Eric se sintió tan feliz cuando recibió aquella carta, pero Dan, por otro lado, se sintió tan avergonzado y nervioso al punto de ser miserable. Sam palmeó su espalda para animarlo-. Hey, el tipo se veía demasiado feliz leyendo esa carta. No te preocupes, todo estará bien.
-Sí, pero... -Sam alzó una ceja-. ¿Y si me rechaza?
-¿Rechazarte? ¡¿De qué hablas?! ¡Está muriendo de amor! ¿Qué escribiste ahí para que pusiera tal cara de idiota?
-"No te odio, así que..." -recitó, juntando las yemas de los índices y mirando hacia sus pies. El rostro de Sam no tenía expresión alguna para ser leída-. ¿Sólo eso? -preguntó.
-Sí.
-Dan, eres tan tonto... ¡CREÍ QUE YA TE HABÍAS CONFESADO! -gritó en medio de la cafetería enterrando el tenedor en el puré de papas. Al ver la reacción de Dan, bajó la voz, pero no dejó ese tono severo-. ¡No lo espié esta mañana para esas malditas cinco palabras! ¡Incluso llegué tarde a química!
-Lo siento, Sam. Te debo otra...
El chico suspiró con frustración. Se pasó la mano por el cabello rubio y saco el tenedor de las papas-. Supongo que sí... ¿Cómo me las vas a devolver?
Dan trató de seguir la conversación. Tal vez Sam estaba en lo correcto, pero aún quedaba la alta probabilidad de que sus sentimientos estuvieran derramándose demasiado rápido.«Quiero decir... Entendí esto apenas anoche y ya estoy pensando en que él no me aceptará... Baja de las nubes, Dante. ¡Ni siquiera sabes si está dispuesto a verte como amigo!¡Contén tu amor un poco!... Pero... después de todo, somos almas gemelas... Incluso si ninguno es gay... ¿Podría amarlo aunque sea un poco?».
Cuando los chicos estaban a punto de irse, una chica empacada en una blusa rosa dos tallas más pequeña apareció sonriendo ampliamente. Su cabello rubio estaba trenzado a un lado de su cabeza y sus uñas maquilladas brillaron al entregarles dos invitaciones.
-Daré una fiesta este viernes antes de los exámenes finales, así que estaré complacida si ambos van. ¡Pueden llevar a quien quieran! -. La chica desapareció tan rápido como vino y ellos observaron su huesuda espalda alejarse.
-¿Quién era? -preguntó Dan, abriendo la tarjeta.
-¿Masae Jones? ¿Una popular?
-¿En serio? Si es popular, ¿Entonces por qué nos invitó a su fiesta?
-No sé, hermano -se encogió de hombros-, pero parece que invitó a toda la escuela... -. En efecto, casi todo el mundo a su alrededor tenía una de esas rosas y perfumadas tarjetas-. Cómo sea, ¿irás?
-Uf, no creo, sabes que no soy de lugares con mucha gente -. Dan se limitó a acomodar las inexistentes gafas sobre el puente de su nariz y suspiró-. Y sin gafas, definitivamente arruinaría todo.
Sam colocó un brazo sobre sus hombros y lo guió entre la multitud-. Eso... Puede ser verdad. ¿Cuándo estarán de vuelta?
-Tuve que pedir un par nuevo a la tienda. Tardarán al menos una semana.
-Eso apesta. Sabes que no me importa prestarte mis notas, ¿pero estarás bien?
-Sam, seré corto de vista, pero viviré. Sólo no puedo leer bien, eso es todo -dijo, mirando la mancha borrosa que era su amigo.
Dan trató de dar lo mejor de sí en clase. No ver claramente era muy molesto y sabía que estaba sobre esforzando los ojos, así que decidió cerrarlos y sólo escuchar a lo que el maestro decía. Como era de esperarse, se quedó dormido. Sam, que estaba sentado enfrente suyo, se movió con el fin de esconderlo del maestro. «Pobre chico, amar a Eric Richmond debe ser agotador».
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Amo a mi bully.
Teen FictionDan vive en un mundo donde encontrar a tu alma gemela es una de las cosas más importantes que una persona puede llegar a realizar, pero el sistema no es perfecto y, desde luego, su mala suerte no hace las cosas más fáciles. ¿Cómo pudo esperar otra c...