CAPITULO IV "VENGO A CONFESARME"

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Me paré frente a la iglesia y pensé en los años que tenía de no meterme acá... seguro me derrito de tanto pecado, pero de alguna forma, tengo que contarle a alguien todo lo que tengo atorado sin que vaya a ir de chismoso contándolo por el pueblo...

entré a la iglesia y saqué mi arma... ya con el arma en la mano me persgné con ella... después negué con la cabeza y me persigné con la mano libre... 

he perdido el toque...

- ¿padre?

susurré para que el eco no me abrumara... miré la iglesia... 

caminé dentro buscando a Fray Lui...

miré a los lados... 

y no lo encontré... 

fruncí el ceño... ¿donde podrá estar ese hombre del señor? de forma literal...

miré al cristo que se encontraba en el centro de la iglesia...miré mi mano... donde tenía el arma.

- ¿esto no te gusta verdad? creo que eres el claro ejemplo de que los buenos no viven mucho... y que los malos y los cobardes si, guardaré esto, respeto los ideales de todos, hasta los de Dios...

guardo el arma en su lugar habitual y busco al Fray por un extremo de la iglesia...

estaba por irme...

y caminé de nuevo al centro para salir... 

de detuve...

escuché la voz de la madre superiora y lo mejor que se me ocurrió fue meterme a la zona de confesión...  no quiero que me tire un sermón por lo que hice... 

- bien Victoria, te dejo para que te confieses... 

abro mucho los ojos... santa madre... 

me siento y escucho la plática... 

- ¿cree que sea buena idea que se lo diga?

- una cosa es lo que le digas en confesión y otra cosa la que le digas en una charla normal...

- tiene razón, la veo en un rato...

justo me iba a salir cuando... de pronto, ese olor a frutos frescos me invade la nariz... 

- buenos días padre... 

trago saliva... 

- buenas tardes...

digo en tono suave imitando al Fra Lui y su voz promovedora de la paz...

- he venido a confesarme...

- adelante... - aspiro su aroma ¿que se dice para comenzar la confesión, ha, ya - ave maría purísima...

- sin pecado concebido...

debo aceptar que el eco hacía de las suyas, y la voz suave ayudaba mucho... 

- te escucho hija...

- padre, no sé que hacer, pronto será mi boda con Christian Bueno...

- ¿y cual es el problema? 

- es una buena persona, este tiempo me bastó para darme cuenta que no cree que me estén casando con él a la fuerza...

- ¿no quieres casarte?

- no... 

- ¿por que?

- porque amo a otro hombre...

- te sigo escuchando... 

esa parte me interesa... frunzo el ceño...

suspira... 

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐄𝐥 𝐅𝐫𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora