- Capítulo 13 -

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Eric suspiró mientras cruzaba la puerta del aula y salió a los pasillos, ya llenos de estudiantes apresurándose para el almuerzo. Rápidamente ubicó el claro cabello rubio de Sam y esquivó algunos estudiantes para llegar hasta él, esperando que Dan estuviera con él. No lo estaba. De hecho, tan pronto como Eric reconoció la espalda de la persona que caminaba con Sam, retrocedió un poco, viéndolos desde una distancia decente. Pronto, Russell se fue, casi chocando con algún alumno al azar, debido a su insistencia en mirarse los pies al caminar.

Observó como Sam se pasaba una mano por los mechones rubios y exhalaba pesadamente, reanudando la caminata, cafetería como destino. Entonces se preguntó. Y no lo supo en ese momento, pero se preguntó correctamente, sin embargo, ni una sola palabra al respecto se deslizaría de sus delgados labios. Siendo así, reflexionó cuidadosamente sus palabras mientras se acercaba al chico y le tocaba el antebrazo-. Hey -dijo Eric simplemente, decidiendo que era lo mejor fingir ignorancia y ser lo más breve posible desde que él y Sam no eran exactamente amigos. Sólo era amigo de su alma gemela. De momento. Recordaba vagamente que tener amigos se sentía bien; quería experimentar eso otra vez, y Sam parecía una buena opción para empezar. Aún así, estaba genuinamente preocupado por el chico, la depresión casi visiblemente chorreando por sus poros.

-Oh, tú -dijo Sam y Eric frunció el ceño ligeramente. Pensó que probablemente su propia cara era la última que el chico querría ver en ese preciso momento, pero ya era demasiado tarde para desaparecer sin ser grosero. Sam sonrió despreocupadamente-. Hey, gracias por lo de antes. A veces Dan pierde el sentido de los límites personales, ¿sabes? Evita lo más que puedas confiarle secretos. Cuando está nervioso, puede revelar cualquier pieza de información a la que pueda acceder en su cerebro.

Eric frunció el ceño más profundo, dándose cuenta de que ya estaba compartiendo secretos importantes con el chico. Empujó el hecho a un rincón de su mente y trató de seguir la conversación-. No es nada. Supuse que sólo necesitabas privacidad en cualquiera que sea ese asunto que te está molestando.

-Ah, tienes razón -. Sam soltó una risita (una nerviosa, Eric lo hubiese apostado).

-Así queee... ¿Han sido amigos desde hace mucho tiempo?-preguntó, cambiando el tema para aliviar un poco al chico.

Sam lo agradeció en silencio-. Hmm, desde que teníamos seis, si no me equivoco. Hemos sido compañeros desde kínder, pero no hablamos hasta la primaria. Pero bueno, ¿has estado enamorado de él desde hace mucho tiempo?

Eric frunció el ceño tanto como sus cejas le permitieron y se sonrojó furiosamente-. ¡Mira quién habla! ¿Qué hay de Russ-? -. Era demasiado tarde, la verdad había sido expuesta. La expresión de Sam era la confirmación. «Oh, mierda...».

-¡Uwaa! ¡Lo lamento! ¡Olvida que dije eso! ¡De verdad lo siento!

Sam se cubrió la boca con una mano y Eric se alarmó al pensar que el chico estaba a punto de llorar, pero se congeló cuando identificó unas risitas que rápidamente irrumpieron en carcajadas-. Está bien. Es mi culpa por tomarte del pelo -se rió Sam, palmeando el chico en el hombro y recuperando el aliento-.A cambio, ¿podrías, por favor, no decirle a Dante?

A pesar de asentir con la cabeza, siguió murmurando un largo hilo de disculpas que solo él podía entender mientras que el chico más alto hacía su mejor esfuerzo para calmarlo. «¡¿Cómo puedo ser estúpido?! ¡Ahora él sabe que lo sé! ¡Maldita sea!». Su retahíla interminable finalmente se detuvo cuando sintió algo extraño en el lado derecho del cuerpo. Lo hubiese descrito como una quemadura; sólo que no sabía si de calor o de frío; podría ser ambos, podría ser ninguno. Lo único de lo que estaba seguro es que no era molesto en absoluto.

Amo a mi bully.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora