decir.

- Jey gatita, ya admitiste que soy tu dueño ... debes de obedecerme - dijo el fingiendo seriedad pero note como el se reía - obedece a tu dueño. 

- Lo que diga "amo" - dije usando sarcasmo en mi voz pero por algún motivo decidí aceptar, y me metí bajo la cama junto a él pero con una cierta distancia.

- Si duermes con alguien en la cama es para que se abrazen y abriguen uno al otro, no para que se aleje y deje solo al chico - se rió él - ahora solo falta que me des la espalda.

-Oye, esa es una buena idea - dije yo dandole la espalda.

- Sí, pero prefiero tenerte cerca a mi- dijo él y con sus manos me jalo hasta que quede pegada a él.

Espero que duermas bien mi gatita- dijo el colocando su brazo alrededor de mi cadera.

-Claro que no - dije yo apartandome de el pero en el intento cai al suelo y como consecuencia el se rió de ello.

- ¡Ayyy mi gatita! se supone que debes de caer de pie- dijo riendo más alto.

- Soy un gato especial - dije aun tirada en el suelo y haciendo un puchero.

- Yo te ayudo gatita- sentí como uno de sus brazos tocaba mi cadera y lentamente me subía hasta que estuve en la cama, otra vez.

- Gatita, no te apartes de mi lado, por favor - lo dijo en un tono dulce y súper tierno - ponte en mi pecho.

-¿Por qué haría eso? - pregunte confundida 

- Soy tu dueño - dijo autoritariamente - Hazlo.

Un poco nerviosa hice lo que me pidió mientras que el con su brazo me rodeaba la espalda y me acercaba cada vez más a él, cuando acomode mi cabeza en su pecho pude escuchar claramente los latidos de su corazón cada vez mas acelerados, estaba nervioso,  al parecer no era la única nerviosa en la cama debía de considerar eso como algo bueno.

-Tu corazón late muy rápido - dije mientras colocaba mi mano en su pecho.

-¿Qué estas haciendo? - preguntó él mientras alzaba mi mirada y veía como sus mejillas tomaban un color medio carmesí.

- ¿Te estoy excitando? - pregunte rápidamente y sin pensarlo, en un acto reflejo, me puse encima de él y acerque mis labios a su oído - Porque si deseas puedo dormir en otro lado - genial, ahora yo era la corrompida, a través de la oscuridad logre ver como abría los ojos como platos - ¿Que pasa, dueño? ¿Te comió la lengua el gato? - después de unos segundos el alzó sus brazos y me rodeo fuertemente con ellos atrayendo me cada vez más a él.

-Gatita - dijo en un suave susurro - con solo verte así siento que todo en mi cuerpo se para.

Pude entender ese claro mensaje subliminal en sus palabras y con ello solo logro que sintiera como mis cachetes empezaban a quemar.

Sentí una gran contradicción en mi por un parte mi lado irracional, ese al que le gusta vivir el momento, me decía que lo hiciera pero mi parte racional me decía que parara, que lo que hacía no era correcto. Estaba un poco aturdida, sin embargo,  por una vez en mi vida decidí hacerle caso a mi lado  irracional, ya después tendría que aceptar las consecuencias de mis actos. Con suma torpeza acerque mis labios a su cuello lentamente empecé a besarlo y poco a poco empezaba a lamerle, como si fuera un helado.

- Miau - dije como tratando de imitar a un gato, para mi suerte me había salido bien.

- gatita- gimio él - por favor, para.

-Pero ¿No era esto lo que querías?- pregunte de una forma seductora y juguetona, aún pegada en su cuello y empezando a bajar hasta su abdomen.

- tu lo has dicho yo lo quería pero ¿Tu? - dijo el con la voz entrecortada, claramente por lo que le estaba haciendo.

De pronto sentí como una oleada de verguenza me invadió y con suma torpeza me senté encima de él y al darme cuenta de la posición en la que me encontraba sentí más verguenza, tanto que cuando intente bajarme de su regazo casi me vuelvo a caer pero el en un rápido movimiento se asió de mi cintura y me atrajo hacia el pero debido a que yo estaba más arriba de él al momento de chocar cuerpo contra cuerpo chocamos cara contra cenos, mis cachetes estaban ardiendo de la verguenza.

- Kata ... lo .. lo siento - se escucho su voz apagada debido a que su cara aun estaba en mi senos. 

Me arme de valor y lo abracé atrayendolo a mi y con un suave susurro hablé.

-No te preocupes - dije acariciando su cabello con una mano - hace un momento me preguntaste si quería y pues aquí esta mi respuesta, Dylan.


Eres Solo MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora