EL NIÑERO - Cap. 41
Una noche fría en París, era algo raro pero el clima es el clima y no lo podemos cambiar, esta noche era el momento de regresar a nuestro hogar después de pasar unas increíbles vacaciones en estas hermosas ciudades de Europa. Juntos de nuevo en un aeropuerto con miles de vuelos a nuestro alrededor pero solo un indicado para nosotros.
Fuimos llamados para nuestro vuelo, ambosabordamos, yo miraba por la ventada algo triste ya que en este lugar viví uno de los mejores momentos con Edward y jamás la olvidaría, verdaderamente ahora si creo lo que decían de esta hermosa ciudad, que era para muchos y ahora para mi "La ciudad del amor", nos informaron que estábamos por despegar, abrochamos nuestros cinturones y el avión empezó a moverse, la sensación que se siente al momento que el avión se inclina es algo abrumador pero se siente como si estuvieras en una montaña rusa era algo raro, heché un vistazo de nuevo por la ventana y a lo lejos se miraba la torre, aquella torre que era mágica y simplemente hermosa, apreté suavemente la mano de Edward, una sonrisa se dibujo en mi rostro seguido de una pequeña lagrima de felicidad que se escapo de mis ojos.-No llores, te prometo que volveremos, pero no solos, regresaremos con nuestro pequeño hijo, -dijo susurrandome
-Lo prometes? –pregunte con una pequeña sonrisa.
-Lo prometo, yo haria todo por ti con tal de verte feliz –respondió
-Te amo –le dije por último, vi desaparecer poco a poco aquella ahora diminuta ciudad atrás, aquellas palabras de Edward me habían alegrado el corazón, significa que si haria la inseminación artificial por mí, ese hombre es simplemente perfecto y no lo dejaría ir por nada del mundo.Me quede profundamente dormida, el viaje a casa era demasiado largo y también algo estresante, habían turbulencia a cada rato lo que me hacia ponerme aun mucho más nerviosa, mis piernas ya nos las sentía por estar tanto tiempo sentada, me paraba de vez en cuando a caminar por lo angostos pasillos de aquel enorme avión el cual iba a bordo mas de 300 personas con el mismo destino que nosotros dos , el avión por fin iba a aterrizar, ese vuelo sin duda alguna era el más largo y eterno que había hecho en toda mi vida, abrochamos nuestros cinturones nuevamente y el avion toco tierra y un suspiro de alivio y felicidad inundo mi alma, baje del avion y como toda escena dramática estaba muy feliz por estar de nuevo en mi país y sobre todo iba a ver de nuevo a mi familia después de las largas semanas que nos habíamos ido.
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Mi Niñero.
Teen FictionUna historia de una chica normal de 17 años y la inesperada llegada de ¿Su Niñero?