En silencio, Dina caminaba por la calle de regreso a su hogar, tomaba fotos de lo que le parecía interesante, prácticamente nada. Frunció el ceño al ver que no se encontraba sola, sabia que había personas a su alrededor haciendo sus rutinas diarias, pero algo le incomodaba. Suponía que debía ser aquel chico, Zayn, quien siempre aparecía para espantarle, y terminaba disculpándose haciéndose el inocente. Lo mas seguro era que seria él, porque había dicho que su casa estaba por la misma dirección de la casa de ella. Un poco torpe al dar indicaciones, pero aun así ella había comprendido algo de lo que había dicho. Sintió una mano en su hombro girándose bruscamente.
-Lo siento – agacho la cabeza la chica.
-No hay problema – dicho esto comenzó a caminar de nuevo.
-Vi como golpeabas a Tamara en el instituto – Dina sonrió al recordarse encima de ella, sintiendo como su puño se estampaba en el rostro de la chica.
-¿Quieres que te regale lo mismo que le regale a ella? – pregunto entrecerrando los ojos, la chica negó caminando a su lado.
-Es solo que... - comenzó a hacer movimientos raros con las manos – fue genial, nadie se había atrevido a decirle algo, simplemente se dejaban humillar por ella...
-Ah eso se debe su estúpido ego – susurro Dina.
-En verdad fue genial – volvía a decir la chica. – Soy Apple – Dina la miro tratando de contener su risa.
-¿Cómo manzana en ingles? – la chica asintió tímida, pero Dina ya estaba riendo descontroladamente. – Lo siento... - se disculpo tranquilizándose – soy Dina – sonrió a la chica.
-Un placer, Dina... ¿te gustaría comer en mi casa? - "al parecer no es una mala chica" pensó mirándole de soslayo.
-Tendré que avisarle a mi mamá – la chica sonrió ante la respuesta, y se dejo caer en los brazos de Dina dándole un ligero abrazo, Dina se quedo quieta sin mover los brazos, demasiada confianza no le gustaba, pero termino rodeándole siendo amable con ella.
La luna ya estaba en lo mas alto del cielo cuando Harry regreso a su hogar. En aquellos momentos cuando subía por las escaleras, intento no pensar en nada que pudiera traerle sufrimiento, iba a vivir su vida como hace unos meses atrás la estaba viviendo, libre y sin ningún remordimiento.
-¿Quién anda ahí? – grito una voz desde algún lugar de la casa. Una de las puertas del segundo piso se abrió, dejando ver a la mujer de cabello cobrizo.
-Soy yo, señora Wind – sonrió pisando ya el ultimo escalón – siento haberle perturbado su siesta. – la señora sonrió.
-Se necesita mas que el crujir de la madera para perturbarme. ¿Has cerrado bien la puerta al entrar?
-No necesitamos cerrar con llave la puerta – la voz de alguien mas hizo que la señora Wind sonriera.
-Pequeño, no deberías ser tan confiado – el rubio paso al lado de Harry y se encogió de hombros.
Harry sonrió con pesar caminando en silencio hasta su alcoba, dejo a la señora atrás y pudo sentir como Niall caminaba detrás de él entrando a la misma habitación.
-Hey, aguafiestas – le llamo Niall, Harry frunció el ceño echándose en su cama – no me ignores idiota – el rubio quería provocarle, pero tan solo Harry se dedicaba a jugar con aquella tan común bola de fuego que se formaba en su mano. Tras su fallido intento, Niall salió de la habitación, cerrando la puerta con un fuerte ruido.
Harry estaba tumbado en su cama, mirando el techo, tan solo alumbraba aquella esfera que tenia en sus manos, podía sentir el fuego caliente sobre la palma de su mano, pero no sentía dolor, ni siquiera podía quemarle. Era como si el fuego y él se unieran, haciéndolos uno solo.
"-Gemma, nuestro padre ha dicho que no debemos salir, no hasta que no haya acabado la peste – la chica arrugo la nariz caminando hacia la entrada.
-La peste a concluido, Harry, nos vendría bien un poco de aire
-Aquí tenemos suficiente – eso se había escuchado mucho mejor cuando lo pensó.
-Basta de querer controlarme, saldré, pero no te preocupes, le pediré a una de las criadas que me acompañe – Harry se dio por vencido, pero sabia que no podía dejar sola a su hermana, tanto como sabia que no debía desobedecer a su padre.
-No necesitaras a ninguna criada, saldré contigo – Gema sonrió tan dulcemente, que si Harry no la hubiera conocido, hubiera notado que era una chica nada problemática ni mandona, pero por ser su hermano, sabia perfectamente que era lo que pasaba por la mente de ella.
Ambos salieron de la casa, ni un solo guardia los había detenido, Gemma sostenía un paraguas entre sus delgados dedos, Harry caminaba a su lado siendo demasiado observador, ni una sola persona estando en las calles de Londres. "Esto no esta bien" pensó Harry, la sonrisa de Gemma fue desapareciendo notando como algunas casas estaba encendidas con fuego, se podía sentir el calor de esta llegar hasta donde estaban ellos, personas en las banquetas muertas, algunas mostraban mordidas y quemaduras, otras estaban pálidas y con escarchas de hielo en algunas partes de su cuerpo. El cielo no estaba azul como los dias en que recordaba, ahora parecía haber cambiado al color de las llamas del infierno.
-¿Qué paso aquí? – susurro Gemma tomando su sombrilla con fuerza, sus ojos ya no tenían el mismo brillo que hace unos momentos.
-No lo se, no debimos haber salido – Harry le tomo del brazo para regresar.
"Los hijos de George Styles han desobedecido las reglas" una voz dentro de su cabeza comenzó a hablar, Harry se quedo mudo mirando a su hermana, quien tenia la mirada perdida hacia el frente. "Nadie debía salir..." sintió un enorme dolor en sus ojos, los cerro de inmediato cubriéndolos con ambas manos "...seria una lastima que alguno de ustedes mueran..." Harry sentía el dolor avanzar, recorría cada parte de su cuerpo, cayo al suelo empedrado retorciéndose de dolor, pero la voz aun así seguía hablándole dentro de su cabeza.
-Deja a mis hijos – entre su atormentante dolor, pudo escuchar la voz de su padre no muy lejos.
-Eso solo depende de ti – la voz ahora ya no estaba en su cabeza. Harry alzo la cabeza intentando ver a Gemma, sus ojos estaban completamente negros, no había cambiado de posición, estaba mirando al frente, su rostro se había hecho mas pálido de lo habitual, pero lo que no sabia Harry, era que ella estaba sufriendo por dentro."
Sobre su cama, Harry hizo un sonido escalofriante ante los oídos de un humano cualquiera. Pero él aun seguía dormido, seguía sumergido en los recuerdos que le atormentaban.
Sus sueños eran visiones del pasado, no tenían una secuencia, pero aun así podía sentir de nuevo el dolor que le había causado cada hecho. El rostro gélido de su hermana, el dolor que le provocaba aquella voz dentro de su cabeza y el como sentía que ardía por dentro, cada parte de su cuerpo quemaba, tanto que deseaba morirse ahí mismo, tan solo no quería seguir sufriendo.
-Gemma... -grito en la obscuridad de su habitación. Se paso una mano por su cabello tratando de tranquilizarse.
"Un mal sueño" pensó cerrando los ojos de nuevo. Hacia mucho tiempo que no se veía torturado por aquellos recuerdos vueltos sueños. Los últimos segundos volvieron a pasar por su cabeza, la voz de aquel demonio dentro de su cabeza, le podía escuchar como si estuviese ahí. La voz de su padre mientras intentaba salvarlos.
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Los Ojos Del Demonio
Fiksi PenggemarEsta historia la publicaba anteriormente en Tumblr, pero ahora tendrá su seguimiento por aquí.