Capitulo 3. Paranoia

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Después del almuerzo Harry se digno a llegar a su última clase, localizo el aula y se sentó en un asiento vacío. Se quedo en silencio mirando al frente pero sintió de nuevo el aura, sintió esa presencia cerca de él. Y por primera vez localizo a la chica, estaba sentada justo enfrente de él. En el mismo instante en que le pensaba, la chica giro su cabeza y él le vio la cara.

Aquella piel color vainilla, un leve tono rosa sobre sus mejillas, que estaban cubiertas por ligeras pecas haciendo un camino pasando por su nariz, y aquellos ojos, sus ojos parecían dos gotas de citrino, una franja negra alrededor del iris con unos destellos verdosos, sin duda eran un par de ojos raros, pero a la vez misteriosos.

La chica le dedico una sonrisa, pero Harry bajo la mirada hacia su pupitre. Ella regreso la mirada al frente. No quiso volver a verla, se sintió extraño de tan solo tener contacto visual con ella. Bloqueo cualquier sensación que podría percibir de la chica, pero un poco de dolor le hizo dejar de forzarse a si mismo, bien sabia que no podía leer la mente como todos esos otros brujos que había en los libros, pero en ese momento quería saber porque la chica había sentido dolor. Trato de que esos pensamientos curiosos desaparecieran, y lo logro, seria mejor que ella sintiera su apatía y rechazo, así estaría lejos de él. No era como si sintiera algo por ella, pero no la quería cerca.

Al terminar la clase, Dina observo como salía aquel chico deprisa del aula, se había sentido dolida porque no había respondido su sonrisa, y ella que solo intentaba ser amable.

Salió del aula mirando su reloj en su muñeca, eran las dos de la tarde, ¿Qué podría hacer después de salir de este agujero? Se pregunto caminando hacia la salida. Tal vez seria buena idea caminar por las calles deDurham, llevaba su cámara en su mochila, por lo que no perdería el tiempo y recolectaría más fotos para su álbum.

-Dina – escucho su nombre detrás de ella, detuvo su paso mirando a quien le llamaba. Al ver llegar a la chica a su lado sonrió fingidamente.

-¿Qué sucede? – quiso saber alentando a la chica a hablar. Alden, la chica con la que había compartido mesa en el almuerzo, la única que se había acercado a ella. Una chica de estatura promedio, ojos azules como el agua y una cabellera rubia, incluso mas que las que la misma Dina estaba acostumbrada a ver en su antigua ciudad.

-Creí que seria buena idea conocernos mejor – sonrió comentándole su propuesta, Dina frunció el ceño buscando una excusa, pero no se venia nada a su mente.

-Pero tu tendrás que invitar – comenzó a caminar mientras que Alden le seguía tratando de incorporarse al apresurado paso de Dina. Al salir del plantel educativo sentía las miradas en ella, pero de inmediato se dio cuenta que no era así, la chica rubia a su lado era quien tenia la atención de todos.

Se sintió algo incomoda, pero de inmediato pudo ver a lo lejos como el chico se minutos antes le había ignorado le veía de manera seria, estaba apoyado en su coche, y aunque los lentes de sol no le permitían ver sus ojos, ella se sentía intimidada del solo saber que tenia la vista sobre ella.

Ahora Dina se encontraba siguiendo a Alden, iban directo al que parecía ser su coche, un beetle convertible blanco. Giro de nuevo su mirada hacia donde estaba aquel chico pero ya no le vio mas, en su lugar ahora estaba el chico que le había espantado la noche anterior.

-¡Hey, Dina! – saludo Zayn moviendo la cabeza un poco, Alden miro a Dina incrédula y después de que ella le haya regresado el saludo, ambas subieron al coche.

-¿le conoces? – pregunto Alden, Dina negó con la cabeza sintiendo el aire rozar su cara. – Entonces ¿Cómo es que él te conoce? – a este tipo de situaciones se había querido mantener alejada, odiaba ser la nueva, ya que siempre ocurrían preguntas como ¿Qué te hizo venir a este pueblo? ¿Cuáles son tus hobbies? Entre muchas más que eran mas molestas.

Los Ojos Del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora