CAPÍTULO 33

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Pareciera como si el mundo no la entendiera, de la misma manera en que alguien estuviera en desacuerdo con ella y se encargara personalmente de arruinarle sus asuntos en la cara por puro placer. Hubiera sido preferible que se tratara de una persona de quien no la quisiera, antes que la misma vida.

Cuando los pajaros cantaban, el arcoiris estaba entre las montañas y el cielo era celeste, tuvo que caer un tormenton a llevarse todo lo hermoso.

El sonido le reventaba los oídos enrrededados por esos auriculares blancos que cargaba a todos lados como si fueran un valioso tesoro.

Sobre el concreto que rodeaba la fuente en forma de circulo para que el agua se quedara adentro, yacía la pequeña pero poco vulnerable chica, Ally, reclamandole mentalmente a la vida o a quien la escuchara sobre dus desgracias. Arrepintiendose y pensando la vida que podría tener de no haber cometido ningún error en el pasado.

Deseaba y anhelaba lo que ya no tenía.

Por cada chico que pasaba, se preguntaba a si misma su historia, de donde venía, cúal era su nombre, su edad, qué estudiaba y por qué lo hacía, por pasión o planear el dinero que jamás iba a tener haciendo algo que no le apasionaba.

Tal vez alguno podía ser becado por venir de un campo y ser casi pobre, puede que otro por ser un cerebrito de primera, o por que sea una estrella deportiva.

Pero lo que anhelaba era encontrar a alguien como ella, que la mirara a los ojos y le dijera "Te entiendo" con toda sinceridad.

Revisó su movil, el cúal se limitaba de lo interesante, los datos estaban consumidos desde hacía dos días antes y desafortunadamente se encontraba pobre en esos momentos por mal gastar el poco dinero que tenía para sobrevivir lejos de casa, y pedirle prestado al codo de su hermano, estaba lejos de sus opciones.

Solo releía mensajes viejos con los pocos contactos guardados en su movil.

-¿Es tactil?-El dueño de esa voz, pasó su dedo indice por la pantalla.

Ally odiba que la gente hiciera eso, en cuanto cruzó su mirada con ese hombre, recordó sin querer que el era el único con quien no tenía ningún inconveniente por que hiciera esa broma barata.

A penas lo miró y fue inevitable pronunciar un mini suspiro por ese sueño en la realidad.

-Oh, perdón, se me olvidó que te molestaba eso-Recordó el castaño.

Rafael.

-Un poco-Fingió desagrado.

Su sonrisa de comercial hacía que nada le molestara.

-¿Quieres?-Agitó su frapuchino-No le he tomado.

Conocía la debilidad de la chica por esta bebida que el odiaba con su alma, pero fingía que le gustaba un poco el sabor como excusa para comprarle uno de vez en cuando.

-No, gracias-Se resistió a la tentación.

-Tu sabes que quieres-Insistió con esa sonrisa tierna que solo el podía hacer para derretirla.

Accedió y tomó un pequeño sorbo de el vaso, con el cual se quedó con las gamas de beber aún más, terminarselo en diez segundos si ella quisiera. La verguenza y la amabilidad le ganó, de saber que este chico lo estaba haciendo a proposito para darle todo el bote, al fin y al cabo el frapu era para ella quien por alguna causa inhumana adoraba el sabor.

-Fui a psiquiatría-Anunció el castaño.

-¿Crees que estoy loca?-

-No tanto-

Río.

Ella lo empujó del hombro.

-Mentira, solo me fui a dar una vuelta por ahí-

Ella miró hacia al frente inexpresiva y tratando de pronunciar una sonrisa falsa.

-Si crees que necesitas demasiada ayuda, puedes ir allí, ellos te pueden ayudar con tus problemas-

En gran parte el era ignorante, por que ella lo único que quería era un poquito de su amistad.

Tan siquiera que fingiera interés en ella por educación.

Pero era tan tonto e inocente que las ideas jamás se desarrollaban al cien por ciento en su cabeza, allí todo funcionaba de manera más simple y menos detallada, unicamente prepadada para estudiar, comer y dormir.

Las demás funciones en su mente estaban apagadas o eran demasiado inocentes para notar un toque raro en la chica.

-Gracias-Bebió un sorbo del café.

Aunque no fuera de ella oficialmente, era dificil resistirse al sabor amargo y delicioso.

El chico la notaba decaída sabiendo que ella era super feliz ante todos, no era lo suficientemente inteligente para notar que ella estaba mal y que quería solo su ayuda, la de nadie más.

-Si quieres vamos ahora- Propusó Rafa.

-Me caen mal los loqueros- Respondió sincera.

Ya había tenido cientos en su pasado y ¿Alguno había cambiado algo? No. Nadie tiene los poderes magicos de regresarte a la persona que más amas cuando ya se fue.

A veces no superamos un fallecer, eso es como la manera más jodida de que la vida te diga "Oye eres muh cabrón, te voy a castigar para que te tranquilices".

Es peor que el último gancho al estomago de un boxeador para saber quien va a ganar.

Los pensamientos de Rafa rebuscaban entre todo lo existente e inexistente alguna idea para tratar a una mujer, unas pequeñas palabras para hacer sentir mejor a una amiga, el más minimo detalle amable que pudiera hacer en esos momentos de tensión por hacerla feliz, o sacarle una sonora risa tan siquiera.

Es muy duro ir a la escuela todos los días y poner tú mejor sonrisa, porque por dentro probablemente muchos están jodidos y llenos de problemas que quisieran explotar, pero en lugar de eso debes ser empatico y a veces hipocrita para ser amable.

La intención de Ally era buena con este hombre, quería un apoyo, un mejor amigo que fuera más que eso (por una parte este era Samuel, pero con el solo se llega hasta un punto de amistad y ya) quería algo más, ser querida por alguien de una única manera, Rafael tenía todos los criterios marcados para ser ese alguien especial, sin embargo de seguir siendo tan ciego para notar las indirectas que ella le mandaba, sería mejor esperar a otra persona para ese lugar especial.

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⏰ Última actualización: Aug 29, 2016 ⏰

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