La ridícula idea de perderte. 26

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Volvió a su casa y fue directo a darse un baño, era tarde pero lo necesitaba, su mente estaba demasiado aturdida y tenía un cansancio que era imposible de sostener. Lo hizo rápido y se quedó ahí, observando su rostro mientras terminaba de secar su cuerpo. Fue imposible no interrogarse y querer entender que era lo que pasaba por su mente en ese momento...

-¿Amor?

Asentó y siguió adelante, era mejor dormir que seguir pensando en tantas cosas.

Al otro día la rutina seguía y aunque no se había recuperado del cansancio por lo menos los llamados eran un poco más tarde. Entro a su camerino y se encontró con un regalo, en realidad ya sabía que lo haría, él se sentía mal y ella sabía que en el fondo no tenía motivos para hacerlo, lo que había pasado la noche anterior era totalmente normal pero sabía que él no lo había entendido así.

Se acercó a la caja y eran unos bombones en forma de corazón. Agarró la nota...

"Sé que no es el más original de los regalos pero es que no tuve tiempo ni de pensarlo, perdóname. Te amo Morenita. C"

Se rio por el "morenita" y guardo la caja sin volver a tocarla en un costado. Sintió como su asistente llegaba y le decía que cambio de ropa le tocaba, como si nada hubiera pasado, hoy estaba más silenciosa que de costumbre.

Notó que hoy no compartía escenas con él, así que sabía que la cosa podía empeorarse si ella no daba señales de que todo estaba bien. Pero es que aún estaba reticente con la imagen de la noche anterior, así que dejo que la imaginación de César pensara lo que fuera.

Luego de grabar sus escenas como siempre, vio como él entraba con una sonrisa triunfante por volver, mientras ella fumaba fuera del foro con sus compañeros, se unió a la plática todo disimulado pero se posó a su lado y le hablo al oído, le causaba gracia su poca disimulación.

-¿Si podemos irnos a platicar?
-Mmm. -y niega con la cabeza-
-Por favor, llevo esperando verte desde temprano...
-¿Podrían no secretear en conversación grupal? Nana, papá... es parte de mala educación, eso no nos enseñaron. -interrumpía Mariluz mientras grababa un Snap-
-Tú papá, siempre tan imprudente...
-Más vale que elimines ese video ahora mismo... sé que nos grabaste. -fruncía el ceño y todos se reían- Vas a quedar castigada...
-Hazle caso Mari... se va poner insoportable.
-Hay más fotos de ustedes dos en la red que de todo Televisa.
-No alentemos más...
-Igual es tu culpa papá. -agregaba Grettel-
-¿Ah sí? -haciéndose el indignado-
-Estoy de acuerdo... -afirmaba Victoria-
-Ustedes se la pasan grabando cada segundo que pasa, a cada cosa que hacemos, ¿y el culpable soy yo? válgame Dios...
-El caso es que si tu no hicieras cosas como estas, la de hablarme al oído la gente no pensaría mal. ¿Entiendes?

Todos quedaron mirando a Victoria con una media sonrisa que no ameritaron a comentar nada al respecto, ni siquiera César que la miró intentando descifrar ese disparo. Volvieron a grabar y tampoco pudieron seguir hablando más porque César entendió que ese no era el momento, no estando con todos después de lo que había dicho.

Se desocupo primero y como para aliviar las cosas porque sabía que César había quedado inquieto lo buscó para despedirse aunque estuvieran lejos. La vio acercarse y aprovecho que estaban acomodando unas cosas para ir con ella.

-¿Te vas? -viendo que se había cambiado de ropa-
-Sí, ya termine.
-¿Puedes esperarme?

Abrió los ojos sorprendida...

-Perdón, sé que debes estar cansada... mi ansiedad por ti me hace decir estas burradas.
-Lo haría si no estuviera tan cansada igual, pero...
-Lo sé, lo siento...
-Voy a estar con Gabriela, voy a comer con ella. Búscame de ahí si es que no terminas cansado.
-Dalo por hecho.

La ridícula idea de perderte. #VyCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora