14

2.1K 294 61
                                    

(♖)


Llegaron a casa, Hyeri iba unos metros separada de Chanyeol.






Hyeri desvió su mirada casi al instante.

—¿Qué te sucede?— le preguntó casi gritando.

—Sólo te miraba, ¿Acaso está prohibido mirarte?— preguntó molesto por la reacción agresiva de la chica.

Hyeri se dio media vuelta seguida de Chanyeol.

¿Por qué estás molesta?— le preguntó saliendo del aula.

—La próxima que quieras tratarme como un pedazo de carne fresca, recuerda las consecuencias.

Chanyeol se frotó la cara con ambas manos mostrando frustración absoluta.

—Vamos Hyeri, sabes que no lo hacía con esa intención.— explicó el chico mirando a la chica que aún
seguía ignorándole.

La menor se ahorró sus palabras y lo ignoró todo el camino a casa. La razón por la cual estaba molesta, era por la forma en la que la había mirado. No era un pedazo de carne para que la viera como un perro frente a un ventanal de una carnicería. Además, si él se enamoraba de las populares en su escuela, era mejor quitarse la costumbre de sentir aquellas tontas mariposas y comenzar a ignorarlas.





⠀⠀

La madre de Hyeri trabajaba hasta tarde, por lo que ella debía hacer la comida, o podía simplemente ordenarla. Entró a la casa y caminó por la sala, siendo detenida por Chanyeol.

—Estoy bien, ya déjame en paz.— sentenció ella sin mirarlo. Pero el mayor afirmó el agarre en vez de soltarla. —¿Qué no entiendes? Dije que me...

Se quedó con la palabra en la boca al ver al chico con los ojos negros acompañado del iris rojo. Hyeri tragó saliva asustada. Chanyeol respiraba con dificultad ya que se oía cómo inhalaba y exhalaba.

—C-Chan...

No tuvo tiempo de reaccionar cuando el mayor la tomó fuertemente de las muñecas y la azotó con la pared. Hyeri jadeo por el impacto y se retorció por el dolor.

Chanyeol no tomó misericordia por ser una chica. En realidad, ni siquiera tenía control sobre si mismo.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez...

Su rostro se acercó al de ella y comenzó a acercarse a su cuello. Hyeri no podía mover un músculo, pues todo su cuerpo estaba siendo retenido por las manos y piernas de Chanyeol.

El chico comenzó a marcar el cuello de la menor con sus labios. Hyeri al sentir cómo succionaba su delicada piel, gritó.

Gritó tan fuerte que el chico deshizo el agarre. Cuando su cuerpo cayó al suelo, se dio cuenta de que nunca supo el momento en el que sus pies dejaron de tocarlo. Sus muñecas tenían un ligero color rojo por el agarre y su cuello dolía como los mil demonios.

Se puso de pie, viendo cómo Chanyeol cambiaba y sus ojos volvían a ser normales. Los cerro fuertemente y volvió a abrirlos viendo a Hyeri. Una lastimada Hyeri.

—Hyeri...— susurró haciendo que ella retrocediera unos cuantos pasos y saliera corriendo a su habitación entre ligeros sollozos.

Definitivamente muerta de miedo.

ESPECTRO ⚊ PARK CHANYEOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora